Lord Han
Entiendo las intenciones que tuvo Thomas Hugh al traer a Oliver a Hearhome, pero tener a aquel niño que es "mi hijo", tan cerca a mi, no hacia mas que dificultar la decisión que había tomado.
Él tenia muchas actitudes que podía reconocer en mi persona, y sobre todo, muchas cosas de Emma. ¿Cómo pude decidir tan rápidamente dejarlo al cuidado de Catelina y su marido?.
A Deeana la molestaba la cercanía que tenía con "mi sobrino", ella no disimulaba el desprecio que sentía hacía el pequeño.
Mientras Hugh se reunía con sus socios, yo me quedaba con Oliver, sus llamativos ojos me hacían pensar en su madre.
La tarde antes de su partida de regreso a Bissnirá, tenía planeado decirle a Thomas que había cambiado de opinión, que no podría desprenderme del niño con tanta facilidad. Haría por mi hijo, lo que no pude hacer por la joven Crispy, lo protegería.
Pero una inesperada visita cambio mis planes, y también los de mi cuñado.
Deeana había organizado una cena formal a modo de despedida, sólo eramos cuatro personas presentes, pero ella preparó todo un banquete como para mil invitados.
Estábamos a penas en el entremés cuando Eve, el mayordomo provisional, irrumpió en el salón anunciando a nuestros visitantes.—Lady Silóe Brett y un joven que dice llamarse Rickard Skeltor, piden verlo, mi Lord.
—¿Justo ahora?. ¡Qué inoportunos! —se quejó Deeana.
Yo aún no salía de mi sorpresa, no había visto a mi hermana favorita en varios años, y al otro muchacho ni siquiera recordaba conocerlo. Sólo cuando lo vi, pude acordarme un poco de él, solía visitar a Silóe en Frogville.
Mi hermanita corrió a abrazarme, su rostro había envejecido un poco, seguramente ella me veía de igual forma. Estaba con algunos kilos menos y la ropa desgarbada, pero emanaba sólo felicidad y dulzura.
—¡Ha pasado tanto tiempo! —suspiró.
Algunas lágrimas de alegría amenazaban con desbordar sus ojos. El hombre que la acompañaba, miraba receloso a su alrededor, sobre todo a Thomas.
—Mucho gusto —dije extendido una mano hacia él— Soy Han Brett, y por lo que sé, usted es Rickard Skeltor.
Él asintió sin despegar la vista de mi invitado.
Silóe se percató de eso y también se puso a la defensiva contra Hugh.
—¿Sucede algo, Lady Silóe? —preguntó él.
—Sí... ¡Vaya que sí!... ¿Cómo pudo ser capaz de hacerle eso al señor Law?.
—¿Al señor Law? —pregunté confundido— ¿El marido de Myrcella?.
—Sí... A él lo obligaron a casarse con Myrcella, amaba a Catelina... ¡Ellos se amaban!.
¿Catelina enamorada de un jardinero?, eso si es increíble.
—Cuando Catelina y Frank por fin tenían la oportunidad de estar juntos, este hombre se confabuló con nuestro padre e hizo que lo encerraran en una prisión... ¡En la misma prisión donde tuvieron encerrado a Skeltor!... Mi madre hizo que aprisionaran a Rickard en cuanto supo que él y yo queríamos casarnos.
—¡Un prisionero en mi casa! —gritó mi detestable esposa— ¡Eso es repugnante!.
—Deaana, por favor retirate, este es un problema familiar.
—Por si no lo recuerdas, soy tú esposa, por lo tanto soy parte de esta familia —inquirió.
—¡Yo no hice nada de eso! —se defendió Hugh— No sé de donde pudo sacar esas ideas, mi lady, pero yo nunca tomé medidas contra el señor Law.
—¡A él se lo dijeron los guardias! —intervino por fin el tal Skeltor— Usted pagó para que mantuvieran encerrado a Frank... Pagó para que lo torturarán. ¡Usted y Lord Brett son el mismo tipo de gente asquerosa!.
—Por favor, señor Skeltor... Le pido que se retire, no puede hablarle de esa forma a mi cuñado —seguía sin entender la situación, pero debía confiar más en la palabra de Thomas que en la del extraño.
—Si echas a Skeltor, yo también me iré con él —mi hermana hablaba muy decidida— Huí de Frogville cuando me reencontré con Rickard, desde hace muchos años supe lo que nuestra madre le había hecho, él tuvo que huir del cuartel de Hala para volver conmigo. Pensé que tú nos podrías ayudar, pero si prefieres creerle a ese hombre... —dijo señalando a Hugh.
—¡Mi Lady, señor Skeltor, yo les juro que no tuve nada que ver con el encierro de Frank Law!... Estaba enterado de la situación y le di a Catelina mi total apoyo, sin embargo él sólo desapareció y la dejó esperándolo. A mi también me tomó por sorpresa, pues ya me había conformado a perder a mi esposa.
—¿Catelina estaba con ambos hombres al mismo tiempo? —gritó Alessandri con indignación— ¡Qué barbaridad!. Ahora sólo falta saber que este niño es un bastardo —dijo alejándose con asco de Oliver.
—¡No te permito que hables así de él! —le di un fuerte golpe a la mesa frente a ella, algunos de sus lujosos trastes se destruyeron en el suelo como cascarones de huevo— ¡Nunca se te ocurra volver a hablarle de esa forma a Oliver!.
Todos se quedaron en silencio, observando esa ligereza de ira tan poco común en mi carácter usual.
—Conozco a Thomas, Silóe, y estoy seguro que él no haría algo así. Sin embargo no dudo que Eustace o incluso mi padre pueda haber hecho cosas tan terribles como encerrar injustamente al señor Law y al señor Skeltor... Siento mucho todo lo malo que mi familia le ha causado —me dirigí al compañero de mi hermana— Es algo que me avergüenza sobremanera, y si hubiera alguna forma de arreglar las cosas, o alguna manera en la que yo pudiera ayudarlo, lo haré sin dudar.
—Sólo quisiera que los de Hala dejaran de perseguirme —musitó— Ni siquiera mi padre pudo disuadirlos antes.
—¿Perseguirlo, acaso usted...?
—Yo huí de Hala, bueno, Frank y yo lo hicimos, si es posible que también dejaran de buscarlo a él, sería maravilloso. Es un buen hombre, está algo trastornado, pero tiene un buen corazón.
—Si me permite, yo puedo ayudar con eso —interrumpió Hugh— Tal vez pueda contactarme con algunas personas para eliminar todo registro de usted y del señor Law. Porque me juro que no tuve nada que ver con su encierro, pero si puedo ayudarlos en su libertad, lo haré.
—Y una cosa más —continuó Skeltor— Quiero pedirle la mano de su hermana, no hay cosa que ansié más en este mundo que casarme con Silóe. Por favor... Cuándo todo se haya solucionado, permitame casarme con ella.
Silóe lo observaba embelesada, no había duda de que se el amor que se profesaba ese par era genuino. ¿Quién era yo para prohibirles ser felices?.
—Por supuesto —asentí — En cuanto todo esto se haya solucionado, yo mismo organizaré su boda.
Él sonrió agradecido, y volvió la vista hacia Hugh.
—Si lo que dice es cierto, si usted no tuvo nada que ver con el encierro de Frank, espero que tenga la oportunidad de aclarselo algún día.
—Haré lo posible por hacerlo, mientras tanto alargaré mi viaje hasta haber solucionado este problema.
Entonces sólo debía esperar a que esto se solucionara, una vez que Silóe y Rickard Skeltor estuvieran felizmente casados, podría decirle a Catelina que quiero hacerme cargo de mi hijo.
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Nota:
Los últimos cinco capítulos y el epílogo, estarán disponibles el día 28 de febrero, o el 1 de marzo en la madrugada.
Es muy triste llegar al final, pero al mismo tiempo, es bonito darle un cierre definitivo a esta historia.
Muchas gracias por seguirla 💚
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Los Fantasmas De Frogville © | Completa
Ficción históricaEn la lejana ciudad de Grethel, vive la adinerada familia Brett. Lord Elric y su esposa Adélaïde, parecen llevar una vida normal junto a sus cuatro hijos, Silóe, Catelina, Han y la infortunada Myrcella. Pero ellos esconden un "incómodo" secreto, la...