30. problemas familiares

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Mis uñas se clavan sobre la estrecha espalda que el ballestero tiene, sintiendo de aquella forma la manera en la cual su piel se acopla a la mía, siendo totalmente suave incluso con esas marcas que tatúan a su pasado.

Gimoteo de placer en cada estocada que él me proporciona. Había echado de menos todo esto, y espero no tener ningún tipo de problema durante el embarazo, dado a que cuando estuve embarazada de Jackson, claramente no me he acostado con nadie y no sé sinceramente cual es la experiencia.

— ¿Por qué sonríes? — mi voz jadeante hace aquella pregunta en cuanto veo como él, con su frente pegada a la mía, me observa sonriéndome.

— Siento... Siento que tienes las tetas más grandes. No quiero imaginarme cuando estés a punto de explotar.

— Eres un idiota. — digo en una carcajada, mientras él sigue moviéndose. — ¿Al menos te gustan?

No responde con palabras, sino más bien con actos.

Daryl de inmediato baja su cabeza hacia el valle de mis senos, curvando un poco a su espalda para poder seguir embistiéndose y al mismo tiempo, lamer de mis pezones que están endurecidos como rocas.

— Ah... — tiro mi cabeza hacia atrás, apretando a mis manos contra el colchón, sintiendo todas las sensaciones que él provoca sobre mi cuerpo. No solo por lo que las embestidas me provocan, sino que también por el tacto de su boca contra mis zonas mas sensibles.

— Joder, Jules. — dice en un gruñido, con mi pezón entre sus dientes. — Como extrañaba tenerte así.

— Sigue, por favor. — reclamo mi pedido mientras elevo mi cadera, provocando que se sienta aún más a su miembro entrando dentro mío.

Daryl, ya sin aguantar más toda esta sensualidad y el erotismo que los dos estamos creando, queda erguido y arrodillado frente a mi cuerpo, con sus manos sobre mis caderas, mientras mis pies se hunden en su espalda baja.

Él empieza a penetrarme de una manera descomunal y que echaba mucho de menos.

Agradezco que ya las lesiones no me duelan, porque sino ahora mismo estaría como una loca sufriendo del dolor, pero claramente, eso no está pasando.

— Joder. — aprieto mis dientes con fuerza, mientras él disfruta verme en cada embestida que me proporciona. — Daryl... — él sonríe con malicia, golpeando así mucho más a su pelvis contra la mía.

— ¿Te gusta que te folle así, Julianne?

— Dios... Si. Claro que si. Eres... eres un hijo de puta. — mis manos tiran más de las sábanas en cuanto él acelera sus estocadas, haciéndome vibrar sobre el colchón.

Su boca va directo hacia mi pecho, el cual se mueve por los movimientos bruscos que el ballestero me proporciona, aunque él lo mantiene quieto sobre su boca y da movimientos circulares con su lengua sobre mi zona más sensible.

— Ah... — gimo con fuerza, cerrando mis ojos.

— Soy adicto a ellos. — gruñe, yendo hacia mi otro pecho, tirando con sus dientes de mi pezón, para luego tomarme a mi de la mandíbula y hacer de tal forma que yo le mire a sus ojos. — Eres mía.

— Tú... tú eres mío, Dixon.

— Yo soy tuyo desde el momento que cruzaste la puerta de mi cabaña, aquella noche de lluvia, niña tonta.

Es allí donde yo, con mis ojos pasmados y sorprendidos ante lo que él dice, se quedan plasmados sobre su rostro, el cual me mira con nostalgia y dulzura.

— Te amo, Daryl.

— Sabes que yo a ti también, Jules.

Y es de aquella forma que él vuelve a tumbarse sobre mi cuerpo, quedando con su rostro hundido sobre mi cuello, dándome leves y suaves besos sobre mi piel, provocando que yo me ría apenas y abrace a su formada espalda, sintiéndolo por completo.

RIGHT NOW. © +18 (T.2 BEFORE) (DARYL DIXON)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora