Janette.
Cory y yo caminamos en silencio hasta el salón y poco después yo me acomodé en uno de los butacones al lado de la chimenea.
Observé las llamas entrelazarse entre ellas y noté la insistente mirada de Cory sobre mi.
Desvié mi mirada del fuego hasta sus ojos y no pude descifrar el brillo que había en estos.
Él sonrió de medio lado y se sentó en frente de mí, en el sillón libre que había.
-Dime, Janette... ¿Hace mucho de tu transformación?- me preguntó Cory mientras entrelazaba sus manos.
Le miré extrañada por aquella pregunta y negué con la cabeza.
-Apenas un par de meses...- susurré recordando aquel día... Suerte que Jake estaba cerca... De no haber sido por él hubiese habido más de un herido.
Él asintió y me miró fijamente, perdiéndose en sus cavilaciones.
-Tengo el presentimiento de haber hablado antes contigo...- susurró entrecerrando los ojos.
-Es posible- sonreí encogiéndome de hombros.
-Me caes bien...- confesó éste sonriendo y negando con la cabeza.
-Encantos de licántropo... ¿Que se le va a hacer?- dije sonriendo de vuelta.
Miré el reloj situado encima de la chimenea, marcaba las doce pasadas y debía volver a casa andando, ya que ésta no estaba muy lejos del sitio donde me encontraba.
-Será mejor que me vaya... Empieza a ser tarde...- dije a la vez que me levantaba del sillón.
-No... Porfavor, quédate un rato más... Prometo acércate a casa después- suplicó Cory.
Me lo pensé un tiempo pero acabé accediendo y con eso me volví a sentar en el sillón.
-¿Cuántos años tienes?- pregunté con curiosidad al saber su verdadera naturaleza.
-¿Cuantos me echas?- preguntó este picarón haciéndome reír.
-Medio millón por lo menos... Esas arrugas no te las quita nadie- le saqué la lengua al ver como se hacía el ofendido.
-Para tu información solo 574... Pero me dicen que me conservo muy bien- bromeó él.
-Si te dicen eso te han mentido...- sonreí inocente.
-No lo creo... Sigo viéndome tan sexy como el primer día- dijo con orgullo
-Define sexy...-respondí.
-En una sola palabra... Tú- dijo sonriendo arrogante consiguiendo que me sonrojara y apartara la mirada.
-Cállate- musité sintiéndo como la sangre se acumulaba rápidamente en mis mejillas.
Hubo un momento de silencio y finalmente Cory habló.
-¿Y tú? ¿Llegas al medio millón de años?- preguntó indirectamente mi edad.
-No... Tantos no... Pero unos mil setecientos seguro que sí- reí yo.
-Diecisiete años... No sé porqué esperaba que fueses más mayor... Por las canas que tienes quizás...- dijo ahora él burlándose.
-Pensaba que el tinte las taparía todas... Pero ya veo que me han timado- le seguí la broma.
-Mejor será que cambies de peluquera...- rio ésta vez Cory.
-Si... Mejor será- sonreí negando con la cabeza.
Di un largo suspiro y me hundí aún más en el sillón, dándome cuenta de que necesitaba uno de esos en mi casa.
-Te veo cansada...- susurró Cory.
-Ha sido un día algo movido- expliqué sin dar detalles.
-Tengo tiempo- insistió en que se lo explicara.
-Otro día será...
-¿Habrá segunda cita?- sonrió él haciéndome reír levemente.
-Ya veremos...
-Me conformo con eso.
Apoyé la cabeza en mi mano y sentí la vista cansada, los ojos se me iban cerrando por momentos y lo último que vi fue el fuego de la chimenea.

ESTÁS LEYENDO
Jordan
Werewolf-Querida... No saldrás de aquí en tu vida... Aquellas palabras me helaron haciendo que se me quedara cara de tonta. ¿C-como dices?- tartamudeé yo. -Lo que oyes pequeña... Me perteneces, siempre lo has hecho Mack. -¡Estas loco- le chillé sin poder co...