Capítulo 17

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Apenas desperté corrí hacia mi móvil y busqué la corta conversación que tuve hace días con Anónimo, donde había quedado en el completo olvido y abandono por parte suya. El mismo último mensaje que envié seguía allí leído, pero jamás respondido. En varias ocasiones llegué a ver el puntito verde que me indicaba que él estaba allí, así como vi también que alguna vez estuvo escribiéndome, pero al final su mensaje no llegaba. Reconozco que parecía una loca enfocada en su celular y en una sola conversación, siento que esto está poniéndome peor de lo que ya me encontraba. Por supuesto intenté revisar el perfil de "Harry S" y buscar amigos que tuviéramos en común, pero no era tonto, la única amiga que tenía era yo, no había información personal, ni fotografías, ni fechas de nacimiento. Nada.

Por otro lado, dentro de mi casillero tampoco encontré nada. Apenas llegaba al instituto lo único que quería era ir hacia mi casillero, solo quería que Anónimo me diera alguna señal de vida. Sabía que estaba volviéndome loca por algo a lo que ningún otro le sumaría importancia. Ni yo misma entendía en lo que me estaba convirtiendo por una persona que no he visto ni conozco, temía terminar aún más destrozada y desilusionada de lo que debería. Tenía el presentimiento de que jamás sabría quién era él y de que jamás dejaría atrás a las personas que me sofocaban día a día.

Me encontraba en el comedor desayunando cuando llegó mi madre del mercado, llevaba unas cuantas bolsas plásticas en la mano, detrás de ella caminaba Miles quien cargaba consigo bolsas mucho más pesadas que las de mi madre y en mayor cantidad.

—Hola Alex. —Dijo colocándolas sobre el mesón de la cocina.

—¿Cómo estás cariño? —Habló mamá.

Sonreí ampliamente para ambos.

—Yo bastante bien... No me digas Miles, mi madre de nuevo te arrastró para que la ayudes a hacer la compra. —Dije.

—Me pidió que repare su laptop y yo me ofrecí a ayudarla. —Respondió mientras se dirigía al frigorífico, lo abrió y comenzó a organizar las cosas que habían dentro de las bolsas plásticas.

Apareció mamá detrás de mí como si de un fantasma se tratase, haciendo que me diera un susto de muerte. Me miró con una seria expresión que pone cada vez que va a regañarme por alguna cosa. ¿Qué hice ahora?

—Alex, estoy cansada de repetirte cada día que organices tu habitación. —Puso los brazos en jarras. —Quiero verlo todo limpio en cinco minutos.

Entonces mi móvil sonó anunciándome que había llegado un nuevo mensaje, salí disparada hacia él y mi madre se quedó en exactamente la misma posición que antes.

—Niña, eres incorregible. —Murmuró con molestia.

La vi dirigirse hacia Miles, donde él seguía organizando los vegetales. Yo por mi parte desbloqueé mi móvil, estaba nerviosa, solo esperaba que fuera ese mensaje que tanto estuve esperando. Cuando el móvil fue desbloqueado al fin por mis manos temblorosas el rostro de Bianca fue el primero en mostrarse frente a mí, hablaba sobre algo que no era realmente importante, cosas de literatura. Pero al revisar todos los mensajes sí encontré uno que hizo que mi corazón palpitara a mil, Anónimo me había escrito hace tres minutos.

Harry S: Si no me he mostrado frente a ti, es porque ya me has visto varias veces. Además, si lo hiciera, se perdería de algún modo toda esta magia que existe entre nosotros. Seguramente ya nada sería lo mismo. Mis cartas ya no te impresionarían y yo menos, sin embargo, no niego que a veces quisiera hacerlo, mandar todo esto al demonio y correr a abrazarte. Solo disfrutar de ti el tiempo que me permitas hacerlo, pero seguro te resistes a mis encantos.

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