Desconocidos

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Todo se encontraba confuso, borroso. Aún no lo lograba enfocar con claridad el lugar en el que se encontraba. Ni siquiera sabía que le había pasado.

Un mal sueño, supuso.

-H-hola...- pasó la mano frente a ella con preocupación -Ya estás bien?- preguntó el chico. Se alejó un poco para darle espacio al ver que, la pequeña niña, ________, comenzaba a abrir los ojos lentamente. Esta, se incorporó tallando sus ojos.

Lo miró con desconfianza y tomó distancia rápidamente:

-Quien eres?- cuestionó con seriedad fingida.

Esbozó una sonrisa ladina, acomodó su negro cabello y contestó:

-En realidad no debo decirte mi nombre. Pero...- pensó -...tú puedes llamarme...- hizo una elegante reverencia y prosiguió -Louis.

Entrecerró los ojos con incredulidad. Escaneó al chico unos segundos y rió leve:

-Okeeeey. Ahora ya no somos desconocidos- afirmó la niña sintiendo ya una pizca de confianza.

-No si me da su nombre, señorita- le extendió la mano. ______ la tomó e inmediatamente le ayudó a ponerse en pie.

Sonrió -Soy _______- devolvió la reverencia -Y, gracias por salvarme de ese sujeto, Louis.

-No es nada. Fue... Coincidencia, supongo. El destino quiso que nos cruzaramos. Yo solo transitaba por la... tierra. Me encanta venir aquí. Tu raza es inquietante- notó que ella lo miró extrañada -Oh, bueno... Luego entenderás. Cuando crezcas, tal vez. Solo recuérdalo. Verás, soy hijo de un rey poderosísimo. El padre de todo. Su nombre es, Odín.

________ rió confusa -No te entiendo, sabes?

-Olvídalo- encogió los hombros.

-Papá decía que los príncipes encantados, los reyes y las princesas no existían. Así que, no puedo creerte.
-No me molestaría mostrarte algún día que todo lo que digo es real.

Se miraron sonrientes.

Ambos se volvieron amigos desde aquella tragedia.

Louis llevó a la pequeña a un orfanato, al cual iba todas las noches a visitar.
Ella salía al patio para jugar con él sabiendo que era prohibido encontrarse fuera de la cama a altas horas.

Eran niños.

Merecían disfrutar de su niñez. Aunque no fuera con sus padres cerca.

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Cierto día de tantos, reposaron en el pasto del patio, cansados de tanto jugar.

Miraron el cielo lleno de estrellas.

Simplemente... No puedo (Steve Rogers Y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora