RIGHT NOW. © +18 (T.2 BEFORE) (DARYL DIXON)

13. te amo

Hola chicas... primero que nada, quiero agradecerles por todo el apoyo que me dan con esta historia, sinceramente, es inmenso, y me encanta que ustedes sigan acá, a pesar de todo.

Segundo, HOY HAY CAPÍTULO DE THE WALKING DEAD Y SINCERAMENTE NO ESTOY PREPARADA. SÉ QUE VA A SER MUY TRISTE, QUE MI CASA SE VA A INUNDAR EN LÁGRIMAS Y QUE SE NI ME VEN MÁS, ES PORQUE ME MORÍ DE LA TRISTEZA.

Tercero, quiero recordarles que comencé con dos nuevas obras: Survive Together (de Daryl) y Stay Or Run (de Jeffrey). Me encantaría que ustedes, si aún no la leyeron, pasen por ellas dos y las lean para ver que onda. Muchas gracias nuevamente por el apoyo.

Cuarto... Sé que están impacientes por Under My Skin, pero es que esa historia es una de las que más trabajo me lleva. Por eso la tardanza. Quedense tranquilas, pronto voy a actualizar, seguramente esta semana, antes de irme de vacaciones.

Y quinto y último... disfruten de este capítulo. Uno de los más lindos, tristes y esperados para mí. Las quiero demasiado!

Siento el roce de sus labios sobre los míos. Su respiración es una dulce brisa que repasa los poros de mi piel, junto al olor de su colonia limpia y fresca.

Cuando separo apenas mis labios para sentirle, escucho el grito de Jax, llamándome. Es en aquel entonces que ambos, quedando con nuestros ojos abiertos, mirándonos, nos separamos lentamente, sin poder sentir a nuestros labios. Sin poder siquiera volver a repetir los momentos de nuestro antes.

  — ¡Mami! — nuevamente escucho su grito, y por el tono de su voz, comprendo que algo no está bien.

Parece estar asustado.

Salgo con prisa de la habitación, cerrando de un fuerte golpe la puerta, corriendo por el pasillo para bajar por las escaleras rápidamente, viendo como Jackson al verme, viene hacia mí, abrazándose a mis piernas.

Mi hermano Paul está mirando fulminante a mi pareja, Shane, quien se encuentra sudado y con cara de muy pocos amigos.

— Cariño... hey, estoy aquí. — digo poniéndome de cuclillas, observando a Jax, quien tiene sus ojos cristalizados. Su cuerpo tiembla de pies a cabeza y puedo notar que la respiración le va a mil por hora por la forma en la que su pecho sube y baja. — Jax, cariño... ¿que pasa?

— Papá... papá... es malo. Muy malo.— dice con desesperación, con su voz sumamente quebrada. Él aprieta sus pequeñas manos contra mis hombros, y yo elevo mi vista, observando a Shane.

— ¿Que le hiciste para que esté así? — digo con mi voz fría.

— Exagera, Julianne. Eso es todo. — responde así, sin más, como si fuese lo más normal del mundo ver a Jackson en un ataque de nervios.

— Papi me llevó afuera... con las cosas esas malas. Me dio un arma, mamá. Me dijo que tenía que ser un hombre, que tenía que comenzar a defenderme porque él un día no estará más y tú tampoco. Esos mordedores intentaron eso. Mordernos. Me dejó solo escondido en el coche, y muchos empezaron a golpear contra él, mami. Tenía un arma, y quise disparar pero...

— Pero se le trabó el gatillo. — responde Shane. — Así que no pudo.

Con la ira corriendo por mis venas, totalmente enfadada, enojada, con mucha impotencia en todo mi cuerpo, yo me levanto poco a poco, yendo hacia quien pensaba que podía ser un buen padre para mi hijo.

— ¡¿Como te atreves a llevarlo afuera y encima, darle una puta pistola?!— digo tomándolo del cuello de su camiseta, quedando con su rostro a escasos centímetros del mío. Una sonrisa irónica se posa en sus labios y yo, con la furia por los aires, aprieto más de mis manos contra él.