Jordan

CAPITULO 13

Decidí dejarlo correr y centrarme en el menú que tenía en frente.

Vi como la mayoría de platos iban acompañados de carne e hice una mueca de asco decantándome finalmente por unos raviolis vegetarianos.

Cuando el camarero vino de nuevo a tomar nota, Jordan se sorprendió al ver lo que había pedido.

-No sabía que...- empezó él una vez el camarero se fue.

Sonreí levemente quitándole importancia ya que eso era un tema de debate para muchas personas.

-Ahora me explico el que estés tan flacucha...- bromeó él.

Le saqué la lengua y miré por el ventanal del restaurante, desde donde se podía ver prácticamente todo el pueblo donde nos encontrabamos.

Vi por el rabillo del ojo como Jordan alargaba su brazo por encima de la mesa y cogía mi mano con suavidad, haciendo que le mirase.

Cubrió mi mano con la suya y le miré extrañada por ese acto.

-Mackenzie... Estoy tan feliz de que estés aquí... Conmigo- susurró sonriendo.

-No te creas... Lo he hecho por la comida- bromeé haciendo que riera.

-Ya lo suponía- dijo él antes de llevarse mi mano a sus labios, dejando un casto beso sobre el dorso de ésta.

Pronto nos trajeron nuestro pedido y al ver lo que Jordan había pedido puse una mueca de asco que notó enseguida.

-¿Quieres un poco?- bromeó cortando el filete y acercándome un trozo.

-No, gracias... Todo tuyo- dije empujando levemente su tenedor con el mío.

Él río por lo bajo y empezó a comer.

-¿Porqué no hay nadie?- pregunté curiosa.

-Lo he reservado para nosotros dos solos... Para estar más tranquilos, sé lo mucho que odias los sitios ajetreados- se encogió de hombros.

A esas alturas ya no me sorprendía que me conociera más que yo misma.

La cena pasó tranquila, no hablamos mucho aún que la compañía era suficiente.

Nos trajeron los postres y decidí gastarle una broma a Jordan con el suyo.

-Oye... ¿Que es eso?- fruncí el ceño apuntando con mi dedo índice encima de la nata del pastelito.

-¿El que?- se acercó un poco para observar mejor.

-Eso- insistí apuntado más cerca, lo cual hizo que se acercara más dándome una perfecta oportunidad que aproveche.

Agarré su plato por el borde y lo levanté rápidamente, haciendo que la nariz de Jordan quedara llena de nata.

Levantó la mirada poco a poco haciendo que un escalofrío me recorriera.

Me levanté de la silla rápidamente, aguantando la risa al verle lleno de nata y empecé a retroceder al ver como se levantaba también y empezaba a caminar peligrosamente en mi dirección.

Rápidamente me tuvo acorralada contra la pared más cercana, con mis manos sobre mi cabeza y sus manos sobre mis muñecas.

-Lo... Siento- dije entre risas intentando no mostrar diversión.

Sus ojos juguetones me tranquilizaron al saber que sus intenciones solo eran de revancha.

Se acercó poco a poco a mí y restregó su cara contra mi rostro y cuello llenándome de nata.

-¡No!- reí intentando apartarme lo máximo posible.

Noté el cuerpo de Jordan vibrar contra el mío, estaba riendo a carcajada limpia por aquella venganza.

-Eres lo peor- dije fingiendo enfado e intentando soltarme de su agarre.

-Eso dicen- susurró cerca de mi cuello con la voz ronca.

Noté su respiración descender por mi clavícula y sin poder contenerme solté un suspiro que hizo que Jordan se pegara más a mi cuerpo, haciéndome sentir cosas nuevas.

Respiré hondo intentando que mi cabeza reaccionara y vi la risa burlona de Jordan al darse cuenta de todo lo que provocaba en mi.

-Será mejor... Será mejor que vayamos a acabarnos los postres ¿No?- dije en un hilo de voz intentando controlarme.

Jordan levantó la vista clavándola en mis ojos, sintiendo como no era lo suficientemente fuerte como para aguantarla.

Aparté los ojos incómoda y Jordan me soltó las muñecas, para después encaminarse a la mesa de nuevo conmigo siguiéndole a pocos pasos.

Una vez nos volvimos a sentar nos quitamos la nata con los paños que teniamos en la mesa.

No entendía porque tan de repente mi acompañante se había quedado tan callado.

Nos comimos los postres y salimos de allí sin pagar la cuenta, aún que supuse que ya estaba pagada.

Al abrir la puerta del local el aire frío invernal me azotó con fuerza, haciendo que retrocediera unos pasos y chocara con el pecho de Jordan.

Él enseguida frotó mis hombros con fuerza y se quitó la chaqueta de su traje para dejarla encima de mí.

Una vez en el coche pusimos rumbo a la mansión y el trayecto pasó igual de silencioso que la última media hora.

Después de bastante tiempo en las solitarias carreteras, llegamos porfin a la mansión.

Jordan seguía sin decir nada y eso me incomodaba mucho.

Una vez dejamos el coche en el garaje le adelanté y salí al exterior dirigiéndome a la puerta principal.

Golpeé con mis nudillos un par de veces y la puerta se abrió dejando ver a una Valerie muy sonriente que enseguida tiró de mi en el interior.

-¿Y bien?- preguntó ella a la vez que me dirigía a la chimenea.

Sonreí de medio lado y asentí con la cabeza dándole a entender que había ido muy bien.

-Pero...- susurré- Se ha puesto serio de un momento a otro, y no hablaba... Hemos estado todo el trayecto de coche en silencio- dije de la misma manera con miedo de que escuchara que hablábamos de él.

Valerie hizo una mueca que después suavizó.

-Es Jordan... Él es así, querida- dijo quitándole importancia.

Asentí no estando muy segura y escuchamos la puerta de la entrada para después ver a Jordan entrar por ella.

Sus ojos se pasearon por el salón dando con los míos y sonreír levemente.

De verdad que ese chico era bipolar... No entendía nada.

Valerie nos dejó solos no sin antes darnos las buenas noches.

Pasó por al lado de Jordan y le acarició el hombro maternalmente para después susurrarle algo que no entendí bien.

Él sólo asintió y volvió a posar la mirada en mí.

Se acercó en grandes pasos y todo aquello me empezó a dar mala espina.

Un sentimiento de huida me embargó pero ya no pude hacer nada porque en menos de dos segundos ya estaba en frente de mí.