50. complicada decisión

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Mis dientes se rozan contra la piel del hombro de mi futuro marido.

Sus brazos me atrapan entre el colchón y su cuerpo, mientras sus estocadas son cada vez más frecuentes, excitantes y que llegan a enloquecerme a un cien por cien.

Daryl me toma del rostro, acariciando mi flequillo, despeinándolo, con nuestra piel sudada como si hubiésemos corrido una maratón.

Intento no apretar mis uñas contra su espalda marcada, pero me es imposible ante la sensación que el futuro orgasmo que él está por lograr hacerme tener, me causa.

Gimoteo llena de placer y deseo cuando esconde su rostro en mi cuello y tira con sus dientes de mi piel, para comenzar a succionar de ella al punto de que unas corrientes eléctricas viajen hasta mi centro.

Extrañaba sentirlo. Extrañaba escuchar sus gemidos placenteros, sus gruñidos, sus jadeos.

Echaba de menos la sensación de deseo en todo mi cuerpo, solo causada por y gracias a él.

— Te amo, niña tonta. — susurra sobre mi oído, para luego lamer de mi lóbulo.

— Te amo, osito.

Su abdomen no hace presión contra mi vientre abultado, y me temo a que está aguantando las cosas como un verdadero campeón. Le cuesta, y no intenta disimularlo, porque no puede y tampoco quiere.

Su rostro queda clavado en mis palmas a medida que mi boca juega y deleita a la suya como nuestras lenguas.

Nos besamos con plenitud, como nuestros cuerpos se sienten, se admiran, se quieren y se follan.

Hacer el amor y follar al mismo tiempo, son dos cosas que cualquiera podría decir que es exactamente lo mismo, pero en nuestra relación, no lo son.

Es una mezcla entre sentimientos completamente llenos de amor, junto a sentimientos de deseo, lujuria y placer.

— Daryl. — mis manos descienden a sus brazos y aprieto de ellos con fuerza. El ballestero para de arremeterse, para de tal forma observarme casi sin parpadear. — Necesito... necesito cambiar la posición.

— ¿Te duele? ¿Te molesta? — sus palabras son rápidas, concisas y preocupantes.

Sin responderle con palabras, solo sonrío con picardía y logro quitarlo de encima de mi cuerpo.

Clavo mis rodillas sobre el colchón, posiciono mis antebrazos contra este mismo y, girando apenas de mi cabeza, espero por él en cuatro.

Su mirada genera sensaciones impuras dentro de mi pecho y una corriente caliente se desliza por mi espina dorsal hasta llegar a mi centro.

Su mano derecha va directamente hacia su miembro viril, el cual empieza a tocar de arriba hacia abajo, una y otra vez, haciéndome temblar.

— ¿Esto es lo que echabas de menos, nena? — se pone detrás de mi cuerpo, y antes de dejarme responder, roza la punta de su miembro contra mi clítoris.

Apoyo mi cabeza sobre la almohada, cierro los ojos, tiro de las sábanas blancas de nuestra cama y presiono mi trasero hacia atrás, implorándole que regrese a hacerme suya.

— Por favor, Daryl.

— ¿Por favor qué, nena?

— No seas así. — siento a mis mejillas sonrojarse. Sabe perfectamente que me vuelve loca y sin embargo, pretende a que hable suciamente como él lo hace.

— Es que si no me dices, no podré orientarme. Realmente no entiendo que es lo que quieres.

Giro mi cabeza apenas y le miro fulminantemente. Muerde su labio inferior con fuerza, y sin decir absolutamente nada, entra en mi de manera descomunal, haciéndome perder todos los sentidos.

RIGHT NOW. © +18 (T.2 BEFORE) (DARYL DIXON)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora