Simplemente... No puedo (Steve Rogers Y Tú)

Novatas

Ahí estábamos nosotros entrando a un antro.

Nos acercamos a la barra de bebidas.

Él pidió alcohol y en cuanto era mi turno de pedir, también lo hizo por mí:

-Un refresco simple para la chica.

Le miré inconforme.

Acercaron nuestras bebidas. Y giramos para ver lo que antes estaba a nuestras espaldas.

Observé mi vaso. Encogí los hombros y llevé el popote a mi boca. Apostaba a qué ahora aparentaba ser una pequeña niña.

Reí en mis adentros.

Paseé la vista por el sitio sin un objetivo fijo.

Pero a pesar de no haber buscado algo con importancia, lo encontré.

Un grupo de chicas, a unos cuantos metros nuestros, veían a Steve totalmente despreocupadas, e ignorantes ante el verdadero término de la palabra: "Disimular".

Vigilé discreta, y por el rabillo del ojo los siguientes movimientos de Steve. No iba a aceptar que haya caído con ellas.

"Pff..."

Sonrió tiernamente y las saludó para mí sorpresa.

Igual, apreté la mandíbula y seguí tomando refresco sin quitarle los ojos de encima a ninguno.

"Qué pasa?"

"¿Por qué aprietas la mandíbula?"

"¿Qué no era esto lo que le habías prometido?"

Pensé.

"A menos que..."

"No estarás..?"

"Oh, vamos..."

"Estás celosa!"

Gruñí y giré rápidamente.

-Qué sucede?- me preguntó Steve preocupado.
-Nada- fingí naturalidad en mi voz.
-Segura?- insistió buscando que lo mirara.

"Dile lo que sientes por él y listo!"

Bueno, sí. Steve era un chico demasiado atractivo, pero solo eso. No podía suceder algo más allá que lo que teníamos.

Además, no merecía a alguien que le pagara, de la forma que yo iba a hacerlo.

Estaba portandome como todo un Judas.

Negué.

Hace tiempo que desconocía por completo lo que significaba amar, y ser amado. Olvidé lo bien que se sentía ser correspondido.

Si es que podía llamarlo así a aquel evento de mi niñez.

"-Pensarás que es algo raro de mi parte. Y lo es! Pero es que... La explicación es, que.... Ocasionaste un fuerte sentimiento en mí _________. Algo que ningún otro humano hubiera hecho. O... Alguna princesa. Hemos pasado tiempo juntos. Haz visto como trato a las demás personas... que no sean tú.

-Tambien te quiero Louis..."

Con qué derecho iba hablar de lo que "sentía" yo.

"No es nada... No es nada"

Respiré profundo.

Entonces... De dónde venían esas ganas inmensas de besarlo cada vez que estábamos cerca y había un silencio de por medio?

Por segunda ocasión miré el refresco. Lo saboreé. Solo para comprobar que en efecto, era mi problema.

Debía irme.

No estaba resultando nada. Y menos iba a suceder si continuaba ahí.

Empezé a entrar en un ataque de pánico.

Iba a hablar para despedirme, cuando las chicas arribaron a nosotros.

-Hola!- lo saludaron.

Fingí no prestarles atención.

Él contestó, y de inmediato le siguieron las preguntas acerca de quién era, sus misiones. Etc, etc, etc.

Steve no dejaba sin respuesta a ninguna pregunta de lo que parecía un interrogatorio. No sin antes, usar su caballerosidad y nerviosismo que le identificaba.

Y, cuando uno de sus sonrojos salía a escena, ellas solo hacían: "Aww..." y reían, conmovidas por su inocencia.

"Já, novatas".

-Viene solo, Capitán?- preguntaron.

Quise voltear, para asegurarme de lo que respondería. Pero era mejor descartarlo.

-De echo, no- dijo sin dudar -Vengo con ella- me señaló -_______?- asomó la cabeza sonriente. Apuntó con la cabeza a las señoritas, invitandome a
dejar de darles la espalda, e intervenir en la "conversación".

Esperaba que se conformara con lo primero, puesto que, realmente no quería hablar con ellas. Eran tan... Tontas.

Sonreí fingido. A lo que Steve correspondió amable.

-Son... novios?- cuestionaron.

Volteó a verme sin saber que responder.

-Emm...- atinó a articular.
-No- respondí -Somos compañeros. Él es, mí colega.
-Entonces, suponemos que, no te importara para nada que baile con cualquiera de nosotras, o sí?- habló una de ellas.

"Pues sí, pero ya que insistes perra".

Agité la cabeza.

-No, para nada.
-Ok. Pues, con tu permiso linda. Gracias.

Se despidieron, y lo jalaron del brazo para que les siguiera. Me miró una vez más antes de irse.

Bajé la vista al suelo. Mordí mi labio interno y sitúe mi atención en otro lado.

"Estás celosa!"

Canturreó con burla mi conciencia.