65. te amo, papá

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Si hay algo que detestaré por el resto de mis días, es el silencio incómodo que se pueda llegar a provocar en momentos innecesarios.

Alanna se encuentra en mis brazos, completamente dormida, con su rostro escondido en mi pecho izquierdo.

Paso el tenedor por los macarrones calientes, con nada de ganas de meterme ni uno en mi boca.

Jackson come deseoso, con salsa de tomate en las comisuras de sus labios.

Daryl... simplemente come en silencio, con lentitud.

— Hemos echo pijamada. — dice, de repente Jax, hablando con su boca llena. — ¿Sabías que Merlina también estuvo con nosotros? — pregunta, mirando a su padre.

Daryl solo hace un movimiento de cejas, actuando sorprendido.

— No estaba enterado.

— Si. El tío Dom tenía cuentos de terror. Yo he leído sólo uno, y Merlina dos.

— ¿Y te ha asustado? — vuelve a preguntar su padre. Jackson niega, actuando con indiferencia.

— No me dan miedo.

— Ajá. ¿Es por eso que luego te has hecho pis encima por la madrugada?

Sonrío apenas, aunque si fuese otra circunstancia, probablemente estaría riendo en una carcajada.

Jackson abre su boca enormemente, pegándole con su puño sobre el bícep del ballestero.

— ¡Le he dicho al tío Paul que no dijera nada!

Daryl ríe, achinando apenas de sus ojos.

Por solo dos segundos, nuestras miradas se conectan, aunque el tiempo que dura la conexión, es demasiado corto.

— No está mal tener miedo. No tienes que avergonzarte tampoco.

— Si me hice pis, fue por no haber ido al baño antes. No tuve miedo. — Daryl le mira con obviedad. — Enserio, viejo.

— Está bien. Supongamos que creo en lo que dices. ¿Por lo menos lo has pasado bien?

— Si. — asiente repetidas veces con su cabeza. — Aunque la niña tonta que mamá tiene en sus brazos no ha parado de llorar. ¿Cuánto falta para que crezca?

Daryl suspira, exhalando el aire por su boca.

— Tú eras igual a ella cuando tenías dos meses. Así son los recién nacidos, cabezón.

— ¿Y cómo sabes eso? Tú ni siquiera estabas allí, cuando yo era un bebé como Alanna lo es.

Outch.

Sé que eso a Daryl le duele. Incluso sus ojos lo reflejan ante aquellas palabras que han salido de la boca de nuestro pequeño rubio de ojos claros.

— Yo le he contado. — acoto, dejando el tenedor reposado en el plato. — E incluso eras peor que Alanna, así que... no deberías de quejarte tanto.

Jax rueda sus ojos, actuando con superioridad.

Daryl se atreve otra vez a mirarme, sonriendo apenas, si es que así puedo llamar al gesto que hace con sus labios.

— ¿Acaso no te gustan los macarrones que he hecho? — pregunta, mirando mi plato completamente lleno.

— No tengo hambre. — confieso.

— No has comido nada durante todo el día. Has el intento, Jules.

Su tono es suave.

Escucharlo así, relaja todo mi cuerpo.

RIGHT NOW. © +18 (T.2 BEFORE) (DARYL DIXON)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora