Capítulo 35

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Scott y Bianca, quienes siempre van juntos al instituto, se habían quedado sin transporte. El auto de Scott estaba averiado. Así que Miles, tan servicial como siempre, se ofreció a llevarlos el tiempo que lo necesitaran. Todos estuvimos de acuerdo en viajar juntos. Después de todo, Scott y Bianca son divertidos, su presencia da un toque especial a todas las mañanas. Sarah no tuvo problema en cederme su lugar en el copiloto, no es como si yo se lo hubiera pedido. Pero últimamente yo quería estar más tiempo junto a Miles, y Sarah junto a Bianca.

—Me gusta mucho tu auto. —Mencionó Scott dirigiéndose a Miles.

—Gracias, aunque está algo descuidado. —Respondió él mirando a Scott por el retrovisor. —Además es muy antiguo.

—Les recuerdo que es mi auto también. —Protestó Sarah.

—Es más mío que tuyo. —Mencionó Miles sonriéndole con suficiencia.

Su hermana solo se cruzó de brazos y suspiró molesta, Bianca a su lado no dejaba de reír por lo bajo.

—En fin... Es un auto muy lindo, me gusta lo clásico. —Intervino Scott para aligerar el ambiente.

Aunque Miles y Sarah discutieron de vez en cuando por cosas sin sentido alguno, la situación jamás fue incómoda. Excepto cuando él me dedicaba alguna fugaz mirada que me hiciera ruborizar, intentaba lo menos posible que nuestros ojos se encontraran. Más aún cuando yo me encontraba contemplándolo y él me pillaba desprevenida.

Quisiera decir que él no llamaba mi atención, pero si soy sincera no podía dejar de verlo, ponía expresiones que lo hacían ver tan tierno cada vez que nos molestaban nuestros amigos. Cada vez que se reía, cada vez que levantaba una de sus pobladoras cejas, cada vez que me miraba... Me encantaba solo sentarme ahí junto a él y robarme su atención de vez en cuando, aunque me pusiera nerviosa después, aunque todos empezaran a hacer bromas de lo cursi que probablemente era nuestra amistad. No se sentía mal después de todo.

Bajamos todos del auto, yo esperé a que Miles llegara a mi lado, me acerqué a él y entrelacé los dedos de nuestras manos. Él me miró divertido.

—Que tierna. —Dijo besando mi mano que sostenía la suya.

—No más que tú. —Respondí.

Juntos nos encaminamos al conjunto escolar. Bianca y Sarah iban juntas, se dedicaban alguna cariñosa mirada de vez en cuando. Scott solo evaluaba todo a su alrededor en busca de alguien, creo suponer de quién se trataba.

Al llegar apenas a la entrada del instituto, todos nos detuvimos en seco, nos miramos entre nosotros. Las personas que estaban dentro, al notar nuestra presencia empezaron a murmurar y señalarnos. O al menos a uno de nosotros. Vi a Sebastián al fondo del pasillo con los ojos hinchados, su mirada estaba sobre Scott. Reparamos en todo a nuestro alrededor. Sentí una punzada en el corazón cuando caí en la cuenta de que, todo el lugar estaba empapelado con cientos de copias de una foto de Scott y Sebastián. En ella, los mencionados no hacían más que darse un beso en los labios. Miles de pronto apretó mi mano demasiado fuerte, miré hacia donde él tenía puesta su atención. Isaac.

Scott ya se había echado a llorar, en un arranque de ira empezó a quitar y destrozar los papeles que dejaban al descubierto su verdadera orientación sexual. Yo por mi parte, estaba al igual que él llena de ira, estaba indignada, veía como todos se burlaban de Scott y hasta le dedicaban miradas de asco.

Isaac era el primero en estar disfrutando del terrible momento, se carcajeaba sin disimulo alguno. No podía creer que fuera tan asqueroso, que hiciera algo tan atroz. Era para mí lo más ruin que alguien podía hacer, Scott no merecía nada de eso. Solté la mano de Miles, él intentó tomarla de nuevo, pero no se lo permití. Caminé hasta llegar a Isaac.

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