Capítulo 24

1.2K 187 42
                                    

 Habíamos subido al tejado de la casa de Miles. Desde que llegamos no mediamos palabra alguna. Él se limitó a mirar al horizonte mientras yo solo lo observaba a él, me sentía tan avergonzada por lo que había sucedido, sentía rabia al recordar la escena que hizo Isaac.

Ahora que lo pensaba, sentía asco de él. Sentía asco al pensar en lo agresivo que puede ser cuando está bajo los efectos del alcohol. Me sentí insegura cuando recordé la noche en que todo fue confuso ¿Me lo habré imaginado o es que Isaac si llegaría hasta ese extremo?

Sin darme cuenta, lágrimas habían aparecido en mis ojos. Me sentía vulnerable. No quería pensar que lo que había sucedido esa noche pudo haber sido real, si de verdad estuve en peligro. Para mí era imposible pensar que Isaac podría ser tan malvado bajo los efectos del alcohol, él nunca fue así antes. Pero ahora que dejó marcas en mi brazo, que me llamó como el Isaac tierno del pasado nunca lo haría, no estoy segura de que sea el mismo de antes. Probablemente sí quiso hacerme daño aquella vez.

Sentí los brazos de Miles rodearme, fue entonces que me di cuenta de que tenía frío. Porque al sentir su calor corporal dejé de temblar, una de sus manos frotaba mi espalda.

—Tranquila. —Susurró cerca de mi oído.

Supe que no quería eso, no era justo que mi noche se arruinara por culpa de ese idiota. Sequé mis lágrimas y decidí olvidar el tema que me atormentaba.

—Miles... 

—Dime. —Respondió de inmediato.

—¿Te has enamorado alguna vez?

Se separó un poco de mí, su expresión había cambiado por completo. Ya no se veía molesto como hace unos momentos, ahora en sus labios se había colado una fugaz sonrisa.

—Sí, te hablé de ella alguna vez. —Empieza a frotar sus manos. —No sé si lo recuerdes.

Intenté hacer memoria por un momento, no recordaba que me hubiera contado algo así antes.

—¿Y si refrescas un poco mi memoria?

—Lo hice en tu cumpleaños catorce, justo después de que partieron el pastel. —Suspiró. —Te dije que me gustaba una chica de la clase de física.

Mi cara fue de total sorpresa, mis labios se abrieron formando una "o" perfecta.

—¿Solo te has enamorado de ella? —Pregunté con ambas manos cubriendo mis labios. —Miles, eso fue hace tres años, recuerdo que también en ese entonces me dijiste que era la única. ¿Qué pasó con ella?

—Ya sabes... Como todos los años cambiaron nuestros horarios y ella no volvió a coincidir en ninguna clase conmigo. —Se encoge de hombros. —Pero hemos seguido en contacto y de alguna manera hemos progresado.

—¿Eso significa que al fin le hablaste? ¿Son pareja? ¿Desde cuándo? —Empiezo a bombardearlo con mis preguntas.

—Alex, al menos respira. —Dice entre carcajadas y su risa logra contagiarme. Una vez que nos calmamos, él decide responder a mis preguntas. —Para empezar, sí, ya le hablé. No somos pareja, es más bien algo complicado... Podría decirse que actuamos como una, ya sabes, besos y demás.

—Pero, si estás enamorado de ella seguro querrás algo serio. —Digo mientras soy testigo de cómo frota sus sienes con la yema de los dedos, por lo bajo puedo ver que está sonriendo.

—No puedo creer que sigas siendo tan chismosa. —Alborota mi cabello hasta despeinarlo por completo.

—Miles, habla de una vez.

ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora