CAPITULO 45

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Noté el sabor de la sangre en mi boca y supe que aquella bofetada me había partido un labio, pasé mi lengua por la zona afectada y le sonreí amenazante al hombre que me había golpeado.

-¿No sabes hacer nada mejor?- me burlé recibiendo otro golpe.

-Más fuerte... Ha sido como un cosquilleo- volví a burlarme, pero esta vez antes de que me volviese a golpear mi pierna viajó con rapidez a sus partes, impactando con fuerza contra éstas y haciendo que se retorciera de dolor.

Aproveché que sus compañeros estaban despistados y me deshice del agarre de ambos haciéndoles una llave antes de que pudieran reaccionar.

Con los tres hombres fuera de combate tuve el tiempo suficiente como para dejar por los suelos también a Claudine.

Busqué el teléfono de Claudine en el bolsillo de sus pantalones, y lo llevé conmigo no sin antes cerrar la habitación con llave, pequeña ventaja de aquella casa... Todas las puertas tenían cerradura.

Caminé por los pasillos y bajé las escaleras a hurtadillas porque sabía que habían más cazadores por los alrededores.

Abrí la puerta principal y vi como a pocos metros se encontraban hablando algunos cazadores, que dejaron de hacerlo en cuanto escucharon la puerta abrirse.

-¿Se les ofrece algo?- pregunté casi con burla haciendo que se confundieran.

Corrí aprovechando que se encontraban lejos de mí y llegué al garaje para después cojer las llaves de la Harley y en pocos segundos estar subida a ella con el motor en marcha.

Salí a toda velocidad del garaje y vi como los cazadores se dirigian a mi corriendo.

Los esquivé tan rápido que las ruedas del vehículo resbalaron peligrosamente en el asfalto, pero gracias a mis reflejos pronto me estabilicé y con un giro de muñeca rápido conseguí una velocidad aún mayor.

No sabía a donde iba... Pero sabía que lo principal era huir y despistar a Claudine para después poner en marcha el plan de búsqueda y rescate.

Debía mantener la mente fría y no actuar en falso bajo ninguna circunstancia... Eso sería mi perdición.

Algo me decía que no me encontraba lejos de Jordan... Y esa intuición la tuve muy presente.

Pasé de largo por Riverdale y supe que era un destino bastante obvio... No podía ir a Atlanta con mis tías ya que también era algo obvio... Por no hablar de que hacía años que no las veía.

El aire frío me calaba hasta los huesos pero no era capaz de pensar en eso en aquellos momentos.

Sentía impotencia pero no me podía parar a comparecerme de mi misma...

Estuve vagando lo que parecieron horas pero apenas había pasado una.

Pronto llegué a Dalton y paré en un área de servicio a la vez que sacaba el móvil de Claudine del bolsillo trasero de mis pantalones.

Revisé sus últimas llamadas y vi que hacía menos de cinco horas había llamado a un tal Marcus... Sin dudarlo presioné el botón de llamada y me acerqué el aparato al oído.

-¿Claudine?- se escuchó una grave voz al otro lado de la línea.

-Marcus...- dije intentando imitar la voz de Claudine.

-Te escucho diferente... ¿Pasa algo? ¿Siguen los planes en pie? Aquí la cosa está algo ajetreada... El mocoso de la humana no deja de llorar y los lobos están intentando salir por cualquier medio... Nos hubiesen matado ya de no haber sido por la amenaza de matar a Mackenzie...

-Ya veo...- volví a imitar a Claudine- Han habido algunos imprevistos por aquí... Esa niñata... En fin, en cuanto pueda iré hacia allí... Espero que no te muevas de donde estás- dije intentando saber dónde se encontraban.

-No hay problema... Aquí te esperamos... Oye- llamó mi atención des del otro lado de la línea.

-¿Si?

-Cuando todo esto acabe...- hizo una pausa larga- Espero que hayas pensado en lo que te dije... Yo te puedo ofrecer muchísimo más que ese asqueroso chucho...

Me quedé en silencio por un rato y Marcus también, entonces me di cuenta... Lo que sonaba de fondo, al otro lado de la línea, era un río... Y para que sonara con tanta fuerza debía ser la fuente del río... Ya sabía donde debía ir.

-Lo siento... Nunca estarás a la altura- dije esta vez sin imitar ninguna voz, y colgué para después volver a subirme a la motocicleta y poner rumbo hasta Chatnooga... No me podía creer que Claudine hubiese enviado a toda mi familia hasta Teenesee... Definitivamente estaba loca.

Me faltaba menos de una hora para llegar a Chatnooga... Y sabía perfectamente que habían unas casas de campo con grandes parcelas antes de llegar al pueblo...

Necesitaría refuerzos... Debía llamar a Cory... Aquello se iba a poner muy feo.









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