Oculta Entre Arañas

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Lord Law

Al despertar por la madrugada, Myrcella yacía dormida a mi lado, las sabanas transparentes dejaban a relucir su cada vez más delgado cuerpo, tenia que observarla por varios minutos para darme cuenta si aún seguía respirando, pues en la posición que estaba, lucía mas como un cadáver que como una persona.
Algo inquietante me picaba detrás de la cabeza, sentía como una araña punzando una y otra vez, tratando de decirme algo, tratando de mostrarme algo que era incapaz de ver por mi mismo.

Me levanté con cuidado, pensaba que el aire fresco me ayudaría a recobrar la calma y podría volver a dormir, a veces pensaba en dormir para siempre, si pudiera morir yo en lugar de Myrcella, lo haría, así no tendría que cargar con la culpa de haber sido incapaz de amarla, una vez que ella se vaya.

Empecé a caminar por ese jardín malnutrido, ya no estaba como cuando era yo quien lo cuidaba. Recorrí los corrales y llegué hasta la casa en donde solía vivir hasta hace solo unas semanas. Nadie había entrado ahí desde entonces, salvo Ulla Crispy una vez a la semana para limpiar un poco. Aún no encontraban a otro jardinero de tiempo completo, así que de alguna manera, ese lugar seguía siendo mío.

Abrí la puerta y caminé en la oscuridad hasta llegar a la que solía ser mi cama, una ventana abierta dejaba entrar la luz de la luna, que a su vez me alumbraba la silueta de una persona echada ahí. Pensando que podría tratarse de un ladrón, avance cauteloso, hasta enredarme con una gruesa telaraña que parecía estar ungiendo de mosquitero.

—¿Quién anda ahí? —dijo la persona levantándose de la cama con rapidez.

—¿Catelina? —la luz filtrada me dejaba ver tan solo el brillo de sus ojos.

—¿Frank? —dijo volviendo a sentarse en la cama.

Permanecía inmóvil, con la cabeza gacha y las manos sobre el regazo.
Sin entender la situación, camine hasta donde estaba y me senté a su lado. Ella abrió los ojos con sorpresa y examinó mi rostro con la mano.

—¿Estás aquí realmente? —sonrió —He soñado tantas veces que entras por esa puerta... Pensé que este era otro de esos sueños.

—¿Qué haces aquí Catelina?—dije sin poder sostenerle la mirada.

—Es el único lugar donde puedo dormir... No soy capaz de estar en casa, sabiendo que tú...

—Lo siento... Si yo pudiera hacer algo para...

—No tienes que disculparte, yo te pedí que te casaras con Myrcella... Esto va a pasar algún día.

—¿Esto?.

—El dolor... La tristeza, va a pasar algún día, y volveré a dormir en mi cama y me voy a olvidar de lo que siento... Pero sé que estas solo son palabras —dijo con voz quebradiza —Probablemente siempre me sienta de esta manera.

La luz se reflejo en un lágrima que corría por su mejilla, ella quiso pararla antes de que llegue a su quijada, pero yo lo hice en su lugar. Acune su rostro en mis manos y por primera vez en todo este tiempo, la besé. Catelina se sorprendió al principio, yo me di cuenta de mi error y trate de apartarme, pero ella volvió a guiar sus labios a los míos, no era un simple beso casto, era un beso de deseo desenfrenado, de algo contenido dentro de nosotros por más de diez años.
Apreté su cintura e hice que se acercara más a mi, ella recorría mi espalda con dedos gentiles. Lleve mi mano a sus pechos y deje que desaparecieran bajo el apretado vestido, no podía apartarme de ella, ella no podía apartarse de mí, pero antes de terminar de desatar el vestido, ella me alejo con calma.

—Aún no... No hoy, pero te esperaré aquí cada noche —dijo agitada.

—Y yo vendré para hacerte compañía —deposité un beso ligero en sus labios.

Antes de llegar a la puerta, ella volvió a acercarse a mí y dijo con voz firme:

—Una cosa más... No quiero que vuelvas a acostarte con Myrcella... Nunca volverás a acostarte con ella. ¿Está bien?.

Asentí, ella me dio otro beso y salió de la casa.


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Dedicado a LizethRuiz542 gracias por tus votos y comentarios en esta historia, y también en las otras, de verdad me motiva mucho a seguir escribiendo!! 😄

Los Fantasmas De Frogville © | CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora