CAPITULO 69

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Habían pasado algunos días desde aquello y aún no había ido a visitar a Dante a las mazmorras... Había algo que no me acababa de convencer y no quería tomar el riesgo de ir a verle, mucho menos en mi estado.

Me encontraba tumbada en uno de los sofás del salón, con Cameron durmiendo plácidamente sobre mí y una de mis manos acariciandole el cabello y la espalda con suavidad, notando como poco a poco se relajaba más de lo que ya lo estaba.

Era media tarde de un sábado y no sabía porqué motivo pero me sentía inquieta y alerta, como si algo malo fuese a pasar...

Escuché la puerta de la entrada y no me hizo falta mirar para saber qué era Jordan el que acababa de entrar.

Entró en el salón y sonrió tiernamente al vernos a Cam y a mi de esa manera. Cameron, como si hubiese notado la presencia de su padre, se removió inquieto en mi pecho pero enseguida se calmó al volver a notar mi mano en su espalda.

Dentro de poco cumpliría un año, y a Jordan y a mi nos preocupaba que aún no hablase, pero según Valerie, Jordan no pronunció palabra hasta los dos y medio... Era más introvertido, o eso dice él.

Se acercó a mí y dejó un beso en mi frente con el que no me quedé satisfecha pero tuve que aceptar.

Le hice un hueco en el sofá y pronto se sentó, para después yo tumbarme en su regazo con Cameron en brazos.

-Me gustaría estar siempre así...- susurré para mí misma, pero Jordan lo oyó.

-¿Así?- preguntó mientras empezaba a acariciar mi brazo.

-Sin preocupaciones, sin estrés, sin correr por nuestra vida... Solo los tres... Bueno, cuatro- sonreí.

Escuché como Jordan suspiraba frustrado por aquello que yo deseaba y él no podía proporcionarme... Dejó un beso en mi cabeza y apoyó su barbilla encima de ésta, abrazándome a mí y por consiguiente dejando a Cameron entre los brazos de ambos.

-¿Sabes algo de Dante?- dije casi sin querer que esa pregunta saliese de mis labios.

Noté como Jordan se tensaba debajo de mí y supe que no debería haber preguntado aquello.

-No quiere hablar... Le enviaron aquí para algo, y no quiere hablar...

-¿Lo habéis torturado, cierto?- pregunté con cierto recelo.

Jordan no respondió y tomé su silencio como una afirmativa que me hizo molestarme.

-Es mi primo, Jordan- me quejé.

-Por eso aún sigue vivo... De no haberlo sido...- calló sin querer seguir la frase.

Suspiré y decidí dejar correr el tema... Sabiendo que en algún momento u otro bajaría a los calabozos a ver a mi primo.

-Ni lo sueñes...- susurró amenazante al notar mi silencio, sabiendo exactamente lo que pensaba.

Le miré algo molesta pero lo dejé pasar, prefería no iniciar una discusión.

Cameron se empezó a revolver en nuestros brazos y sollozó en sueños para después volver a calmarse.

-¿Que estará soñando?- se preguntó Jordan.

-Estará viendo al ogro de su padre en sueños...- bromeé para después besar la mejilla de Jordan.

-O a la gruñona de su madre... Una gruñona muy sexy...- susurró lo último mientras acariciaba con su aliento mi cuello.

-No creo que este sexy en cuanto me empiece a crecer la tripa de nuevo y me ponga como una foquita...- murmuré.

-Estás más preciosa aún...

-Mentiroso...- negué con la cabeza.

-Nunca he estado más seguro de algo, cariño.

Sonreí al escuchar eso y junté mis labios con los suyos, en un cálido y húmedo beso que me hizo sentirme completa, en harmonia con todo.

Me separé y pasé mi dedo índice por sus labios, haciendo que se entreabrieran un poco.

Y ese momento fue interrumpido por una alegre Valerie que entraba al salón con una enorme sonrisa en la cara.

Jordan y yo nos la quedamos mirando en silencio esperando a que dijese algo, pero como Valerie era una mujer de mucho misterio esperó hasta que nosotros le preguntamos qué ocurria.

-Suéltalo ya, nana- dijo Jordan medio divertido por su comportamiento.

Ésta al escuchar eso sonrió aún más y entrelazó sus manos, dándole más misterio aún al asunto.

-Necesito que vayáis a pasar la tarde fuera... Es más, os suplico que vayáis a pasar el día fuera...

Jordan y yo nos miramos extrañados entre nosotros y volvimos a mirarla.

-¿Porqué deberíamos hacerlo?- dijo Jordan tanteando el terreno.

-Porque os lo dijo yo... Id a pasar la tarde fuera- casi ordenó- Solo puedo decir eso... En menos de media hora quiero que estéis fuera de casa- dicho ésto se fue.

Sabía que Jordan se negaría al no tener una explicación lógica y razonable.

-Será divertido...¿Cuánto hace que no salimos de aquí? Vamos...- insistí sonriente.

Él intentó sonreír sin mucho ánimo y acabó asintiendo con la cabeza. Sonreí aún más ante su afirmativa y llevándome a Cam conmigo me fui a la habitación a cambiar.

Una vez llegué a la habitación dejé a nuestro pequeño entre dos almohadones en la cama y me decidí por ropa oscura y algo fresca para no pasar calor con el nuevo clima primaveral.

Jordan entró poco después y se acercó a mí por detrás justo cuando me acababa de desvestir y había quedado en ropa interior.

Le miré a través del espejo de manera interrogante y sonrió negando con la cabeza, indicándome que todo iba bien.

Pasó sus manos por mi cintura y las dejó justo en el bajo vientre, allí donde crecía nuestro futuro angelito...

Puse mis manos encima de las suyas y eso pareció gustarle ya que sonrió sin poder evitarlo.

-Quiero que sea una niña...- susurré.

-Y yo- sonrió en mi mejilla antes de dejar un beso- Nuestra pequeña Isabelle...

Mi rostro cambió de uno feliz a uno algo serio al escuchar el nombre de mi madre y Jordan enseguida rectificó aquello.

-O Natasha, Keya, Ginebra... Hay mil nombres...

-Isabelle sería perfecto...

-Isabelle será- sentenció Jordan.







JordanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora