Lady Brett
Todos los señores importantes de Ripper estaban aquí, menos la persona en quien tenia mayor interés: Lord Thomas Hugh.
Decidí no seguir prestándole atención a ese asuntillo, ni modo, si el dichoso Lord no aparecía aún habían muchos solteros aquí que podrían interesarse por Catelina o Silóe.
-Lady Brett, el señor Eustace me pidió que le preguntase si ya es hora de presentar a sus hijas -dijo Garret, uno de los sirvientes ocasionales que hay en la casa.
-Si... Ya es hora, pero una cosa más... No debe presentar a Myrcella, dile al señor Eustace que la haga bajar discretamente por las escaleras de atrás, no queremos que les dé impresión a los invitados, además esto es por Catelina y Silóe.
Garret asintió con cierta incomodidad y fue a comunicarle lo dicho al señor Eustace, desde lejos pude ver la expresión de disgusto del mayordomo, pero hoy no importaba, si bien él no era un sirviente cualquiera, tampoco podía influir en la vida de mi familia.
Algunos minutos después, Eustace le pidió a los presentes que hicieran silencio, y tal y como había ordenado, presentó a Catelina y a Silóe, mire disimuladamente a mi alrededor, todos estaban encantados por ellas, sobre todo por Catelina.
Y el juego de tazas parecía estar completo cuando Garret volvió a acercarse a mi con la noticia:
-Lord Hugh está aquí mi Lady.
-Pues no lo veo.
-Está conversando con Lord Brett en la oficina, pero me pidió que le hiciera presentes sus saludos.
-¿Entonces él aún no ve a las muchachas? -dije un poco fastidiada.
-Creo que no, mi Lady.
-¡Bien!... Esto es bastante inoportuno, por favor pídele a mis hijas que vengan de inmediato.
-¿A... Las... Tres?.
-¡Por supuesto que no!. Solo a Catelina y a Silóe.
Al otro lado del salón vi a mi pobre Myrcella, estaba completamente sola y se movía ligeramente de un lado a otro al son de la música.
-Madre... ¿Nos mandaste llamar? -dijo Silóe.
-Si... Hay un hombre muy importante hablando con su padre en la oficina en este momento.
-¿Ya está pidiendo nuestra mano? -dijo Catelina con ironía.
-¡Por supuesto que no!... Pero debería, el problema es que él ni siquiera las ha visto. Van a tener que acercarse a saludarlo una vez que salga de la oficina de su padre.
-Esto me parece absurdo -dijo Silóe.
-A mi también, no pensé que nos obligarías a ofrecernos como prostitutas.
-¡Catelina! -gruñi entre dientes, temiendo que alguien la haya oído- Me casé siendo menor que ustedes dos, sería una vergüenza que ustedes no lo hicieran.
-Tampoco es que tengamos la opción a negarnos -dijo Silóe.
-Exacto -dije con firmeza- Esa no es una opción.
ESTÁS LEYENDO
Los Fantasmas De Frogville © | Completa
Historical FictionEn la lejana ciudad de Grethel, vive la adinerada familia Brett. Lord Elric y su esposa Adélaïde, parecen llevar una vida normal junto a sus cuatro hijos, Silóe, Catelina, Han y la infortunada Myrcella. Pero ellos esconden un "incómodo" secreto, la...