Después de varias horas:
-Chicos!- salió Banner a nuestro encuentro -Acaba de despertar.
Stark y yo nos miramos. Ambos, velozmente, y casi casi corriendo, llegamos a la habitación.
Solo nosotros dos, por el momento, sabíamos de esto.
Tres, contando a Banner.
Los demás aún no se enteraban todavía.
Entramos sin que Stark tuviera la caballerosidad de dejarme pasar primero.
Le resté importancia, al final de cuentas, lo que quería era ver a Steve.
Algo en mí deseaba y necesitaba verlo.
Dirigió su vista a nosotros en el marco de la puerta.
Sonrió como pudo, y cerró los ojos en señal de que podíamos pasar y permanecer a su lado.
Stark ya estaba ahí, esforzándose por no mostrar preocupación alguna.
-Así que estás mejor- habló Tony -Por un momento creí que...
Steve alzó las cejas pidiendo que continuara. Abrió un ojo.
-Que, qué?- preguntó suavemente.
-Pues... que nos quedaríamos sin Capitán.Sonrió divertido.
-Oh, Tony... Apuesto serías un gran líder.
-Es sarcasmo, verdad? No está bien Cap. No está bien.
-Hablo enserio. O... Un poquito enserio.
Rieron -Eso no pasará. Al menos, no ahora.Acercó su mano hasta darle palmadas en esa parte, y sobar su hombro con cariño:
-Estás bien?
-Sí- le sonrió -Me acabo de percatar que si te preocupas por las personas. Y que yo...Interrumpió -No, capipaleta- advirtió con el dedo -No lo digas...
-...te
-No...
-...importo-Listo, me voy. Que bueno que estés bien. Bye- dió la vuelta para retirarse.
-No le diré a nadie, Tony- rió.
Stark giró la cara y se detuvo un momento solo para sacarle la lengua.
Volvió a reír.
Ahora, su atención era para mí. Al fin estábamos solos.
Sonrió y lo imité.
-Señorita ______- saludó.
-Soldado- respondí acercándome al lado de su camilla.Llevé una mano a su rostro aún con marcas de los golpes y lo acaricié delicadamente, sin lastimarlo.
-Supongo que, ESTO...- señalé alrededor -...es... mí culpa. Así que...- lanzé un suspiro para darme fuerzas. -...quiero pedirte una disculpa- articulé con resentimiento.
-Tranquila. No fue nada.-No- aclaré mi garganta -Claro que no fue nada. Solo... Me salvaste la vida y, pusiste en peligro la tuya- levanté una ceja sarcásticamente.
-Bueno, creí haberlo prometido- me siguió el juego.Sonreí expulsando aire en forma de risa por la nariz. Me arrodillé hasta estar a su altura.
-Hubiera sido yo, quién debía estar en tu lugar, Steve Rogers.
-No lo soportaría. Eres la bebé del equipo. Está dentro de nuestra responsabilidad. MI responsabilidad.
-Ja, ja- fingí -Muy gracioso, Capitán.Nos miramos a los ojos. Y, sin retirar la vista de él hablé:
-Gracias- tomé su mano.
-No permitiré que te suceda lo mismo que la vez anterior, _______.
-Y no pasará. Tenlo por seguro. Te lo debo. Todo, absolutamente a tí- mencioné con una sonrisa -Creo que, iré haciendo una lista de ello- reímos por lo bajo.Volvimos por segunda ocasión a intercambiar miradas.
Puso una mano en mi rostro como aquella vez en la sala, y sentí como ahora lo acariciaba.
Me ruborizé y bajé la mirada.
Levantó mi barbilla para que lo viera. Sin obtener de mí un gramo de resistencia.
Su rostro y el mío se acercaban poco a poco. Podía deducirlo por la cercanía de su respiración. Acompañada de ese removimiento extraño en mi interior, y ansiosa de lo que iba a acontecer.
Paró a admirar mis labios por unos segundos.
Tal acto hizo que olvidara como se besaba. Y es que, jamás me había pasado algo así. O al menos, no que recordara.
Siempre, la otra persona, mi compañero, me tomaba ferozmente e iba directo a lo que quería.
El corazón. MI corazón, latía fuertemente.
La respiración, exigía cada vez más aire para continuar con su curso.
Entreabrimos los labios. Posé una mano por su cuello...
Y la puerta se abrió.
Nos separamos rápidamente.
-Capitán- llamó.
No era necesario voltear para saber de quién se trataba:
Natasha.
-No le pregunto cómo está. Pero espero que se recupere pronto.
-Gracias Romanoff- como niño bueno, recibió el beso de su colega en la mejilla.Ella see dirigió a mí después -Podemos hablar? Afuera, por favor.
-Por supuesto- respondí.Salímos de la habitación.
-Qué fue lo que pasó?
Relaté lo acontecido, y una vez terminando, formuló una cara de enfado.
-Y el entrenamiento? De qué te sirvió entonces?
-Natasha, yo...
Me interrumpió -A veces siento que creés que esto es un juego, ________. También siento que no tienes poderes. Se te olvidó acaso que los tienes?
-No, es solo que... que...- tartamudeé -Yo... t-tenía miedo. Y...-Bien. Quiere decir que no eres para esto. Dime, qué haces aquí? Eh? Será mejor que antes de hacer algo lo pienses con la cabeza y no con el corazón.
-Esta bien, Nat.-Para tí, Natasha- pidió -Otra cosa.
No vuelvas a salir a la calle con compañeros. Solo causas problemas. Si no vas a poner en práctica tu entrenamiento en las peleas, será mejor que te retires. Esto no es para niñas fáciles como tú.
-Perdón?
-Como oíste- se retiró.
ESTÁS LEYENDO
Simplemente... No puedo (Steve Rogers Y Tú)
Fanfiction-Simplemente... No puedo- dijo la chica. -Dime, por qué?- habló Loki. Ella bajo la mirada -Estás a punto de terminar... Se detuvo y esbozó su típica ladina sonrisa: -Ah. Ya veo. Te has enamorado, cierto? -Si te lo explico no entenderías... -No... No...