Ignórame (U.D.S.#2)

"Me voy a Londres."

Soundtrack ~ Come my way ~PLVTINUM

"No hay chicas buenas echadas a perder, son chicas malas que han sido descubiertas." ~Marilyn Monroe

Capítulo 63: "Me voy a Londres."

— ¿Ha logrado, Mandy, convencerte? — Es la primera pregunta que sale de los labios de Thiago a mitad del camino para llegar a su casa. El viaje ha estado en un silencio acogedor que quería abrazar el mayor tiempo posible, Thiago me lo ha quitado de los brazos en cuanto su voz se ha hecho presente y la sonrisa decaída ha llenado mis labios.

Giro mi rostro despegando la cabeza del traqueteo de la ventanilla del coche, contemplo su rostro sin ser volteado en mi dirección. Analizo su perfil deteniéndome más del tiempo necesario en sus labios que parecen querer acaparar toda la atención mientras sus dientes captura el inferior.

Echa un vistazo teniendo los segundos necesarios para alzar mi mirada y que no se percate de la dirección de mis ojos. Puedo sentir dos redondeles ardientes en mis mejillas mientras una sonrisa socarrona comienza a alzarse en sus carnosos y sabrosos labios. Su boca con un peculiar y dulce sabor a chocolate, chocolate humeante que solo yo le doy.

— ¿O han sido mis métodos de convicción los que te han ayudado a ir por el buen camino? — Provoca, mi rostro arde en un fuego intenso como en un incendio. Entrecierro mis ojos como rendijas dirigidas a él pensando en mi interior una manera para que sus palabras no me afecten como lo están haciendo.

Muevo mi cuerpo propinando un suave golpe en el hombro a Thiago que provoca su risa. Tapo mi rostro con mechones de mi cabello rubio cubriendo el ardiente color rojizo que deseo que se evapore de mi cara, que se extinga tal y como sucede con los incendios.

— Tus métodos son buenos para todo menos para convencerme de hablar con mi madre — Redoblo con molestia. Enojo de que él consiga provocar estas cosas en mi cuerpo sin tener la mayor intención de retirarlo.

Mira mi rostro en escaso tiempo antes de volver su vista a la carretera, le dirijo una mirada envenenada al no querer que despegue sus ojos del exterior. La mayoría de los accidentes se ocasionan cuando una persona se distrae unos segundos y no quiero que la culpa inunde mi cuerpo si eso sucede con nosotros. Tampoco quiero morir en un coche.

— ¿Tengo que tomarme eso como un cumplido? — Cuestiona divertido, hace las últimas maniobras mientras aparca el coche frente a su casa. Nunca entiendo como, la mayoría de las veces, deja su auto en la acera cuando tiene un hermosos garaje que nadie utiliza. Yo pagaría por tener la misma cantidad de espacio que él tiene, tanto de casa como de garaje.

— No creas que eres para tanto, amor — mascullo, esta vez sí me observa. La diversión de su mirada me hace plantearme si salir del coche o quedarme para presenciar qué sale de su boca, la misma boca que me ha besado hace unos minutos.

Para mi sorpresa, sale del coche con una sonrisa en su rostro. Sigo sus movimientos quitándome el cinturón cuando contemplo que se larga dejándome atrás. Frunzo el ceño al percatarme de que no suelta una frase que derribe mis barreras emocionales como siempre suele hace, como, de hecho, dijo hace unos segundo en el mismo coche del que estoy saliendo para estar a su lado.

Puedo imaginarme la sonrisa que su rostro forma en cuanto sus pasos aminoran la marcha para que pueda llegar hasta él con más rapidez. Ruedo mis ojos al ver que es verdad lo que digo pues, cuando llego al fin a su lado, su boca arranca una sonrisa que no puedo evitar imitar del mismo modo.

— No decías eso esta mañana — susurra como si esperara que solo yo lo escuchara. Adentra la llave en la cerradura de la puerta blanca e impoluta que tapa el interior de su casa, la abre para mí esperando que pase. Su sonrisa socarrona es más de lo que puedo soportar.