Le había contado a Bianca lo que sucedió la noche anterior, no dejó de decirme lo lindo que estaba el anillo que Anónimo me había regalado y trató de ayudarme a buscar una solución para que él volviera, pero esta vez para quedarse. Ahora mismo nos encontrábamos en el comedor, después de haber evadido a Isaac y a Scott sentíamos que al fin podíamos disfrutar por completo de nuestro tiempo juntas.
Mientras almorzábamos, vi pasar frente a mí a Steve quien, al verme me dedicó una pícara sonrisa y siguió con su camino. En la mañana también había visto a Sebastián quién se puso más nervioso de lo normal a mi parecer, se encontraba resolviendo operaciones matemáticas cuando me acerqué y él empezó a tartamudear a la hora de saludarme. Por otro lado, Samuel y varios otros jugadores se mostraron extremadamente amables conmigo en la práctica a la que Isaac asistió y me pidió que le acompañara.
Si antes llegué a la conclusión de que Anónimo podría darme señales de lo que había sucedido en mi habitación, hoy me retracto. Todo el mundo parece ser Anónimo justo ahora, no puedo estar más confundida al respecto.
—¿Entonces si vas? —Pregunta Bianca.
—Por supuesto, él me pidió que no me lo perdiera. —Respondo.
Lleva hasta su boca una de sus papas fritas y la muerde, con la boca llena vuelve a hablar.
—Los partidos son aburridos, de verdad que no les encuentro ninguna gracia. Excepto por los jugadores, ellos sí que son lo único bueno. —Pone una pose de estar pensando. —Aunque la mayoría son unos idiotas, sin ofender a tu novio.
Bebo un sorbo de mi gaseosa para refrescarme. Tanto tiempo de estar hablando con Bianca sin parar, ha producido que mi garganta se secara.
—Sinceramente no me importa, reconozco que Isaac es un idiota que solo se preocupa en verse bien. —Suspiro. —Y en sonreír para todos menos para a mí.
—Reconoces que es tan idiota, pero sigues con él. Si no haces algo para quitártelo de encima creo que terminarás siendo su infeliz esposa y madre de sus superficiales hijos.
—No tengo idea de cómo terminar con una relación. Cada vez que lo tengo en frente siento que le debo mucho, por eso prefiero fingir ser la novia perfecta frente a todos. —Vuelvo a beber de mi gaseosa. —¿Sabes? Creo que también me he convertido en una persona superficial. Lo sé porque tengo el pensamiento de que, si lo dejo, no habrá alguien que me aguante tanto como él. Tendré que despedirme de ese chico perfecto que atrae todas las miradas, mucho más cuando está conmigo. De verdad soy una basura.
Bianca me mira con compasión, suspira y deja de lado su comida. Las papas que tenía en su mano las vuelve a depositar sobre el plato desechable.
—No eres una basura, al menos reconoces que piensas de manera incorrecta. Aceptas tus errores, eso es lo importante. —Toma mi mano y entrelaza sus dedos con los míos. —Estoy segura de que recapacitarás y encontrarás la respuesta a todas tus dudas, yo tengo fe en ti, Alex.
—De verdad agradezco que no me hayas lanzado tus papas encima. —Bromeo.
Bianca suelta una carcajada.
—No desperdiciaría unas papas de ese modo.
—Entonces... ¿Me acompañas al partido? —Propongo poniéndole mis infalibles ojos de cachorrito.
—Alex, sabes que no me siento cómoda con tantas personas con aires de grandeza cerca de mí, seguro tu amiga Melanie hará que la pases bien. —Responde.
Tomo sus manos y hago que me mire a los ojos.
—Anda. Si quieres hacemos algo juntas después, pero acompáñame. —Hago un puchero. —Sólo será por esta vez.

ESTÁS LEYENDO
Obsesión
Genç KurguÉl termina con su vida, saltando de un precipicio frente a Alex. El mismo chico que la amó y le dejó profundas notas de amor en su casillero, decidió lanzarse y dejarla sola. Pero...¿Por qué lo hizo?, ¿por qué frente a ella? Y la pregunta más impo...