Lamento la interrupción

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Leía una revista en el sofá de la sala; donde igual se encontraba Stark ocupado, por el momento.

Suspiré.

Habían transcurrido un par de días, después del desagradable suceso aquel con mi compañera Natasha.

Una y otra vez se repetía en mi cabeza ese momento, en el que la puerta se abrió.

Fue como una bofetada del destino para traerme de vuelta a la tierra.

Podía verme a mí misma, enajenada en esa sensación. Esa ansiedad por rozar, aunque fuera un poco los rosados labios que tenía enfrente.

El verlos entreabrirse fue como presenciar una obra de arte extasiante.

Y no, no pensaba en el maldito trato en ese momento. Lo olvidé.

Bufé.

"¿Qué tenía de especial el Capitán América?"

"¿Qué le hacía tan diferente a los demás?"

Una persona.

Percibí de reojo la presencia de alguien llegando a nosotros.

Levanté la vista.

Tony, de igual manera dejó de hacer lo que hacía y lo miró:

-Cap, qué haces aquí?
-Al parecer estoy como nuevo.

-Supongo que, lo que sientes ahora es, miedo a salir a la calle- jugué.

Sonrió por el comentario.

"Lo ha olvidado..."

Su mirada no permaneció en mí con remordimiento o alguna otra expresión debido a lo acontecido en su camilla.

Solo me vió. Cómo siempre. Cómo a todos.

Continuabamos siendo compañeros. O amigos. Era igual.

Estaba claro que fue un impulso. Mismo, que prometía no volver a repetirse, más que para acabar con mi trabajo.

-Oh, y más si es contigo cariño. Ahora NADIE querrá salir a la calle, con-tigo- pronunció Tony burlonamente. Lo miré mal y Steve rió por esto -Ok no- se dirigió al soldado -A la siguiente llévate tu escudo. Así podrás protegerte.

-Ow...- reaccioné. No perdería la oportunidad de devolverle la bolita de bullying al señor Stark.

Venganza, le decían.

-Muy lindo, Tony. Te preocupas mucho por Steve- lamí un dedo indiferente cambiando enseguida de página -Será que...

Interrumpió:

-Está bien, lo siento. Perdón.

Reí y seguí leyendo.

-Iré a correr. Banner mencionó que, necesito recuperar de a poco la condición física.
-Pero tienes el suero del...- señalé su cuerpo -Dios griego.

-Súper soldado, para tu información, princesa- corrigió -Además, no olvides que también es un ser humano. Y, si hay una culpable de todo esto eres tú- repitió el magnate. Alzé una ceja con advertencia -Te amo- sonrió mostrando los dientes y arrugando la nariz.

Rodé los ojos con gracia.

-Ocupan algo?- preguntó el soldado.
-Oh, te puedo llevar si quieres. Iré a visitar a mi NO-VIA- pronunció Tony volteandome a ver.

Fruncí el ceño sin entender.

-Bien, entonces... En lo que dejan de pelear iré a cambiarme- caminó hacia atrás. Dió la vuelta y empezó a trotar a su habitación.

-Qué les vaya bien caballeros.

-No quieres venir?
-No, gracias. Salúdame a tu novia de mi parte.

Entrecerró los ojos. Dió unos cuantos pasos y paró enfrente mío.

Miré en su dirección -Sucede algo?

-Sí, algo.
-Qué?

-Quizá suene tonto _______...
-Suéltalo ya, Anthony.

-Ok. No te da... alguna clase de... celos? Por... Es decir, Pepper?
-Por Dios, Stark- cerré la libreta de golpe. Se suponía nadie más debía saberlo. Ninguno de los dos debía recordarlo, o algo por el estilo. Y el imaginar que Bruce, Natasha o Clint se enteraran de aquello, simplemente no era agradable.

-No somos nada. O, sí? Creí que...

-Puedo hablar contigo?
-Y qué es lo que estamos haciendo ahorita, genio?- giró los ojos -Para qué soy buena?

-Enserio quieres que te diga? No evitaré sonrojarme.
-Te escucho, sonso. Estábamos en..?- alzé las cejas pidiendo que fuera al grano.
-Cierto. Tú no sientes nada por mí?
-Nop.

-Sabes? Eres MUY atractiva...
-Increíble plática la nuestra.

-Estás enojada?
-No.
-Entonces por qué estás amargada?
-Yo no...

Picó mis costillas -Quita esa cara.
-Fue todo?

Picó un par de ocasiones más. Solté ligeras risas inevitables:

-Hey!

Prosiguió.

-Tony!- grité entre risas para que me dejara. Más no lo hizo.

Me cargó en su espalda.

-Basta!- le devolví las cosquillas.
-Ah, no. Tú no tienes derecho a... Suelta.

Nuestras risas inundaron el lugar.

Caímos en el sofá quedando él encima mío.

Intentamos calmarnos.

-Esto es... venganza- golpeé su torso.
-Sonreíste, já. Luces más linda así.

-Quítate- lo empujé mientras dejaba escapar una risita.

-Entonces...
-Entonces?

-Qué hacemos con eso? No fue solo una vez, lo sabes.
-Me amenazas, Tony Stark? Ah?

-Si sucedió dos veces, podría existir una tercera- insinuó.
-Señor, señor. Somos compañeros de equipo, lo olvida?
-A já...

-Por lo tanto, yo, aquella ocasión en su lindo coche, supuse que los dos teníamos conocimiento de lo que significaba. Más usted.
-Eso es un...

-Ya nos vamos?- regresó Steve.

Nos pusimos de pie inmediatamente. Arreglamos nuestras ropas.

Mandó la mirada a cada uno de nosotros. Cómo si intentara decifrar eso que callábamos cómplices.

Tony carraspeó rompiendo con el silencio incómodo que se había formado:

-Sí... vámonos- caminó hasta la salida pasando a su lado -Adiós compañera de equipo- se despidió de mí.

Sin embargo, el Capitán permanecía ahí. Quieto.

Mirándome, fijamente.

Quería moverme y escapar de sus potentes ojos. Comenzaba a provocar nerviosismo en mi persona.

Qué quería?

-________ lamento haberlos interrumpido- dijo con severidad -En lo que sea que estuvieran haciendo- llevó la vista al sofá y se dió la vuelta.

Simplemente... No puedo (Steve Rogers Y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora