Lord Hugh
Una semana después.La capilla de San Agustín estaba prácticamente vacía, ninguna persona importante había venido a esta boda, tal vez muchos, al igual que yo, ya habían descubierto el verdadero origen del misterioso "Lord Law", que no era, ni más ni menos que el ex jardinero de Frogville, las muchachas Brett si que tienen gustos particulares. Me senté en la tercera fila del lado de los hombres, en los asientos frente a mí habían un par de mujeres de clase medía, que seguro asistieron buscando recibir alguna recompensa de parte de Lord Brett; en la primera fila estaba Lady Brett y sus dos hijas solteras: Silóe y Catelina. Esta última llevaba un vestido muy oscuro, casi negro, me imagino que de alguna manera quiso reflejar el luto personal que estaba sintiendo en este momento.
Al comenzar la ceremonia, todos permanecían impávidos, incluso el "novio", tenia la mirada triste y asolada, pensé que en cualquier momento voltearía a mirar a Catelina, aunque sea como una despedida, pero no lo hizo, solo permanecía mirando al frente. Me puse en su lugar por un instante, no entiendo las razones por las que él esta casándose con Lady Myrcella, pero es más que claro, que no siente nada hacia ella. Si yo estuviera en esa posición, y vería el rostro de desconsuelo de Catelina, dejaría el altar en ese momento para correr hacia ella y llevármela lejos.
Después del intercambio de alianzas, Lord Law beso las manos de su ahora esposa, y ella hizo lo mismo con él.
Myrcella era la única que brillaba este día, incluso su fealdad pudo verse opacada por su felicidad, sonreía sin importarle que vieran sus podridos dientes, sus ojos huesudos resplandecían como el sol, este era el día más feliz de su vida, y solo ver su rostro era suficiente para confirmarlo.Esto me llevo de nuevo a observar a Catelina, ella permanecía seria, pero apretaba fuertemente la mandíbula, y una vez que los novios pasaron a su lado una lágrima indiscreta empezó a correr por su mejilla.
Si este era el día más feliz de Myrcella, era el más doloroso para Catelina.Una vez en Frogville, la recepción fue pequeña pero impecable, Eustace, el mayordomo, se había encargado que cada cosa este en su perfecto lugar para recibir a los invitados.
Los novios bailaban en medio del salón, y los demás observaban con curiosidad y desconcierto.
Pude acercarme lo suficiente a Catelina, como para que nadie más nos oyera y le dije casi en un susurro:—Espero que pueda sentirse mejor pronto Lady Catelina.
Ella me miró con desconcierto, pero me alejé antes de que pudiera responderme algo.
ESTÁS LEYENDO
Los Fantasmas De Frogville © | Completa
Historische RomaneEn la lejana ciudad de Grethel, vive la adinerada familia Brett. Lord Elric y su esposa Adélaïde, parecen llevar una vida normal junto a sus cuatro hijos, Silóe, Catelina, Han y la infortunada Myrcella. Pero ellos esconden un "incómodo" secreto, la...