Emma Crispy
El dolor se iba agudizando conforme pasaban las horas, Catelina apretaba mi mano derecha y sonreía de forma confortable.
Tenía un fuerte olor a vino y el rostro congestionado cuando entró a mi habitación, seguramente discutió con su marido, era bueno que lo hiciera, las discusiones ayudan a las parejas. Y a decir verdad, yo quería que esa pareja se concretara, Catelina ya había sufrido demasiado por Lord Law, tal vez la suya, es de esas relaciones que simplemente no están destinadas a pasar.
La luz del alba empezaba a despuntar por la ventana, esa sensación de estar siendo partida en dos era peor de lo que había imaginado.
—Dentro de poco tendrá que pujar —dijo el doctor Darren —¡Su hijo será alguien importante!.
—¿Por qué lo dice? —gemí.
—Porque se está haciendo esperar, dicen que cuando un niño tarda en nacer, es porque su futuro será brillante.
«Su futuro será brillante».
¿Qué futuro brillante podría tener este pobre pequeño?.
Seguramente Catelina nunca lo dejaría desamparado, tampoco creo que Lord Hugh lo haga, pero de igual forma, ni aunque los Brett aceptaran a mi hijo como un miembro de su familia, él dejaría de ser lo que es, un bastardo.
—Doctor, ella está sangrando mucho —dijo Catelina angustiada.
—Es normal Mi Lady, la señorita Crispy es primeriza, todas las primerizas sangran de esta manera —sonrió —Bien, Emma, es hora de pujar, te prometo que el dolor pasará después de esto... Cuando diga tres, debes contraer el vientre, como si quisieras soltar una gran carga... Bien... ¡Tres!.
«Una gran carga»...
Pensé en Han, Eustace, Frogville, en mi estupidez, en mi bastardo...
Puje hasta que mis pulmones se contrajeron.
—¡Está haciéndolo maravillosamente, Emma!... Otra vez... ¡Tres!.
Pensé en Han, Frogville, Catelina, mi tía Ulla, Lord Hugh, en mi pequeño bastardo...
—¡Bien, Emma!... Solo dos veces más... —la voz del doctor sonaba menos emocionada que antes.
—Doctor... Creo que no es normal... —titubeó Catelina.
—¡Este es mi trabajo, Mi Lady, sé lo que hago!... De acuerdo Emma... ¡Tres!.
Pensé en Han, Catelina, Lord Hugh, mi tía Ulla... En mi hijo...
El doctor Darren se veía contrariado, yo me sentía más y más débil, seguramente perdí mucha sangre, pero es normal... ¿Cierto?.
—Lady Hugh, le voy a pedir por favor que se retire de la habitación...
—¡No!... ¡No me iré de aquí! —dijo aferrándose a mi mano.
—Por favor... ¡Que no se vaya! —supliqué.
El Doctor apretó los labios y asintió con pesar.
—Bien, Emma... Una última vez... ¡Tres!.
Esta vez pensé solo en mi bebé, él era lo más importante en este momento.
Puje con fuerza, hasta que su llanto inundó la habitación, alcancé a ver que era varón, tal y como había pensado desde que supe que lo tendría, quise que me lo acercaran para poder conocer su rostro, pero no hubo tiempo suficiente, una brillante luz y un fuerte dolor en el vientre, fueron el final de todo.
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Los Fantasmas De Frogville © | Completa
Historical FictionEn la lejana ciudad de Grethel, vive la adinerada familia Brett. Lord Elric y su esposa Adélaïde, parecen llevar una vida normal junto a sus cuatro hijos, Silóe, Catelina, Han y la infortunada Myrcella. Pero ellos esconden un "incómodo" secreto, la...