Semanas más tarde.
— ¡Jackson! ¡A comer!
Daryl coloca la bandeja con ensalada de lechuga, tomate y cebollas en el centro de nuestra mesa, mientras que yo sirvo del pollo que Hilltop nos ha brindado en nuestros platos, viendo como Jackson se sienta con molestia en su lugar.
— ¿Y ahora que te pasa que tienes esa cara? — su padre se sienta con cansancio, esperando una respuesta de parte del niño.
— Nada.
Pongo mis ojos en blanco.
En este último tiempo, las cosas han sido complicadas para absolutamente todo el mundo, pero la convivencia que llevamos en la cabaña, a veces logra darme migraña.
Jackson ha comenzado a sacar su modo rebelde, peor del que ya tenía.
No tiene escrúpulos. Responde todo lo que se le antoja, dice malas palabras, y por más que le regañemos una y mil veces, no para.
Daryl intenta mantener la calma, pero no le dura mucho tiempo. En cuanto la pierde, arde Troya. Y eso es lo que provoca que yo me vuelva como loca, simplemente porque se pone a la altura de un niño de siete años.
Con nuestros platos ya completamente servidos, Daryl se sirve una copa de vino, mientras que a mi y a Jackson, nos da jugo exprimido de naranja.
Las situaciones en las comunidades ya están atentas al último ataque, en donde yo no puedo participar. Luego de la pérdida de Carl, he comprendido en que debo cuidar nuestro futuro. Debo cuidar a mi familia.
Comprendí gracias a Daryl en que ya no puedo salir tranquilamente a las afueras de los muros sola, porque no sé si podré regresar.
Además de eso, dos noches luego del fallecimiento de Carl, Jax se recostó a mi lado, aprovechando en que Daryl ya estaba dormido, para confesarme con un llanto desconsolado en que no quería perderme. Que ya no quería que nadie muriera, y que si a mi me sucedía algo, él nunca más iba a ser feliz.
Entendí por ese entonces que ya no podía seguir haciendo de mis cosas lo que se me antojara la gana, y por eso, le prometí que no iba a salir más.
El vientre es aún más abultado. Las patadas incluso logran verse con facilidad, y Daryl... joder.
Saca esa versión tierna, dulce y atenta que pocas personas logran admirar, pero yo logro ser una gran afortunada.
— ¿Vas a decirme que es lo que te pasa o quieres que las cosas terminen mal? — dice Daryl a nuestro hijo, mirándole con seriedad.
— ¿Puedo tener una cosa en mi brazo como el tío Merle lo tiene?
— Aún no. — Daryl responde al instante, solo causando que el niño lo fulmine con su mirada. — Todavía no, Jackson.
— Estoy cansado de que todo el mundo me mire como si yo fuese un niño raro. Siempre se burlan de mi. No puedo jugar ya con nada, ni siquiera con las carreras a control remoto como lo hacía con mis tíos. Para hacer pis mojo todo. Es una mierda.
— El vocabulario, Jackson. — le regaño, y él lo único que hace es resoplar con fuerza. — Creo que ya hemos hablado del tema, ¿otra vez quieres lo mismo?
— A ti no te debe importar lo que los demás digan, niño. — dice Daryl, limpiando su boca con una servilleta de papel. — A ti te debe importar lo que tú pienses. Es el principio. Aún no logras acostumbrarte, pero mira a tu tío Merle. Sabe incluso hasta cazar con una sola mano, y no se queja de absolutamente nada.
— Pues el tío Merle es grande, pero yo soy pequeño.
— Como sea. ¿Quienes se burlan de ti?
ESTÁS LEYENDO
RIGHT NOW. © +18 (T.2 BEFORE) (DARYL DIXON)
FanfictionCuando crees que todo acabó, cuando piensas que ya nada será como antes, algo o alguien te impide que sigas creyendo en aquello, y te arruina todas las expectativas. Pues a mi me hizo eso él. Y sí, las arruinó. Pero las arruinó de la mejor forma pos...