S-señorita _____.

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Antes de empezar... Algun@ quiere retirarse? Xd 7u7 JAJAJA

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Volvimos a besarnos para después de un lapso de tiempo corto separarnos y cambiaramos el ritmo intercambiando los labios.

El beso era tan bueno.

Mis manos estaban en sus pectorales y las llevaba hasta sus hombros, cuello, para al final regresar al inicio del ciclo.

Las bocas de ambos empezaban a abrirse más brindando la oportunidad de una nueva sensación.

Comenzé a suspirar. Oí que liberaba gruñidos leves, que más bien parecían gemidos ahogados.

Mi piel se erizaba al escuchar esos sonidos por parte de él. Era lo mejor que había oído en mi vida. Tragué saliva e intenté respirar normal.

La temperatura estaba subiendo en el ambiente. Tanto así, que nuestros cuerpos brillaban por el sudor.

Mis ojos estaban cerrados al igual que los del soldado.

Pasó por mi cuello su nariz y labios. Mordí los míos.

El cuello, era la primera parte sensible de mí. Dejó sentir su respirar entrecortado en mi oído.

Lanzé una pequeña risa ansiosa. Imaginé una sonrisa en su rostro y dejó besos en esa parte. Éstos, pasaron poco después a ser mordiscos que me hacían remover la cabeza en busca de más.

Seguí con las ligeras risas que terminaban siendo ahogadas por gemidos que, en algunas ocasiones nombraban al soldado.

-Steve...- regresó a mi cuello marcando un camino con la humedad de sus suaves e inocentes labios.

Subí mis manos a su cabellera rubia, ahora rebelde y empapada por el sudor. Mis dedos se entrelazaron en ella y tiraba de ésta para acercarlo más a mí.

Esos perfectos dientes que mostraba al reír, se estaban haciendo presentes en las mordidas que le brindaba a mi piel.

Y no, no era una mordida de la cual uno pudiera quejarse. El Capitán cuidaba no provocar un mayor daño.

-Rogers...- lo nombraba entre cada mordisco. Él contestaba poniendo más intensidad a la mordida.

Continué con el intento de respirar normal.

Quería gritarselo, sentía que ya no podía guardarlo más tiempo. Mi garganta pedía liberar aquella orden.

Me removí para hacerlo y regresarle el favor.

Sus manos, seguían sosteniendo su bien trabajado cuerpo para no cargarme su peso. Pero, lo que yo quería era que las hiciera presentes en mí.

Cada gemido o suspiro se hacía más audible en sus oídos, ya que mi boca se entretenía con uno de ellos.

El Super soldado se estremeció.

Poder presenciar sus gestos y sonidos no tenía ningún precio. Realmente me sentía una mujer llena de privilegios.

Él quería hacer esto conmigo, y yo con él.

-_______...- susurró en un jadeo.
-Steve...- no paré de morderle y jalé un poco.

Gimió, suspiró y tragó saliva.

-Señorita _____... No continúe o hará que pierda los estribos de una vez por todas.

Reí leve -Capitán... Lo necesito- hablé inocente y rozé con ternura mi nariz en su oído y mejilla. No me alejó. Parecía disfrutar de ese roze mío -Capitán Rogers...- volví a llamarle -... Hágame suya...- deposité un beso y me alejé un poco.

Nos miramos, pero fue por un tiempo corto. Después, ya nos encontrabamos besándonos con desesperación, pasión y necesidad.

Los suspiros y las respiraciones fuera de control se volvieron en nuestras compañeras de cuarto.

Me tomó por la espalda con una mano y me incorporó para quedar sentados en la cama.

Su camisa ya estaba fuera gracias al movimiento. Mientras, la mía seguía conmigo porque Steve paseaba su mano por mi espalda.

Sonreí internamente. Seguía siendo todo un caballero.

Como en un principio, se dirigió a mi cuello, ésta vez succionandolo, dispuesto a dejar marcas.

Se separó con lentitud.

-Qué pasa?- pregunté jadeante.
-Tu camisa...
-Quieres que te ayude?- me alejé dispuesta a quitarmela.

-No, espera...
-Sí?
-No traes...eso... tu...- aclaró su garganta -...sostén..- afirmó entre nervioso y serio.

Simplemente... No puedo (Steve Rogers Y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora