Narrador omnisciente:
Luego de haber tenido ese encuentro tan intimo con Julianne, Daryl se retiró con la cabeza bien caliente hacia la casa donde su mejor amigo vivía, metiéndose en su habitación con rapidez, quitándose el chaleco de alas que siempre le recordaba a ella y la camisa rota que ella había dejado así por culpa de la desesperación.
Claramente, fue el efecto Dixon.
Se despojó rápidamente, quedando solamente en bóxers. Se recostó en su cama, y como todas las noches hacía, encendió su sagrado cigarrillo nocturno, para luego tratar de dormir.
Desde que se separó hace cinco años de Jules porque el destino lo quiso así, las noches eran toda una agonía para él. Desde aquel momento, empezó a dormir terriblemente mal. Podía incluso tener insomnio por culpa de no dormir junto al cuerpo de la mujer que amaba. Su niña tonta.
Su cabeza estaba recordándole todo lo que vivió hace minutos atrás, en la casa de Maggie y Glenn. Su piel, sus besos, sus caricias, sus gemidos, sus extremidades, todo, absolutamente todo, estaba grabado en su mente. No paraba de rebobinar el tan glorioso momento que vivió en aquel cuarto de suspiros, en aquella habitación que si pudiese hablar, los dos estarían en problemas.
— Mierda. — se queja cuando la tibia ceniza cae en su pecho por culpa de haber entrado en aquel trance de pensamientos. Rápidamente se limpio, dándole otra pitada a su cigarro.
Se está esforzando por poder dejar de recordarla, pues quiere borrarse aquellas imágenes de la cabeza, pero ahora mismo no puede, es todo al revés. No puede quitarse el aroma de ella que está impregnado en sus fosas nasales, no puede dejar de sentir como mordía su labio inferior cada vez que la embestía y fundía su boca sobre la de ella, ni mucho menos puede dejar de pensar en como la tenía retenida bajo su cuerpo, bajo todo su encanto.
Un cosquilleo empezó a transportarse en su vientre bajo, más precisamente en su pelvis. Se miro a él mismo y por inercia, llevó la mano desocupada hacia su bulto, tocándoselo por arriba de la tela de su ropa interior.
Decidió dejar por la mitad a su cigarrillo, aplastándolo sobre el cenicero de su mesa de luz, lanzando la última bocanada de humo que se perdía por los aires, mientras se acomodaba en su cama y hundía su cabeza sobre la cómoda almohada.
Llevó su antebrazo hacia sus ojos, cerrándolos, para poder recordar mucho mejor todas las noches, tardes e incluso mañanas que vivió con ella en el mundo de antes, aquel mundo que era igual de mierda como ahora, pero cuando estaba con Julianne, todo se convertía en rosa.
No mintió en lo que le dijo a ella con respecto a que se tocó infinitas veces pensando en como la hacia suya una y otra vez. Y es que cuando el insomnio no lo dejaba dormir, no podía dejar de darse cuerda en su cabeza, imaginándose con ella haciéndole el amor, follándola, escuchando sus gemidos, callándolos incluso.
Y esta vez no es una excepción.
La mano que estaba sobre su bóxer, se mete con facilidad dentro de él, para sentir como su miembro se endurece a gran escala. Aprovechando aquello, se lo baja apenas, liberando a su masculinidad, empezando a frotar su gran y tibia mano por su dura longitud.
Aún siente el calor de Julianne. Siente sus besos, siente sus movimientos, recuerda cada parte de su cuerpo como si de una diosa griega se tratara. Los años la han cambiado no sólo psíquicamente, sino que incluso físicamente también. Ha adoptado unas buenas curvas que ahora son su perdición. Su cabeza no para de recordarla, no puede parar de imaginarla nuevamente sobre la cama que él ahora mismo está, en cuatro, mientras él tira de su cabello y la embiste con fuerza, haciéndola gemir, haciendo que ella chille su nombre entre jadeos.
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RIGHT NOW. © +18 (T.2 BEFORE) (DARYL DIXON)
Fiksi PenggemarCuando crees que todo acabó, cuando piensas que ya nada será como antes, algo o alguien te impide que sigas creyendo en aquello, y te arruina todas las expectativas. Pues a mi me hizo eso él. Y sí, las arruinó. Pero las arruinó de la mejor forma pos...