Narrado Por Catelina
He convivido con cosas extrañas durante toda mi vida.
Cuando Eustace apareció, yo tenía a penas 4 años, pero lo recuerdo a la perfección. Mi hermana mayor, Myrcella, jugaba con Han, mi otro hermano, cerca de la fuente en la vieja casa. Silóe era muy pequeña, tenia a penas un año y meses, ella reposaba en el regazo de mi madre mientras mi padre observaba a mis hermanos jugar.
Era domingo, habíamos ido a misa más temprano, el resto del día era para descansar.
Pero nuestra tranquilidad se vio interrumpida cuando llamaron a la puerta; Yetra, el ama de llaves, había tomado el día libre para visitar a su madre enferma, mientras que el viejo Cal, el jardinero, estaba posiblemente descansando en la casa de empleados.
Mi padre, el gran Lord Brett, fue quien atendió a la puerta. El resto de nosotros seguíamos en el jardín disfrutando de los últimos rayos de sol. A los pocos minutos mi padre volvió, estaba acompañado de un anciano vestido de manera muy formal, con sombrero de copa alta y guantes impecablemente blancos.
— Buenas tardes estimada familia Brett, soy Eustace Bronson, y he venido a quedarme — dijo el anciano dejando sus valijas en el piso.
Mi madre miró alarmada a mi padre, dejo a la pequeña Silóe en la cunita de mimbre que Yetra le había preparado cuando nació y se acerco poco a poco al extraño visitante.
— Disculpe mi Lord. ¿Tenemos algún tipo de parentesco con usted? — dijo ella notablemente abrumada, pero sin perder la elegancia.
— Me temo que no soy un Lord, mi Lady, bueno... Por lo menos no lo era — dijo mirando fijamente a mi padre — Soy un fantasma, mas específicamente, soy el fantasma de la anterior vida de mi querido Lord Brett.
Mi madre lógicamente pensó que el hombre era un orate, miro nuevamente a mi padre que permanecía impávido parado cerca de las columnas de mármol.
— ¡Elric, este hombre es un demente!.
— No lo es cariño — dijo mi padre con voz graduada.
— ¿Entonces debo creer que es un fantasma?.
— Si me permite su señoría, podría demostrar que mis palabras son verídicas — dijo Eustace acomodándose los guantes.
— ¿Cómo?.
El anciano sonrió sutilmente, jaló uno por uno cada dedo de los perfectos guantes hasta dejar su mano liberada. Repitió lo mismo con la otra mano, y luego las levanto en dirección a nosotros.
Han y Myrcella dieron un grito de terror y corrieron a esconderse tras la falda de mi madre, mientras tanto ella no podía creer lo que estaba viendo.
Las manos de Eustace no eran más que huesos, no tenia ni siquiera un poco de piel.— El resto de mí es igual a esto mi Lady, pero no quiero ofenderla desnudándome.
Mi madre corrió hasta la cunita de Silóe y me tomo de una mano mientras retrocedía dejando al espectro junto a mi padre.
— No tema mi Señora, no le haré daño ni a usted ni a nadie de su familia, ustedes son mi familia también.
— ¿Por qué entonces está en esta casa?.
— Porque he sido enviado, su familia tiene algo muy especial, y yo debo quedarme con ustedes hasta que mi querido Yo, pueda venir conmigo.
— ¿Y eso cuándo será?... Tengo hijos pequeños, no podría dejarlos ahora — dijo mi padre.
— ¡Oh, no se preocupe por eso mi Lord!... A usted aún le quedan muchos años de vida... ¡Veame!... Soy un anciano y usted está en plena flor de su vida, le quedan por lo menos unos cuarenta años más en este mundo.
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Los Fantasmas De Frogville © | Completa
Historical FictionEn la lejana ciudad de Grethel, vive la adinerada familia Brett. Lord Elric y su esposa Adélaïde, parecen llevar una vida normal junto a sus cuatro hijos, Silóe, Catelina, Han y la infortunada Myrcella. Pero ellos esconden un "incómodo" secreto, la...