Lady Catelina
Su mirada huía de la mía, él no quería mirarme, algo tan terrible le había pasado en estos minutos que su rostro palidecía más que cuando lo encontré herido hace tantos años.
—¡Por favor digame ya que está pasando! —dije con la voz mas firme que pude.
—Mañana me iré de aquí mi Lady.
—¿Por qué?... ¿Acaso mi padre te echó por las piezas que bailamos? —Nunca se lo perdonaría si fuera por eso.
—No... La razón es otra, yo le falle a mi país hace mucho tiempo, no creía en la causa, pero no debí abandonar la guerra como un cobarde.
—¿A qué viene todo esto ahora?... No puede estar pensando en entregarse a Hala, he oído de esas torturas —¡No, no!, amaba tanto a este hombre que lo mataría yo misma antes de saber que fue torturado.
—No puedo quedarme más tiempo aquí... Yo no podría...
—¿No podría qué? —mi moderación empezaba a fallar, estaría hecha un mar de lágrimas en cualquier segundo.
—No llores Catelina —dijo pasando un dedo por mi mejilla derecha— Tú padre me hizo una propuesta hoy, me daría un título, tierras y fortuna a cambio de casarme con una de sus hijas.
—¿Con Myrcella? —¿Por qué Myrcella querría casarse con Frank?.
—Sí... Pero yo no podría aceptar —baja la mirada— Lamento haber sido tan cobarde Catelina... Siempre lo he sido, pero no lo seré ahora, prefiero morir en manos de Hala que vivir bajo tu techo casado con otra mujer.
—¿Mi padre te amenazó con enviarte al cuartel de Hala, no es así? —algo ardía dentro de mí, una llama se iba extendiendo a cada centímetro de mi cuerpo.
Su rostro permaneció impávido, no necesitaba una respuesta, su silencio confirmaba mis sospechas, pero sabia que esa idea no podía provenir de mi padre, esa idea venía de la retorcida mente de Eustace.
—Acepta... Por favor... Si sientes algo por mí, te ruego que aceptes.
—Tú sabes lo siento... Por esa misma razón no puedo aceptar.
—¡Por favor! —dije sujetando sus manos con fuerza— No podría vivir pensando en que te estarán haciendo... Dudando si estás vivo o muerto... No quiero vivir así, te lo suplico... Acepta.
Él acuna mi rostro entre sus manos y nuestros labios quedan tan cerca que se rozan ligeramente cuando hablo.
—Por favor... Vuelve ahí y dile a mi padre que lo has pensado mejor y que vas a casarte con Myrcella.
Frank se aleja de mi, aún sin palabras entiendo que ha aceptado, que hará lo que le he pedido.
Me acerco a él dispuesta a por fin sellar este momento con el beso que tanto he anhelado, pero no puedo.—Ya es muy tarde... —digo entre dientes, reteniendo cualquier lágrima que quiera poder salir.
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Los Fantasmas De Frogville © | Completa
Historical FictionEn la lejana ciudad de Grethel, vive la adinerada familia Brett. Lord Elric y su esposa Adélaïde, parecen llevar una vida normal junto a sus cuatro hijos, Silóe, Catelina, Han y la infortunada Myrcella. Pero ellos esconden un "incómodo" secreto, la...