Lady Catelina
Un mes despuésNo sabía porqué el viaje de mi esposo y Oli a la capital, se había extendido por tanto tiempo.
Me angustiaba pensar que Han había cambiado de opinión, y que había decidido hacerse de Oliver, gracias al cielo las cosas no fueron así.Hace dos noches, Thomas anunció su regreso, el alma me volvió al cuerpo al leer que nuestro pequeño también estaba deseoso de volver a casa.
A pesar del alivio inicial, algo más empezó a corroer mi conciencia.
Le había vuelto a fallarle a mi familia.
Una semana entera estuve "conociendo" al nuevo hombre, pasé siete días junto a Gemerk, sólo para darme cuenta que no era la misma persona a la que había amado alguna vez.
Es extraño como los sentimientos son capaces de mutar en corto tiempo.
Ya no amaba a Frank Law; sin embargo ahora amaba a "Gemerk", ese hombre roto y sin más motivo de vivir que encontrarme.
¿Qué debía hacer entonces?.Seria inconsciente de mi parte tomar una decisión sin tener a Thomas presente, no seria bueno para ninguno de los dos... Para ninguno de nosotros tres.
La constante duda entre ambos no me dejaba dormir, ni comer, ni nada.
Me estaba volviendo loca, la culpa no es algo que puedas callar fácilmente.Pasada esa semana, le pedí al nuevo Frank que me diera tiempo, que cuando mi esposo regresara a Bissnirá, yo podría elegir.
¿En qué clase de persona me había convertido?. No... ¿Qué clase de persona he sido toda la vida?.
Aunque doliera aceptarlo, empezaba a reconocer aspectos en mi carácter, que eran propios de un sólo y detestable ser: Eustace.
La maldad del espectro, no estaba tan alejada de la mía, pues era capaz de destruir la vida de cualquiera de esos dos hombres, solamente por una felicidad tal vez momentánea.
****
Media hora antes de su llegada, Thomas envió a un emisario para que todo en casa estuviera preparado.
Los manteles, las copas y la vajilla ya estaba en su lugar, lo único que faltaba era yo.Un infernal dolor de cabeza no me había abandonado desde la madrugada, era tan fuerte que incluso pararme de la cama, me mareaba y me obligaba a acostarme nuevamente.
Aún así hice el esfuerzo de levantarme, y cambiarme, quería ver a Oliver. Y porqué negarlo, también quería ver a Hugh.
Ellos llegaron unos diez minutos después de que yo bajara de la habitación.
Mi niño parecía haber crecido un poco, tenía la sonrisa de Han y los ojos de Emma, un niño precioso, el ser más noble que he conocido.Thomas estaba extraño, me esquivaba la mirada y su saludo fue solo una venia de cortesía.
Temí lo peor, quizá alguien me había visto con Frank, pese a ser muy cuidadosa nunca faltan las personas que te observan sin que lo notes.Mi esposo pidió que le preparasen un baño caliente, Oliver quería dormir, habían tenido que madrugar para llegar a casa a esta hora.
Una de las sirvientas lo llevó a su habitación, y las otras se encargaron del pedido de mi marido.
Él subió a la habitación sin dirigirme la palabra.Las criadas llevaron la bañera caliente a mi habitación, Thomas se desvistió sin cuidado y se sumergió en el agua casi hirviendo.
—¿Qué te pasó en Ripper? —pregunté.
Él elevó una ceja y meneó la cabeza en negación.
—No sé... Tú hermana Silóe llegó a Hearhome con su prometido y-.
—¿Silóe tiene prometido?.
—Huyó de Frogville con él, es un muchacho... El hijo ilegitimo de un lord... No sé como tomarás esto, pero tú familia le hizo algo terrible a él y a... A Frank Law.
Sabía de quien me estaba hablando. La primera noche que pasé con Gemerk, él me contó todo lo relacionado a Rickard Skeltor, a Silóe, a su huida, a la ayuda de Lady Deccir. Todos los pequeños detalles que pudieron haberle contado a Thomas, yo ya los sabía, pero fingí desconocerlos.
—¿Silóe huyó?... No lo hubiese pensado de ella. ¿Para qué fueron a Hearhome?.
—¿No vas a preguntar por Frank Law? —suspiró.
—No. Primero quiero saber de mi hermana. ¿Qué pasó con ella?.
Él esbozó una casi imperceptible sonrisa, y continuó.
—Ella y Rickard Skeltor, como se llama su prometido, fueron a buscar a Han para pedirle protección. Yo estaba ahí cuando llegaron. Costó mucho trabajo, pero logramos quitar todos los cargos que habían sobre él.
Al fin una buena noticia, por lo menos uno de nosotros sería feliz. Los malditos hermanos Brett, parecíamos condenados a la falta de amor real en nuestras vidas, pero Silóe lo tendría.
—¿Cuándo van a casarse?.
—Dentro de dos meses, a finales de julio. Ya todo está organizado —soltó un largo bostezo y luego volvió la vista al agua, que aún vaporeaba bajo su cuerpo— Hay algo más.
—¿Tiene algo que ver con Frank Law?.
—Sí —tras varias exhalaciones, por fin pudo mirarme a los ojos, preocupado y triste— Él también está libre de todos los cargos. Los tuvieron encerrados en el cuartel de Hala, lo torturaron y le hicieron creer que yo era quien había ordenado todo eso... ¡Te juro que yo jamás haría algo así!.
—Yo... Yo te creo, tú no eres capaz de algo tan atroz —me acerqué a él con el peso de la conciencia bajo mis pies, acune su rostro entre mis manos y lo obligué a mirarme a los ojos— Yo no tengo ninguna duda sobre ti.
—Él no quiso dejarte... Aquél día, cuando planeaban huir, él no quiso dejarte... Si Law vuelve a aparecer, tú eres libre de rehacer tu vida con él.
Sus palabras me dejaron helada, no me tranquilizaba saber sobre su pasividad, al contrario, su actitud me angustiaba muchísimo.
—Si tú aún quieres a ese hombre... Yo no seré un obstac-
—Ya basta Thomas —susurré— Yo ya no siento nada por Law.
—Pero si volvieras a verlo...
—Si volviera a verlo... No pasaría nada —mentí— No dejaría la vida que tengo contigo y con Oliver, por él.
Thomas se levantó un poco de la bañera, y me abrazó, con alivio mal disimulado.
Había entendido entonces, que él era un hombre frágil, sensible. A pesar de su gran poderío y aparente soberbia, Thomas Hugh no se repondría si lo abandonara ahora.
Además, quedarme con él no era algo jalado de los pelos, estaba segura del amor que sentía por mi esposo. Diferente, más dulce y maduro, nosotros estaríamos juntos y seríamos felices.
«Lo siento tanto, mi amor... Tal vez podamos estar juntos en otra vida».
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Los Fantasmas De Frogville © | Completa
Ficción históricaEn la lejana ciudad de Grethel, vive la adinerada familia Brett. Lord Elric y su esposa Adélaïde, parecen llevar una vida normal junto a sus cuatro hijos, Silóe, Catelina, Han y la infortunada Myrcella. Pero ellos esconden un "incómodo" secreto, la...