RIGHT NOW. © +18 (T.2 BEFORE) (DARYL DIXON)

18. celos

— Hey, extraña. — Rick se sienta a mi lado, en el césped. Yo intento imitar una sonrisa fingida, pero cuesta tanto ahora mismo, que incluso él lo nota, dado a que posa su mano en mi espalda, sobándola de arriba hacia abajo. — Sé que es una idiotez preguntarlo, ¿pero estás bien?

— Si es una idiotez, ¿por qué lo preguntas de todas formas, eh? — se ríe mientras por un segundo, revolea sus ojos. — Estoy bien, Rick. ¿Por qué debería estar mal?

— Tú puedes hacerte la dura con todo el mundo, ¿pero conmigo? A papá mono con bananas verdes no, cariño.

— Por Dios, Rick. Actualiza tus frases, porque eso lo decía mi abuela cuando yo tenía diez años. — Rick golpea su brazo con el mío, riéndose a la par. — ¿Realmente hace falta tener que decirte lo que me pasa?

— ¿Sinceramente? No. — responde él, ahora poniendo su semblante más serio. — Es que en realidad no sé por cual de todas las razones estás así. Si por Shane en el Santuario, Jackson ahora sin su... padre. O... o lo que haz visto hace un rato atrás.

— ¿Tal vez todas esas opciones juntas? — él asiente, mirando a sus dedos que juegan entre sí. — Pero creo que la que más me afecta ahora mismo es Jackson y lo que vi aquí. Es decir, no lo sé, Rick. ¿Por qué debería hacerme problema? Estuve cinco años sin él.

— Si, Jules. Pero estuviste cinco años pensando en que estaba muerto. Si en realidad no lo estaba y había una mínima posibilidad de verle otra vez, ¿le hubieses dado una oportunidad a Shane?

— Si te soy sincera, no lo sé. Un ochenta porciento es un no. Y un veinte porciento es un sí. Pero no sé, realmente no sé como si hubiesen dado las cosas si yo sabía que en realidad estaba vivo. Lo que no voy a ocultar, Rick, es que siempre lo amé. Siempre. Incluso estando con Shane. Y ahora que lo tengo aquí... Lo sigo amando, pero creo que lo nuestro ya no tiene más remedio.

— Eso es lo que tú dices, pero la manera en la cual los dos se miran deja mucho por desear. ¿Sabes lo que hizo Rosita luego de aquello, cuando tú te fuiste de allí? — niego con mi cabeza. — Lo empujó. También le dijo algunos insultos bastantes... bueno, lo han dejado realmente mal parado. Pero Rosita y él no tienen absolutamente nada.

— La vi a ella. Vi la manera en la cual se abalanzaba hacia él sin siquiera haberme visto ninguno de los dos. No me interesa, Rick. Realmente ya no me interesa lo que él haga de su vida. ¿A él le interesa mis sentimientos? No. Pues bien. Que haga lo que quiera. Siempre va a poder justificarlo con que yo estuve cinco años con otra persona, y que de hecho, a esa persona, también le he dado el lugar que él tuvo que ocupar.

— Yo hablaré con él.

— No. — digo de inmediato, poniéndome de pie. Él me mira con sus ojos entrecerrados por el sol que pega en su cara. — No, Rick. No te rías tampoco, esto no es una broma.

— Me río de tu reacción, Jules. Está bien, tranquila. No voy a decirle nada a menos de querer que tú me mates. — sonrío, sintiendo un gran alivio en mi pecho tras ver sus sinceras palabras.— Ahora quiero saber otra cosa.

— ¿Qué? — digo cruzándome de brazos.

— Negan. ¿Que pasó con él?

— Dios... Ese tipo está loco. — vuelvo a sentarme a su lado, mientras del bolsillo de mis jeans quito mi caja de cigarros. — ¿Quieres?

— No, gracias.

Llevando la colilla de un cigarro a mis labios, raspo la piedra del encendedor, pongo la llama sobre la punta de éste mismo y comienzo a pitar, eliminando el humo que se esparce por el aire.