Los Fantasmas De Frogville © | Completa

El Gran Anuncio

Frank

—Señor Law... Veo que cambio de parecer —dice Eustace al abrir la oficina de Lord Brett.

—¡Señor Law!... ¿Ya recapacitó? —dice Lord Brett con las manos sobre el escritorio.

No lo había notado antes, pero con la expresión que ambos tienen en el rostro, se ven prácticamente idénticos.

—Siento mucho la respuesta que le di hace un momento Lord Brett, si su propuesta aún sigue en pie, yo... Acepto —me duele mencionar cada una de esas palabras.

—¡Magnifico! —se levanta del escritorio y se acerca a mi para palmearme la espalda —¡Eustace!... Llama a Myrcella al centro del salón y dile que habrá un anuncio importante para ella.

—¿Ahora mismo mi lord? —pregunta el anciano.

—¡Por supuesto!... No hay tiempo que perder.

—¿Ahora mismo? —no puedo esconder mi desconcierto.

—Mi estimado señor Frank, dada la situación de mi pobre Myrcella, no podemos perder más tiempo... ¡Eustace!... Ve de una vez.

El mayordomo hace una ligera reverencia y sale de la oficina.

—Lord Brett... ¿Usted está seguro de querer hacer esto?.

—Señor Frank... Cuando una persona de mi nivel tiene una hija, piensa en casarla con algún noble o por lo menos con algún nuevo rico... No con el jardinero... ¿Pero quién soy yo para negarle a mi hija un poco de felicidad al final de su vida?... Además no creo que usted esté interesado en otra persona, ¿O si?.

—No mi lord... No estoy interesado en nadie más —digo, trayendo a mi mente el rostro de la hermosa Catelina.

—¡Entonces es perfecto!... En un par de semanas dejara de ser Frank "El jardinero" y pasará a ser "Lord" Law —dice haciendo énfasis en el "Lord" —Viendolo de otra forma, haber aparecido en esa laguna es lo mejor que ha podido pasarle en la vida... Disfrute de su suerte, una vez que Myrcella muera, usted puede casarte con quien quiera, incluso puede traer a su próxima esposa a vivir aquí... Pero lo lo pronto, debe hacer feliz a mi hija... No es difícil para mi comunicarme con alguien de Hala —a pesar de la gran sonrisa que tiene en el rostro, puedo sentir el aliento de amenaza en sus palabras.