Mackenzie.
Tardamos en limpiar la cocina más de lo que había previsto... Eso debido a que Jordan me hacía despistarme con facilidad.
Suspiré algo cansada una vez doblé y dejé el trapo al lado del fregadero.
Sentí unas manos muy conocidas en mis hombros que pronto me masajearon con suavidad la espalda.
-Estoy muerta...- susurré relajándome bajo su tacto.
-Necesitas descansar... Vayamos a echar a nuestros invitados y vamos a dormir- propuso Jordan a lo que yo asentí.
Nos encaminamos hacia el salón y los vimos en los sillones, Cory miraba atentamente a Janette, la cual se había quedado dormida.
-No os preocupéis, yo me encargo de acercarla a su casa... Solo necesito saber dónde vive- murmuró Cory levantándose del sillón.
-¿Estás seguro? Podemos llevarla nosotros si quieres...- empecé a hablar.
Cory sonrió y negó con la cabeza para después acercarse a Janette y cargarla en sus brazos con la máxima delicadeza y suavidad que pudo.
Janette se removió inquieta en sus brazos pero pronto se volvió a relajar al sentirse en un lugar seguro.
-Es la primera casa que encontrarás nada más salir a la carretera, a unos dos kilómetros de aquí, más o menos- indicó Jordan mientras le abría la puerta de casa a Cory.
-Buenas noches- susurré sin ánimos de despertar a Janette.
-Hasta mañana- se despidió Cory.
Una vez Jordan cerró la puerta nos miramos sin entender nada de lo que había pasado pero supimos que, de cierta manera, solo ellos sabían calmarse los demonios mutuamente.
Apagamos las pocas luces que quedaban encendidas en la planta baja y empezamos a subir escaleras.
Llegamos a nuestra habitación y una vez cerré la puerta Jordan me acorraló contra ésta, poniendo un brazo a cada lado de mi cabeza.
-Ya no aguanto más, Mack... Te tengo unas ganas...- susurró contra mis labios casi sin poder contenerse.
Sonreí contra su boca y me deslicé por la puerta para después pasar por debajo de uno de sus brazos y alejarme de él dejándole con las ganas.
-Te lo tendrás que trabajar más... - le susurré juguetonamente mientras me sentaba en la cama y le miraba atenta.
Me miró alzando las cejas y en menos de un segundo estuvo encima de mí con su cuerpo aprisionando el mío contra el colchón.
-¿Así mejor?- me susurró en el oído para después dar un pequeño mordisco a mi cuello.
Suspiré por aquello y supe que había perdido el juego.
-N-no- tartamudeé en un susurro.
-¿Segura?- preguntó él volviendo a morder mi cuello pero está vez algo más fuerte.
Y ya no pude contestar porque Jordan atrapó mis labios entre los suyos de una manera que me hizo enloquecer.
Gruñó contra mis labios en el momento en el que mi lengua acarició su labio inferior.
Sus manos aprisionaron mis muslos con firmeza a la vez que mis manos se deslizaban por dentro de su camisa, haciendo contacto con la calidez de su piel.
Las manos de Jordan se pasearon hasta el botón de mis vaqueros y con rapidez pronto lo tuvo abierto para después empezar a tirar del borde de los pantalones e ir descendiendolos por mis piernas.
Al encontrarme en desventaja, me deshice de su camiseta y la tiré lejos de nosotros.
Jordan sonrió juguetonamente contra mis labios cuando sus dedos rozaron el borde de mi ropa interior bajera.
El corazón se me aceleró cuando sus ojos encontraron los míos y me di cuenta de que en aquellos momentos no quería estar en ningún lugar que no fuese ese.
Sus manos encontraron las mias y las sostuvo con fuerza por encima de mí cabeza para después fijar su mirada en la mía.
-Te quiero... Joder... Te quiero más que a mi vida- me confesó en un susurro- Eres lo mejor que me ha pasado nunca... Y sé que no te lo digo muy a menudo y que a veces me cuesta expresarme... Pero eres mucho más de lo que merezco...
-Jordan...- susurré sin verme capaz de decir nada más por el nudo que se había formado en mi garganta al escuchar eso. Mis ojos se empezaron a cristalizar y las lágrimas corrieron por mis mejillas en el momento en el que me incorporé- Eres y serás siempre el propietario de mi corazón...
Nada más escuchar eso se volvió a abalanzar contra mí y atrapó mis labios contra los suyos, besándome casi con desesperación.
-Casate conmigo de una vez por todas... Casemonos mañana- dijo él una vez se separó de mis labios.
Reí ante su propuesta y asentí con energía a la vez que Jordan me estrechaba contra su cuerpo y hundía su rostro en el hueco de mi cuello, haciéndome cosquillas.
Nuestras risas inundaron el lugar y me di cuenta de que mi felicidad tenía nombre y apellido.
Habíamos perdido completamente la cabeza pero había sido por una buena razón... El amor.

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Jordan
Werewolf-Querida... No saldrás de aquí en tu vida... Aquellas palabras me helaron haciendo que se me quedara cara de tonta. ¿C-como dices?- tartamudeé yo. -Lo que oyes pequeña... Me perteneces, siempre lo has hecho Mack. -¡Estas loco- le chillé sin poder co...