Obsesión

Capítulo 2

Pienso que a la mayoría de personas en el mundo les pasa lo que a mí. Cada vez que me pregunto "¿Qué hice hoy?" la respuesta llega de forma inmediata, no tengo que pensar mucho en ella porque hice lo mismo que ayer, antier y toda la semana pasada. No es como si en esos días hubiera hecho cosas verdaderamente asombrosas, cosas de las que pudiera sentirme orgullosa. Únicamente estuve en mi cama viendo películas que pudieran animarme un poco o romperme un poco más, a veces devorando dulces o en otras ocasiones sin querer ingerir nada.

Debo aceptar que no habría dicho lo mismo hace unos cuantos meses. En ese entonces mis días eran asombrosos, especiales, felices. Todo de lo que carezco ahora lo tuve conmigo hace tan poco tiempo, que puedo recordar perfectamente cada detalle como si lo estuviera viviendo.

¿El problema? Es que quizá no vuelva a vivir algo así jamás.

A partir de la segunda semana de octubre no podía evitar correr hacia mi casillero y buscar en él alguna nota escrita solamente para mí, con bolígrafos de colores y la misma preciosa caligrafía del primer día. No había sido capaz de decírselo a nadie, ni siquiera a Melanie. Seguramente iría corriendo a contarle a Isaac. Conociéndolo como lo conocía, armaría un drama tremendo, por el hecho de que alguien deje notas tan profundas dentro de mi locker.

"Me encanta ver, aunque sea desde lejos esa preciosa y resplandeciente sonrisa, esa pasta dental debe ser excelente. 

Iluminas el mundo entero, pequeña hada mágica.

S."

Todas sus notas iban directo a mi caja de cosas especiales, junto con un dibujo perfecto de mi rostro que esa persona se tomó el tiempo de hacer. No me había sentido alarmada con la idea de que un misterioso chico que, en cada una de sus notas firma con una letra "S", estuviera interesado en mí. Al contrario, quería poder conocerlo, saber de quién se trataba, quería averiguar cuál de todos los chicos de ese aburrido instituto tuvo el valor de confesarle su amor a la novia del capitán del equipo de fútbol, capaz de golpear a todo aquel que se acerque a "su chica" (Como él me llamaba).

Busqué entre mis cosas dentro del casillero, dejando la tarjeta en uno de los forros de mis cuadernos para evitar que esta se arrugue. Encontré al fin el libro de física que buscaba para poder ingresar a clases.

En el pasillo me crucé con Lena, quien hablaba animada con Samuel. Un chico extrovertido, integrante también del equipo de fútbol. Tengo que aceptar que, en todo lo que llevaba del año escolar, pensé en posibles candidatos a ser el chico misterioso de las notas firmadas con la letra "S". He pensado en que podría ser Samuel, aunque no le veía cara de interesarse en la novia del capitán de su equipo, además de que, es tan despreocupado y desordenado que no lo imaginaba tomándose el tiempo de escribir cosas tan tiernas para una chica. Por otro lado, pensé en Steve, un chico atractivo y reservado que me acompañaba en cada una de mis clases de química y filosofía. Era carismático una vez que tomaba confianza. Pero su forma de escribir no se asemejaba en nada a la de las notas. También había pensado en Sebastián, el último chico de mi lista y del que tengo muchas más sospechas que con los dos anteriores...