La nada... Un grande y oscuro vacío dentro de la mente de cada ser... Ahí estaba yo.
Flotando y sintiendo como si mi cuerpo no fuese mío y los pensamientos y percepciones tampoco.
-Mack...- escuché un sollozo... Esa voz...-¡No! Tú no... Te pondrás bien... Lo juro.
Y otra vez... Nada.
No sé cuánto tiempo estuve en ese estado, minutos... Horas... Días o meses... Ahí no había ni noche ni día, no distinguia nada... Algunas voces de vez en cuando en la lejanía de todo aquel gran oscuro.
Y de pronto... La luz.
Nunca me había alegrado tanto de tener un rayo de sol dándome directamente en los ojos.
-Mhhh- gruñí intentando moverme para apartarme de la luz solar.
-Princesa...- susurró la voz cansada de Jordan.
Sentí su mano sobre la mía y apreté la suya para saber si eso de verdad era real.
-Estoy muerta...- susurré para mí misma abriendo los ojos con lentitud y encontrándome con un techo blanco inmaculado- ¿Estoy en el cielo?- seguí cavilando.
-Mack...- volví a escuchar la voz de Jordan.
-Estamos muertos...- susurré yo.
-Son los sedantes- escuché una tercera persona en la sala.
-¿Quién es?- me alteré apretando la mano de Jordan- Ni se te ocurra irte ahora- le amenacé como pude.
Le escuché reír levemente y giré la cabeza mirándole curiosa.
-He echado de menos esos ojos...- susurró más para sí mismo que para mí.
-¿Porqué?- pregunté confusa.
Agachó la cabeza y suspiró con fuerza para armarse de valor y volver a levantarla mirándome fijamente a los ojos.
Me agarró su mano entre las dos y dejó un beso en el dorso de ésta antes de empezar a hablar nuevamente.
-Llevas dos meses en coma...-Susurró con un pesar que no pude descifrar porqué era.
No podía llegar a procesar todo aquello y como por instinto mi mano libre viajó a mi vientre.
Jordan vió ese gesto y sonrió con ternura a la vez que dejaba una de sus manos también sobre mi vientre.
-Cameron está bien...- susurró.
-No entiendo nada... ¿Dónde estoy?- miré a mi alrededor rápidamente y sentí un mareo haciendo que cerrara los ojos con fuerza.
Escuché que el pitido que calculaba mi pulso se aceleraba y Jordan se levantó de la silla de al lado de mi cama y me acunó las mejillas obligándome a mirarle.
-No pienses... Ahora todo está bien, princesa... Shhht...- me tranquilizó Jordan mientras con los pulgares acariciaba mis mejillas.
Después de un rato haciendo ejercicios respiratorios para tranquilizarme hablé.
-Ayudame a incorporarme- le pedí no viéndome capaz de sentarme sola.
Pasó sus manos por mi cintura con firmeza y me ayudó mientras yo hacía fuerza con mis brazos, cosa que fue algo inútil.
Me fijé en que mi vientre estaba mucho más abultado que la última vez que lo vi, lo acaricié con cariño y después miré a Jordan estirando mis brazos en su dirección.
Él se acercó a mí permitiéndome pasar mis brazos por sus hombros y estrechándole contra mí con toda la fuerza que conseguí reunir.
Jordan por su parte me acarició la espalda y la cintura, hundiendo el rostro en el hueco de mi cuello y aspirando con fuerza.
-No me sueltes nunca... Por favor- susurré yo.
-Jamás...
Poco después vino un médico a hacerme un chequeo y nos dijo que todo estaba en orden.
-¿Cuando me darán el alta?- pregunté con ganas de marchar de ahí.
-Aún nos quedan un par de pruebas por hacerte, nada importante... Todo rutinario- me respondió el médico apuntando algo en su libreta y guardando el bolígrafo en el bolsillo de su bata- Como mucho mañana por la mañana estarás en tu casa.
Mi casa... La explosión... Los cazadores... Todo vino a mi mente como un balde de agua fría.
Mi rostro palideció varios tonos y el médico se dió cuenta de eso.
-¿Se encuentra bien, señorita?- preguntó preocupado acercándose a mí.
-Estoy un poco cansada... Eso es todo- susurré no dejándole muy convencido.
El médico salió de allí dejándome a solas con Jordan.
Le miré interrogante y él supo todo lo que debía contestar antes de preguntarle.
-Todo a su debido tiempo...- contestó él.
-Han habido muertes... ¿Verdad?- pregunté sintiendo com las lagimas se acumulaban en mis ojos.
Sonrió de medio lado y negó con la cabeza haciendo que soltara todo el aire que estaba conteniendo.
Esa misma tarde me acabaron de realizar las pruebas y por la noche ya me estaba vistiendo para irme de allí.
-¿Claudine?- pregunté mientras cogía mi mano y salíamos del hospital.
El verano ya estaba llegando y aún no había oscurecido del todo.
-Está entre enfadada y preocupada, venía a verte casi cada día...- dijo él.
Agaché mi cabeza sintiéndome culpable por haberme ido de su casa así.
Nos encaminamos a un coche que no había visto nunca, nisiquiera en el garaje de casa.
-¿Y esto?- pregunté señalandolo con la cabeza.
-Nuestra nueva vida...- susurró abriéndome la puerta del copiloto.
Era también un deportivo, ¿Para que engañarnos? Era igual de precioso que el otro, pero no entendía nada...
-¿Como?- pregunté confusa.
-Espera a ver la casa...- susurró sonriendo de medio lado y arrancó el coche para salir de allí a toda velocidad.
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Jordan
Werewolf-Querida... No saldrás de aquí en tu vida... Aquellas palabras me helaron haciendo que se me quedara cara de tonta. ¿C-como dices?- tartamudeé yo. -Lo que oyes pequeña... Me perteneces, siempre lo has hecho Mack. -¡Estas loco- le chillé sin poder co...