CAPITULO 55

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Mackenzie.

Después del entrenamiento volvimos a la mansión e hicimos un par de ejercicios más, seguido esto terminamos y cada miembro de la manada se fue dispersando hasta su casa.

Fui una de las primeras en tomar la iniciativa e irme de allí, y como no, el señor Kay, hizo presencia con su grata compañía, nótese el sarcasmo...

-Cariño...- susurró él una vez me alcanzó.

-No me llames así...- me detuve en seco para mirarle.

-Joder, Mack... Lo siento, ¿Vale?... El deseo de que tú y yo tengamos algo que sea nuestro...- empezó a decir.

-Tenemos a Cameron...- reproché.

-Lo sé, pero...

-Nada- le interrumpí de nuevo- Déjame, ¿Quieres?- espeté molesta para continuar con mi marcha hacia la puerta principal de casa.

Antes de entrar mi mirada se cruzó con la puerta del garaje, y un escalofrío me recorrió cuando mis piernas empezaron a andar hasta éste.

Entré y me dirigí al tablón de las llaves para cojer la de la Harley, después la busqué con la mirada y no tardé mucho en tenerla arrancada saliendo a grandes velocidades de ahí.

Sentí el aire helado del invierno atravesarme la piel como si de cuchillos se tratasen, pero de cierta manera era un dolor placentero.

Le di más gas y el velocímetro estaba al máximo, poco a poco notaba como mi enfado disminuía y no quedaba nada en mi cabeza.

Suspiré y negué con la cabeza mientras una pequeña sonrisa se formaba en mis labios...

Asegurándome de que no venía nadie del carril contrario, di un giro de 180 grados situándome en éste y aceleré de vuelta a la mansión, la satisfacción de libertad me duró poco al divisar a menos de medio quilometro, el deportivo de Jordan dirigiéndose a toda velocidad hacia mí.

No me detuve y la distancia entre nosotros cada vez era menor hasta que nos encontramos y ambos detuvimos nuestro vehículo quedando en paralelo.

Le miré mientras bajaba la ventanilla y veía sus ojos chispear molestos.

-¿Enserio, Mack? ¿Otra vez?- preguntó haciendo que me acordara de la última vez que me fui de aquella manera.

Bufé y aparté la mirada posandola en la carretera.

Le escuché suspirar profundamente y le volví a mirar, alargó el brazo y sus dedos rozaron suavemente mi mano, la cual se mantenia cerrada con fuerza sobre el manillar de la Harley.

Ante su tacto me relajé un poco y le volví a mirar fijamente, sus ojos transmitían calidez y un pequeño atisbo de esperanza empezaba a formarse en ellos, sonrió de medio lado y habló.

-No estés enfadada... Porfavor- susurró mientras me miraba fijamente, sabiendo que tarde o temprano cedería ante él... Como había hecho ya innumerables veces.

Él no apartó sus ojos ni un solo milímetro y después de varios minutos de silencio sentí como el enfado ya no era tan grande, acabé por asentir y vi por el rabillo del ojo como su sonrisa se ensanchaba.

-¿Una carrera?- pregunté viendo la carretera recta que llevaba directamente a la mansión.

Le escuché reír tentado por la propuesta y le miré mientras asentia.

Esperé mientras hacia maniobras para darle la vuelta al coche y situarse a mi lado.

-Tres...- empezó a decir.

-Dos...- continué yo.

-Uno- susurró él.

-¡Cero!- gritamos a la vez mientras apretabamos el acelerador de nuestros vehículos y salíamos disparados del sitio a una gran velocidad.

Yo iba en cabeza y miré por el retrovisor como Jordan sonreía al ver que poco a poco me adelantaba.

Le di más gas a la Harley y una vez empecé a adelantarle otra vez comencé a hacer movimientos zigzagueantes utilizando ambos carriles para correr con el propósito de que no pudiera adelantarme.

Miré el retrovisor de nuevo y vi la sonrisa que se empezaba a formar en los labios de Jordan y sabía lo que pensaba exactamente.

Pronto divisé la mansión y mis labios se curvaron hacia arriba.
En pocos segundos ya había llegado con Jordan detrás de mí.

Apagué el motor de la Harley y no me bajé de la moto, esperando a que Jordan hablase.

-Eso es trampa- rio él mientras cerraba la puerta del coche.

-En el amor y en la guerra todo se vale, cariño...- dije mientras le veía avanzar hacia mí a través del retrovisor y con eso me bajaba de la moto para volverme a sentar pero esta vez quedando sentada de lado.

-Me suena esa frase...- susurró en mi oído mientras agarraba mis caderas.

-¿Ah si?- susurré de vuelta en el momento en el que sentí sus labios sobre mi mejilla.

Él asintió sin decir nada más y sin apartarse un milímetro de mí.

Sentí como sus manos empezaban a pasearse por mis piernas y cuando llegaron a los muslos los agarró con firmeza mientras los separaba levemente y se posicionaba en medio de éstos.

Carraspeé aclarandome la garganta sintiendo como se quedaba seca a cada centímetro que Jordan acortaba entre nosotros.

-Cr-Creo que deberíamos guardarlos en el garaje- tartamudeé mientras miraba la moto y el deportivo.

-Si- susurró él sin la intención de separarse.

Sus labios se paseaban por mi mejilla dejando suaves besos que me producían un agradable cosquilleo.

Suspiré casi involuntariamente y noté los labios de Jordan curvarse sobre mi mejilla, sabiendo que había conseguido llevarme hasta donde él quería.

-Jordan...- susurré mientras apoyaba mis manos sobre su pecho y hacia el ademán de apartarle.

Sus manos se apartaron de mis muslos y me agarraron las mias haciendo que le rodeara el cuello con ellas, para después volver a dejar las suyas sobre mis piernas.

Sus labios se acercaron poco a poco a los míos, con cautela y sin ningún paso en falso pronto los unió mientras marcaba el ritmo de una manera acelerada pero suave.

Mis manos se enrredaron en su pelo despeinandoselo y ante esto gruñó en mi boca mientras se pegaba más a mí.

-Buscaos un hotel- escuchamos la voz asqueada de Cory a nuestras espaldas.

Nos separamos rápidamente y le miramos confusos mientras veíamos como se formaba en su rostro una sonrisa divertida.

Alzó la mano y vi que entre sus dedos se encontraba la pulsera de Janette, la cual Jake se la había regalado por su decimoséptimo cumpleaños.

-¿Qué haces con la pulsera de Janette?- pregunté.

-Se le cayó esta mañana y he venido a dártela para que se la des...

-Sabes donde vive... Dásela tú- dije mientras levantaba y bajaba las cejas rápidamente.

Vi como apartaba la mirada con vergüenza y reí.

-Vaya, vaya, vaya...- escuché la risa de Jordan.

-Cállate- espetó Cory- Además... No he venido solo por eso...

-Habla- dijimos Jordan y yo al unísono al ver su mirada de angustia, algo no iba bien.

-Vereis...








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