CAPITULO 62 (1/7)

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Janette

Me encontraba dándome una ducha después del entrenamiento diario, cuando me acordé de que aquella misma tarde había quedado con Cory.

-Joder...- dije para mí misma al saber que a las cuatro de la tarde pasaba por mi casa a recogerme.

En las últimas semanas después de aquella batalla con los cazadores, apenas nos habíamos visto y eso era debido a las múltiples excusas que me inventé para no quedar con él cada vez que me lo pedía...

Últimamente había estado muy abstraída en mi mundo y a duras penas podía mantener los pies sobre la tierra...

Sabía que quedar con Cory me haría bien, él era la dosis de realidad que necesitaba para mantenerme cuerda.

Después de asearme y vestirme bajé las escaleras llegando a la planta baja de mi casa, encontrándome con mis padres que, en cuanto me vieron, callaron de repente.

Los miré fijamente entrecerrando los ojos intentando adivinar de que hablaban antes de mi llegada.

-¿Decíais?- pregunté despreocupada como si el tema no me importase, cosa que no era cierto.

Se miraron entre ellos para después volver a mirarme a mi, negándose a hablar.

-Bien- respondí sin interés alguno de buscar pelea- A las cuatro pasa a recogerme Cory, he quedado con él- dije cambiando de tema.

Sabía que a mis padres no les hacía ningún tipo de gracia que yo me juntara tanto con los vampiros, mucho menos con el líder de su clan...

-Janny, hija...- empezó a decir mi madre queriendo poner pegas a la relación que tenía con los vampiros.

-Janny nada, mamá- la interrumpí para después dirigirme a la cocina y hacerme un sándwich.

Salí de la cocina mientras me comía el sándwich, pasando por el salón bajo la atenta mirada de mis padres. No les dediqué ni un solo segundo de atención, subí las escaleras y me encaminé a mi cuarto sin mucho ánimo de hacer nada.

Miré el reloj de la mesilla de noche y vi que marcaba la una y media del mediodía.

Dirigí mis ojos al sándwich y consideré eso mi comida, sabiendo que después no tendría hambre para comer nada.

Una vez acabé de comer empecé a pensar en cómo podría vestirme aquella tarde, aún que no lo quisiésemos admitir estaba algo nerviosa y me preocupaba hasta por la ropa que llevaría... Cosa que era muy raro en mí.

Dejé el plato a un lado y me tumbé en la cama mientras miraba el techo fijamente, como si aquello fuese lo más interesante del mundo.

No entendía porque mis padres se mostraban tan reacios a que yo tuviera una amistad con Cory.

Nunca aceptaron a los vampiros como  a iguales... Y no llegaba a entender porque era, el clan de Cory siempre había estado muy unido a nuestra manada...

Entre todos esos pensamientos pronto se hicieron las tres y media y decidí que ya era hora de ir preparándome... Cory era la puntualidad en persona, no tenía margen de tiempo.

Finalmente me decidí por una falda de vuelo negra, con unas medias por debajo del mismo color y un jersey gris, todo esto conjuntado con unas botas negras hasta medio gemelo.

Me miré un par de veces en el espejo antes de ir al baño y cepillarme el pelo, dejándolo caer en ondas naturales por toda la espalda.

Me di unos pocos retoques con algo de maquillaje y salí del baño cuando acabe.

Miré mi reloj de muñeca y justo marcaban las cuatro en punto cuando escuché el motor de un coche aparcar delante de casa.

Sonreí casi sin darme cuenta y después de cojer el bolso salí de mi habitación a toda prisa, bajando las escaleras casi corriendo.

-¡No sé a qué hora volveré, así que no me esperéis despiertos!- chillé mientras iba a un paso rápido hasta la puerta. Salí lo más rápido que pude encontrandome con el coche blanco de Cory y éste saliendo de él.

Se volteó en mi dirección al escuchar la puerta y pude ver como una sonrisa se asomaba por sus labios.

Sentí mi corazón bombear con fuerza contra mis costillas e intenté calmar mi pulso sabiendo que de seguro Cory lo había oído.

Empecé a andar en su dirección y una vez estuve lo suficientemente cerca le di un beso en la mejilla a modo de saludo. Noté uno de sus brazos enrrollarse en mi cintura, pegandome a su cuerpo levemente, sin llegar a ser incómodo.

Una vez nos separamos me dirigí al asiento del copiloto y una vez Cory también entró, arrancó el coche, dando marcha atrás para salir del camino de tierra que había delante de mi casa, e incorporándose a la carretera, poniendo rumbo hacia el pueblo.

-¿Y bien? ¿Dónde me llevas?- pregunté curiosa buscando su mirada con la mía.

Sus ojos se apartaron de la carretera, fijándose en mi, dedicándome toda la atención que tenía para después sonreír como solo él sabía hacer.

-Bueno ya que voy a matarte, al menos mereces saberlo...- bromeó él.

-Ah... Y yo que pensaba que habíamos quedado para ir a tomar algo...- le seguí la broma.

-Pues ya ves que no... Era solo una excusa...

Reí levemente y volví a preguntar a donde nos dirigiamos.

-Espero que te gusten las berlinas de chocolate...- Empezó a decir mirándome de reojo.

Abrí los ojos como platos y le miré con una amplia sonrisa que lo decía todo.

-No me gustan... Me encantan...- dije con una voz que nisiquiera parecía mía.

Cory río ante aquello y asintió con la cabeza.

-Sabia que te gustaban- dijo elevando las cejas en una mueca que me pareció de lo más tierna.

Pronto llegamos al pueblo y nos perdimos en una de las recónditas calles de aquel lugar.

Haciendo esquina, se encontraba una cafetería decorada de manera ochentera que enseguida hizo que quisiera entrar.

Cory aparcó lo más cerca posible y en menos de medio segundo ya estaba en la puerta del copiloto abriéndola y extendiendome una mano para ayudarme a bajar del coche.

Supe que cualquier excusa era buena para cojerle la mano, así que sin pensármelo mucho deslicé mis dedos sobre su palma y enseguida su mano se cerró sobre la mía, tirando levemente de mí hacia el exterior.

Empezamos a caminar en dirección a la cafetería mientras yo me acababa de acomodar la ropa.

Una vez estuvimos dentro tomamos asiento y pronto nos atendieron.

Pasamos toda la tarde allí, comiendo confituras y bebiendo batido, charlando y riendo como nunca lo había hecho con nadie...

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Lo prometido es deuda, mis lectores...

Aquí tenéis la primera parte de la maratón, espero que la disfrutéis mucho...

Espero vuestros comentarios.

Besos y abrazos...

Cass.

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