-Querida... No saldrás de aquí en tu vida...
Aquellas palabras me helaron haciendo que se me quedara cara de tonta.
¿C-como dices?- tartamudeé yo.
-Lo que oyes pequeña... Me perteneces, siempre lo has hecho Mack.
-¡Estas loco- le chillé sin poder co...
-¿Claudine? ¿Dónde has dejado los tacones? ¿El vestido?... Y ¿La tiara de la madre de Jordan?- pregunté alterada paseándome por la habitación sin encontrar nada de lo que me iba a poner.
Volvíamos a estar de nuevo en invierno, ya habíamos pasado las primeras Navidades y a Cameron apenas le quedaban unos meses para cumplir un añito.
La fecha de boda finalmente se había restrasado algo más de lo que pensamos pero por fin nos íbamos a casar... Y estaba de los nervios.
Escuché un par de golpes en la puerta y vi entrar a Valerie con Cam en brazos.
-Cálmate, Mack...- sonrió Val- Todo irá bien...
-¿Jordan se está preparando ya? ¿Los invitados? ¿Y la cena después de la boda... Está todo en su sitio?
-Por enésima vez... Todo está bajo control...
Claudine salió del baño con todo lo necesario para peinarme y maquillarme.
-Todo está en el armario... Donde lo habías dejado, y la tiara encima del joyero... Donde también la habías dejado- dijo ella riendo y negando con la cabeza.
Suspiré exhausta y me senté en frente del tocador mientras Claudine me empezaba a peinar, haciendo tirabuzones en todo mi pelo e hizo un pequeño recogido con media melena. Por último, me colocó la tiara que días atrás Jordan me había dado... Era una reliquia de su familia que pasó de generación en generación hasta llegar a la nuestra.
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Vi a Cameron por el reflejo del espejo y sonreí levemente al ver cómo me miraba curioso.
-Esto ya está... Date la vuelta que voy a maquillarte- me dijo Claudine mientras empezaba a preparar las sombras de ojos, colorete, máscara de pestañas...
-Pero no mucho...- le advertí cuando vi sus intenciones.
Ella sonrió inocente y negó con la cabeza para después empezar con la tarea.
Después de eso empecé con el vestido con la ayuda de Claudine y Valerie lo tuve puesto en menos de cinco minutos.
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El vestido era de lo más largo, de medias mangas de encaje con las cuales quedaban los hombros al descubierto y una tela de tul cubría la cola quilomètrica del vestido.
Tuve que agarrarme la parte bajera para no tropezar con el cuando me puse los tacones.
Me acerqué al espejo de cuerpo entero que había al lado del armario y me miré una última vez respirando hondo y preparándome para las siguientes horas.
Salimos las tres de la habitación y yo ya había cogido a mi Cam entre mis brazos... Cada día pesaba más, esperaba que empezase a andar pronto.
Bajamos las escaleras y yo aún seguía respirando hondo y expulsando el aire lentamente...
Vi a Jake esperando al final de la escalera y en cuanto llegué abajo les tendí a mi niño a Claudine y Valerie.
Jake me miró de arriba abajo con una ancha sonrisa que me hizo sonreír levemente.
-Me han entrado unas repentinas ganas de casarme...- silbó él.
Reí mientras negaba con la cabeza y él me ofreció su brazo, el cual acepté con gusto para después armarme de valor y prepararme internamente para lo que estaba a punto de suceder.
Claudine y Valerie se adelantaron a nosotros a salir por la puerta y cuando Jake empezó a andar le detuve haciendo que se volteara a mirarme con una expresión confusa.
-¿Algo va mal?- preguntó el preocupado.
-No sé si...- empecé a decir.
Jake sonrió sabiendo lo que sentía en aquellos momentos y sus manos frotaron mis brazos intentando reconfortarme.
-Lo sé... Pero hazme caso cuando te digo que no eres la primera novia que tiene dudas...
Asentí no muy convencida y después de una última sonrisa por parte de Jake nos encaminamos a la puerta para acto seguido salir de casa, donde habíamos organizado días atrás todo lo necesario para que la boda se llevase a cabo.
Los ojos de todos los invitados viajaron a nosotros y al final del camino, en el altar, pude ver a Jordan vestido en un traje de color blanco inmaculado, a conjunto con mi vestido.
Miré a Jake y éste me sonrió como diciendo "Estoy aquí" y solo con ese simple gesto me acabé de concienciar para empezar a andar.
Todo lo que pasaba a mí alrededor me pareció muy mecánico... Veía la felicidad y el orgullo en el rostro de los presentes... Pero no sentía como si aquello fuese real... Una novia el día de su boda debería estar en un continuo estado de éxtasis... Yo no lo estaba.
Llegué hasta el altar y Jordan me tendió su mano, invitándome a cojerla... Dude unos segundos en los cuales pude ver cómo fruncía el ceño al no entender que pasaba.
Finalmente mis dedos rozaron la palma de su mano y acabó de acompañarme al altar con una sonrisa en el rostro, antes de llegar habló.
-¿Qué ocurre? Te noto inquieta- susurró él para que solo yo pudiese oírlo.
-Los nervios- sonreí falsamente intentando convencerme de que era eso lo que me ocurría...
