Capítulo 3

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—¡Ah, alto, alto! —dijo el omega al sentir un dolor punzante. —¡Liam! —dijo desesperado, el alfa estaba penetrando a todo lo que podía, el beta trató de librarse de su agarre pero el mayor lo tenía sujeto de la cintura.

—Callate. —dijo mirando al chico, metiendo su pene una y otra vez hasta hacerlo chillar.

—¡Sueltame! —dijo poniendo una mano en el estómago bajo del castaño. Liam penetró unas veces más y sintió su pene hincharse preparado para el nudo, pero lo sacó a tiempo, justo cuando iba a sacarlo entero ya se había hinchado, sacó su glande sin cuidado, lastimando al omega en el proceso, quien gimió de dolor cuando sintió como si le hubieran roto su interior.

Liam cayó acostado a su lado, tratando de recuperar la respiración del orgasmo. Miró al omega con una sonrisa cuando el chico se limpiaba las lágrimas recientes.

—Oh por favor, tienes que acostumbrarte Sebastián, cuando tengas a tu alfa te follará igual. —se encogió de hombros el alfa.

—Pero él s-será cariños-so—dijo con la voz gangosa.

—Puede que sí. —contestó posando un dedo en sus labios, fingiendo estar pensando.

Sebastián se quitó las últimas lágrimas y se acercó al pecho de Liam, al final, su instinto omega se lo pedía, quería sentir el calor de un alfa, sentir a un alfa, pensar que ese alfa lo miraba bonito, ya que la situación para los omegas varones no era tan fácil como digamos. El pelinegro reposó su mejilla en el pectoral desnudo de Liam y dejó un pequeño beso ahí. El alfa lo miró y dejó salir un suspiro.

—Ya te he dicho que—dijo el alfa pero pronto fue interrumpido.

—Lo sé, ningún indicio de amor. —se apresuró a decir el omega. —Lo siento por no ser Zayn Malik.

—Sebastián. —habló con advertencia. —Cuida lo que dices.

El chico bajó la mirada, asintió y discretamente se acercó más al alfa.

—¿Puedo abrazarte un rato más? —pidió con inocencia.

—Ya qué. —contestó el de ojos ámbar. El omega no pudo evitar sonreír como un niño pequeño antes de pasar un brazo por la cintura del alfa y esconderse en su cuello, aspirando el olor de Liam.

En cambio, Liam pasó un brazo por la cintura del chico para atraerlo más cerca. Bien, no quería a Sebastián para algo más que sexo, pero a veces su instinto le pedía consentir al omega de vez en cuando, como ahora. Sabía que si era un completo hijo de puta con él entonces Sebastián se cansaría algún día, pero al parecer el omega no entendía.

Dejó que el pequeño prácticamente se subiera encima de él y le acarició la cintura. De pronto le llegó a la mente Zayn, joder, ese maldito alfa sexy. Bufó molesto y el aire empezó a oler a alfa enojado.

Liam tomó el cuerpo del omega y lo aprisionó en sus brazos para que no se escapara mientras alineaba su erección en el trasero de Sebastián.

—¿Liam? No, me duele, Liam ¡hum! —gimió de dolor cuando el alfa se enterró de golpe. Liam le tapó la boca y empezó con movimientos fuertes en el interior del omega.

—Maldito seas Zayn. —murmuró alto dando una estocada fuerte. Ignorando los quejidos de Sebastián.

Maldijo el nombre de ese alfa, odiaba a Zayn, no podía humillarlo de esa manera. Ni siquiera podía dejarlo, el era Liam Payne, y nadie lo terminaba.

(***)

Sofía entro en la oficina de Jake, éste alzó la vista de los papeles que estaba leyendo y la miró.

—El señor Malik me dijo que te entregara esto. —le extendió una carpeta. El de ojos verdes la tomó y le agradeció. La omega salió de la oficina.

A los pocos segundos Ailed entró en la oficina. Jake la miró y sonrió.

—El señor Malik me pidió que te trajera esto. —le dio otra carpeta. El omega le sonrió y la puso debajo de la anterior que Sofía le había dado. La omega abandonó la oficina.

Luego entró Karla. Jake la miró confundido.

—El señor Malik me ordenó que te diera esto. —otra carpeta más. Jake la tomó dudoso y la puso debajo de las otras dos. La chica se dio la vuelta y se fue.

"¿Pero qué?" pensó cuando Cristina entró en su oficina con otra carpeta en la mano.

—El

—Siñir Milik mi diji qui ti intrigiri isti. —imitó molesto. Cristina lo miró confundida. —¿Por qué el jefe está mandando tantas cosas hoy? —dijo exasperado.

—No lo sé. —la chica se encogió de hombros. —Al menos a mí me dijo que estaba prohibido ver el contenido. —dijo entregándole la carpeta.

Jake la tomó y le agradeció antes de colocarla con las otras. Zayn le estaba metiendo mucho trabajo, recién acababa con una pila de papeleo que le dejaron sus compañeros. Y lo peor es que lo único que su mente gritaba era: Consigue un omega, consigue un omega, ¡consigue un omega!

Respiró profundo y exhalo despacio antes de perder los nervios. Mierda, su vida era un caos. Decidió comenzar a llenar los papeles y luego pensaría en su mayor responsabilidad.

Le quedaba sólo un día.

Y su trabajo dependía de un hilo de veinticuatro horas. Y de un omega.

Decidió poner el aire acondicionado cuando sintió que comenzaba a sofocarse, se acomodó la corbata y tomó el lapicero para empezar con la papelera.

Necesitaba distraerse pero ya.

(***)

Zayn entró a la oficina de su madre. Trisha lo miró sin interés por encima de sus lentes.

—¿Ya es la hora del almuerzo? —preguntó al ver a su hijo, pues usualmente solo quedaban juntos para salir a comer.

—No. —negó.

—¿Ya me traes noticias de tu omega? —dijo sin despegar la vista de los papeles que estaba afirmando. Zayn apretó los puños.

—¡No! —dijo enojado.

—¿Entonces en qué te puedo ayudar, querido? —continuó desinteresada.

—¿Cómo es eso de que le dijiste a Harry que tomara clases de administración? —gruñó molesto.

—¿Sabes? Cuando gruñes pareces un perro, controla eso, porque no se ve atractivo. Y respondiendo a tu pregunta, sí, se lo ofrecí y él aceptó.

Zayn gruñó más enojado.

—¿¡Cómo pudiste!? —gritó, Trisha podía oler la ira que emanaba.

—Zayn. —dijo su madre mientras se quitaba los lentes de los ojos. —Necesito, que te cases, con un omega. —habló amenazante.

—¡Ya te dije que te lo traeré! —dijo golpeando la pared. Trisha miró la abolladura que quedó en ésta.

—¿Y estarás enamorado de él? —alzó una ceja en desconfianza. —Porque sin amor, no hay empresa. Quiero que lo ames, así como tu primo Harry ama a su omega, y si no puedes con algo tan simple como eso, entonces no veo el motivo de esta discusión.

—El hecho aquí, es que TÚ, le diste la oportunidad a Harry, ¡al imbécil de Harry! Consideraste heredarle esta empresa. —alegó el alfa.

—¡Y si me da la gana se la entrego ya! —gritó harta. —¡Vete! ¡No quiero verte a menos de que me traigas un omega! —echó a Zayn de la oficina. El alfa dio un golpe más a la pared y se fue a su oficina ardiendo en llamas.

Trisha no era tonta, había planeado con Harry hacerle creer a Zayn que le había dado oportunidad de liderar la empresa. Pero era solo para sacar el potencial del alfa, pues si creía que su primo iba a llegar a ser el jefe, se empeñaría en conseguir a un lindo omega. La adulta sonrió por lo tonto que era su hijo a pesar de que tenía veinticuatro años. Continuó firmando papeles y contestando uno que otro mensaje de su esposo, alias, alfa. Quizás Zayn salió a Yasser, en lo idiota y berrinchudo. Ambos alfas, ambos similares en apariencia y físico.

De todos modos, los amaba.

Don't you hurt me {Ziall} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora