78. noche buena... no tan buena

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Daryl se ha ido hace tres días al Santuario.

No estuve sola, y eso fue gracias a él también en cuanto surgió la idea de tener que ir con su hermano mayor para aplicar orden y mostrar su presencia en el antiguo lugar donde antes el líder era mi padre.

Dominic y mi hermano vinieron a la cabaña en cuanto él se fue. Los dos fueron de gran ayuda con los niños, los cuales en cuanto se dieron cuenta de que Daryl se iría, se revolucionaron.

Jackson fue el único que lo entendió a duras penas y no se alteró con su partida. Al igual que sus tíos, él también fue de gran ayuda.

Solo pude hablar con Daryl la misma noche del día que se fue. Mi walkie talkie no funcionaba bien y el ballestero me advirtió que probablemente era por falta de batería.

Efectivamente así lo fue.

Sin embargo, me sentí bien durante estos días. No tuve sensaciones extrañas que pudieran hacerme alertar sobre mi futuro marido, pero a pesar de que los días hayan sido amenos con mi mejor amigo y mi hermano mayor, lo extraño como nunca antes lo había hecho. Supongo que la sensibilidad del embarazo ya está comenzando a hacer efecto.

Dominic tiene una leve sospecha. Paul... pues si la tiene, disimula demasiado bien para no ser obvio en tener que preguntarme con respecto al tema.

El italiano de mi amigo me pescó con nauseas y por la noche, mis vómitos en el baño le alertaron.

Sus sospechas fueron claras cuando ayer, antes de dormir, me ofreció un cigarro. Y por supuesto, me negué ante ello.

Me miró extrañado, dudoso y con una mirada de costado constante.

Todo es muy reciente y me encantaría poder darle las nuevas buenas tanto a él como a mi hermano, pero preferiría esperar al menos unas dos semanas más y ver como es que todo surge.

Los niños estuvieron distraídos con Paul y Dom. Phoebe mejoró su manera de tratarme, aunque luego de estudiar bastante su comportamiento para poder entenderla y ponerme a su altura, caí en la cuenta de que su forma de ser cambia cuando Daryl está presente.

Sin el ballestero, ella es amable conmigo y de hecho me ayuda con Nathanael y Alanna, al igual que Jackson también lo hace.

Mi hermano, por las tardes, les dio clases de jiu jitsu a los niños más grandes. Allie y Nate también participaban, e incluso nos llegaron a sacar carcajadas por sus intentos de movimientos marciales.

Ahora mismo, con la caravana que Daryl y yo obtuvimos hace tiempo atrás, estamos estacionando dentro del Reino, donde es que festejaremos la navidad.

Los niños se encuentran alistados, completamente listos para la reunión que tendremos hoy en la cena navideña.

Paul me ayuda a bajar de la caravana, siendo yo la última en salirse de ella.

Él rodea su brazo derecho por mis hombros, caminando ambos a la misma par.

— Espero que haya servido de ayuda nuestra presencia con Dominic. — dice, dándome un apretón en el brazo.

— De hecho, los voy a echar de menos. — admito, imitando un puchero. Él me copia y ambos reímos. — Gracias, P.

Antes de que Daryl se fuera hacia el Santuario, coordinó en que nuestro punto de encuentro sería aquí, directamente en el Reino.

Esperaba que en la entrada estuviese su motocicleta y la de Merle, pero ninguna de las dos están.

Frunzo mi ceño de inmediato.

Dominic se gira, tomando con una mano a Alanna y con la otra a Nate, mientras los niños mayores van adelante, directo hacia la casa del Rey.

RIGHT NOW. © +18 (T.2 BEFORE) (DARYL DIXON)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora