CAPITULO 31

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Los ojos de Claudine viajaron a los míos y pude ver cómo sus ojos se movieron nerviosos por todo el salón sin saber que decir o hacer.

Miré a Jordan, el cual tenía un semblante serio, sus labios se juntaban en una fina línea y el enfado ardía en sus ojos.

Nunca le había hablado a ninguno de los dos de mi madre... Ni siquiera había mencionado alguna vez su nombre.

-¿Qué...? ¿Cómo?- no sabía que preguntar exactamente.

La cabeza me daba vueltas por lo ocurrido las últimas horas y aquello que acababa de pasar no ayudaba para nada a que me centrase en una sola cosa.

-Necesitas descansar...- susurró Jordan cambiando de tema.

-No intentes cambiar de tema... En la vida os he hablado de mi madre... No entiendo nada...- dije débilmente.

-No te alteres... Deberías descansar, ya habrá tiempo para explicaciones- concluyó Claudine.

-No me digas lo que debo hacer o dejar de hacer...- susurré amenazante.

Me aparté de Jordan con Cameron en brazos, me senté en el otro extremo del sofá y les miré a ambos con desconfianza.

Mi mirada hizo que en los ojos de Jordan apareciera el dolor que sentía hacia aquella situación.

-Ya me estáis explicando que es lo que ocurre...- demandé nerviosa.

Se miraron entre ellos y callaron, sin apenas respirar volvieron a dirigir sus miradas hacia mí.

-Bien... Estupendo- dije con rabia al no obtener respuesta.

Me incorporé y me puse de pie, dispuesta a marcharme de allí.

Un mareo me invadió y en mi visión empezaron a aparecer manchas negras que deformaban la realidad.

Enseguida Jordan estuvo a mi lado, sujetando mis brazos para que Cameron no cayese y sujetando mi cintura para darme estabilidad.

Hizo que me volviera a sentar y apoyé mi cabeza en el respaldo del sofá intentando enfocar una sola imagen y respirando hondo.

Jordan me quitó a Cameron de los brazos y se lo entregó a Claudine, les dirigí una mirada de odio y me separé todo lo que pude de ellos, sintiéndome traicionada.

Poco a poco el mareo empezó a disminuir y me sentí con las fuerzas suficientes como para levantarme e irme de ahí.

Me puse de pie nuevamente, está vez sin sentir mareo alguno... Estaba más débil de lo que quería admitir, pero no dejaría que se percataran de ello.

Les miré una vez más para después dirigirme a un paso lento hasta las escaleras y empezar a subirlas con un gran esfuerzo, agarrándome de la barandilla y sintiendo mis piernas flaquear.

Finalmente llegué al dormitorio y me encaminé a la ducha.

Me miré al espejo antes de entrar a la bañera y vi lo demacrada que me encontraba, ojeras en los ojos, cabello enmarañado, vista cansada, algunas manchas de sangre...

Aparté con rapidez la vista del espejo y me quité el camisón tirándolo al suelo para después meterme en la ducha.

Dejé que el agua se llevara consigo cada rastro de cansancio.

Una vez terminé me sequé entera y me di prisa a vestirme para después peinarme rápidamente y dejar mi cabello secarse solo.

Me encaminé al armario y cogiendo una bolsa de mano empecé a meter todo lo que me haría falta... No sabía a donde iría, como, ni que pasaría cuando me tocase enfrentar a Jordan... De una cosa estaba segura, no me quedaría ahí y mucho menos dejaria a Cameron en aquella casa.

Cerré la cremallera de la bolsa y me la eché al hombro para después salir por la puerta de la habitación y cerrarla detrás de mí.

Bajé las escaleras y escuché a Jordan y a Claudine callar en cuanto oyeron que alguien bajaba las escaleras.

Entré al salón y busqué a Cameron con la mirada, Jordan lo sostenía en sus brazos con tanta delicadeza que parecía ser más frágil que el cristal.

Los ojos de Jordan viajaron a los míos y después a la bolsa que llevaba colgando del hombro.

Su mirada endureció y su rostro solo expresó enfado... Muchas veces había estado enfadado conmigo... Pero nunca me había mirado de aquella manera.

Intenté mostrar indiferencia pero una punzada en el corazón hizo que apareciera un nudo en la garganta.

-Ni se te ocurra salir por esa puerta- amenazó Jordan fríamente.

-Yo no puedo vivir así... No más... He aguantado tus secretismos muchísimo tiempo... Es hora de que decidas, Jordan... O me lo cuentas todo... O te juro que me voy y me llevo a Cameron y no nos vuelves a ver en la vida...

-No lo entiendes... No estás en posición de exigir nada- dijo él con el semblante serio.

-¡Me da igual en la posición en la que estoy, joder!- chillé exasperada soltando la bolsa y acercándome a él.

El calló y no dijo nada más, me acerqué lo suficiente como para alargar mis brazos y alcanzar a mi pequeño.

Jordan retrocedió un par de pasos, impidiéndome alcanzarlo y se dió la vuelta dejándoselo a Claudine para después girarse y encararme.

Me quedé perpleja ante aquello y no daba crédito por todo lo que estaba sucediendo aquella noche.

La mirada dura de Jordan me hizo estremecer.

-Calmate, Mackenzie...- dijo él quitando algo de dureza de su voz.

-¿¡Me estás jodiendo!?- grité aún más.

Vi a Cameron revolverse molesto en los brazos de Claudine.

Y avancé para arrebatárselo de los brazos pero Jordan se interpuso en mi camino.

-Aparta- gruñí molesta amenazándole con la mirada.

Se cruzó de brazos y siguió en su sitio sin moverse ni un milímetro.

Me acerqué aún más y nuestros cuerpos casi se tocaban, la tensión se podía cortar con un cuchillo de untar.

Se había formado un ambiente espeso y enrarecido.

Jordan al ver mi determinación se enfadó aún más.

Me agarró del brazo con fuerza, llegando a hacerme daño.

Irme sin Cameron no era una opción para mí, no saldría de aquella casa sin mi hijo.

Me arrastró escaleras arriba mientras yo le exigía que me soltara.

Se encaminó hasta nuestra habitación y me hizo entrar tirando de mi brazo y cerrando la puerta una vez estuvimos dentro.

-¿¡Qué coño te pasa!?- le grité molesta mientras estiraba mi brazo para soltarme de su agarre.

Su agarre se hizo más intenso y gemí entre molesta y dolorida.

-¡Sueltame!- di otro tirón.

Su mano fue abriéndose hasta que por fin mi brazo fue liberado.

-¿Quieres hablar? Hablemos...-  dijo él accediendo.

-Eres tan bipolar...- susurré sin creerme todo aquello.

-¿Qué querías que hiciera? ¿Dejarte marchar?

-Solo quiero que me contestes...

-Cuando te conteste a lo que quieres saber... Será realmente cuando quieras marcharte...

-¿De que conoces a mi madre, Jordan?

Su mandíbula se tensó y sus ojos chocaron con los míos para después empezar a hablar.

JordanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora