Frente a frente

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Había aceptado la propuesta del soldado, así que ahí estaba yo. Perdida como siempre en mis pensamientos y escenarios fantasiosos, que no tenían sentido alguno. O importancia en mi futuro.

Suspiré.

Salí del baño con la toalla envuelta alrededor de mi cuerpo.

Y en el preciso instante en que mis dos pies tocaron el suelo de la habitación; Steve entró. Tan tranquilo y natural.

"Oh"

Exclamé en mis adentros despreocupada.

Pareciera que no le importaba. Y, bueno, si él no armó un escándalo, yo tampoco tenía por qué hacerlo.

Encogí los hombros y proseguí a escoger mi ropa.

Todo marchaba bien.

Hasta que noté la rapidez con la giraba la cara a otro lado, una vez que nos cruzamos.

-O-oh, _________. Disculpa, disculpa. P-perdón. Perdón- se disculpó de inmediato -Yo... No...- tartamudeó cubriendo con una mano el área de sus reflejos.

Arrugué el entrecejo y reí levemente.

-Hey, pero qué pasa Rogers?- continué riendo -Tranquilo. Está bien.

-No. No lo está. Discúlpame, lo olvidé. Oh, Dios... Por qué?- susurró eso último.

Sonreí enternecida, y no paré de soltar ligeras risitas.

-Rogers- cruzé los brazos.
-Ahora mismo querrás matarme. O, pensarás que soy... un depravado. ______, de verdad lo siento.

-En este caso deberías salir, no?- bromeé.
-Tienes razón. Volveré cuando...

-Estoy jugando, Steve. Cómo voy a correrte de tu propia habitación? No...
-Tienes el derecho de.

-Capitán, escuche- retomé la
cordura -Es mi culpa. Debí haberme vestido en el baño. Es, una maldita costumbre que tengo de...- me
detuvé -Ok, ignora eso.

-Esperaré a qué estés lista. Es
mejor- abrió la puerta dispuesto a salir -Otra vez, disculpa. No volverá a repetirse.

-Espera...- lo llamé regresando a las risas.

-Sí?- contestó desde afuera. Al otro lado de la puerta.

-Ay Steve, no es para tanto. No me encontraste desnuda.
-Para mí sigue siendo una falta de respeto hacia una dama.

A lo lejos, mis ojos lograron divisar una camiseta de él. La tomé. Me la puse.

Abrí la puerta, recibiendo una inspección suya, de la cabeza a los pies.

Inhaló aire profundamente, y sin decir nada.

Carraspeé.

-Listo, soldado. 
-Es... mi camisa?- preguntó nervioso.

Asentí -Era la unica forma para que pudieramos hablar frente a
frente- sonrió dejando escapar una risa -Sueles ser, TAN exagerado a veces- giró los ojos con
diversión -Creo que, me la quedaré por eso.

-No veo el problema- alzó las
manos -De todos modos, tengo más. Y, además, creo que... Bueno, no creo... Es obvio que, a tí...

Fruncí el ceño con diversión.

"¿Qué estaba diciendo?"

Se aclaró la garganta y rascó su frente -...se te ve mucho mejor que a mí.

Esbozé una sonrisa ladina -Genial.
Entonces, me llevaré todas- sentencié "inocente".

Sus labios también crearon una sonrisa.

Nos miramos.

Amaba eso extraño que llegaba a suceder entre nosotros.

Amaba, la sensación que me producía el estar cerca de él y momentos como este.

Llevé una mano a su rostro. Dónde apenas mis dedos alcanzaron a rozar lo suave de su piel, para asentarse y acariciarle.

Aparté mi cuerpo de la puerta.

Dí unos pequeños pasos más para acortar nuestra distancia.

Acercó su rostro al mío, sin quedarse atrás.

-Dejaré la puerta abierta a partir de ahora. A menos que, prefieras que te dé una copia de mis llav...- coloqué un dedo en sus labios.

Recargué mi frente en la contraria y pronuncié en un jadeo:

-Intentaré arreglarmelas sola.

Entreabrí los labios al compás de los de él; cuando en eso, Stark aparece.


Nos separamos.

Percibí enojo por parte de Steve. Y, debía admitirlo, yo igual estaba molesta.

-Hey. Hola, de nuevo!- nos saludó agitando la mano. Reí por lo bajo -Aún no se quitan de aquí? Cuánto tiempo llevan afuera? Les dará un
resfriado- volví a reír.

Steve lo miró mal. Tomó mi brazo con delicadeza e hizo que entraramos los dos al cuarto.

-Voy a vigilarlos, eh? Capipaleta- alcanzó a decir, antes de que el Capitán cerrara la puerta.

-Ok, me... Me estabas diciendo
algo?- tomó una botella de agua.
-Bueno, me preguntaba si, tú ibas a salir a algún lado, esta noche- miré como se quitaba las vendas de las manos.

Ahora sabía que se hayaba entrenando minutos atrás.

Cogió su toalla y un cambio de ropa limpia.

-Te refieres a, ahorita?
-Así es.

Se quitó la camisa.

"Espera, qué?".

Volteé hacía otro lado, evitando ser muy obvia.

-Oye- reclamé -Qué haces? Por qué te la quitaste?
-Voy a... ducharme?- contestó con un toque de diversión y obviedad.

-Ok. No haré más preguntas respecto a eso. Solo, ponte la maldita camisa

Sonrió divertido.

-Uy. Qué lenguaje- obedeció -Por qué tu pregunta de si tengo planes?
-Recuerdo haberte prometido algo. Y, Steve Rogers, sepa que yo siempre cumplo con mi palabra. Por lo tanto, hoy es el día en que consigues pareja.

Rió -Y a donde iremos?

-Ve a bañarte y te digo.

Asintió y se levantó la camisa para quitársela de nuevo.

-No! Vete al baño- pedí a manera de regaño.

Giró los ojos mientras sonreía. Y dió la media vuelta.

Apenas dió unos pasos, se detuvo.

Me miró.

-Sabes? Sueles ser TAN exagerada a veces- repitió, recordando lo que yo le había dicho anteriormente.

-Ya vete- lo corrí entre risas.

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Vengo del futuro, solo para avisar, que me gusta esta historia, pero voy a acomodarla. Hacer un poco más de larguitos los capítulos a petición de ustedes y mejorar la redacción. Ya estoy en eso.

Gracias :3💙

Simplemente... No puedo (Steve Rogers Y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora