Simplemente... No puedo (Steve Rogers Y Tú)

Pareja perfecta

El lugar era agradable, hasta el momento tranquilo. Y sin ninguna pelea como las que había mencionado Steve momentos atrás.

En el interior reinaba un calor tolerable. O al menos, para los que no traían una chamarra puesta. Era obvio.

Negué con la cabeza por mi error.

No tenía de otra más que proceder a retirar la prenda que me otorgó Steve.

Estaba en el proceso, hasta que sentí la intervención de otras manos.

-Permítame por favor- susurró en mi oído.

De no haber sido por el sonido de su voz, habría dejado a mi imaginación; la presencia de Steve.

Lo miré, una vez que acabó de dejarme en puro vestido.

Sonrió señalando la silla:

-Puedo?

Asentí con extrañeza.

Tomó la silla y la llevó exactamente a mi lado.

-Mi nombre es Christopher- extendió su mano.

Dirigí la mirada a esta para después responder sin corresponder al gesto:

-Hola, señor Christopher.

Liberó una pequeña risa ahogada -No me dirás tú nombre?

-No suelo conversar abiertamente con personas que recién conozco. Lo enseñan los padres cuando uno es un niño- hize una pausa -Pero si insistes, mi nombre es...
-______- interrumpió.

Fruncí el entrecejo.

"¿Qué?" 

-No... me... recuerdas, verdad?

Su rostro. Comenzó a distorsionarse de a poco; cuál canal de televisión que escasea en la calidad de su señal.

Era Loki. El mismísimo Dios del engaño, haciéndose pasar por otro sujeto. Debí haberlo sabido.

Tragué saliva.

Mi corazón se aceleró. No estaba lista. Aún no.

"Ahora no"

Ladeó su sonreír malicioso:

-Gusta bailar señorita?

-A-amm...- tartamudeé.

"Steve, dónde está Steve?"

Debía salir de ahí. Los dos debíamos hacerlo.

-________, cariño- le escuché llamarme.

Llegó a nosotros, fingiendo en todo momento no haber visto al "tipo" a lado mío.

-Creí habías ido al baño. Amor, fuí a buscarte.

"¿Qué estaba haciendo?"

-Steve... Q-qué..?

Al fin le prestó atención al hombre.

-Y él? Quién es? Lo conoces cielo? Por qué no lo presentas? Mm?- pasó una mano por mi espalda; acariciándome e invitandome a seguirle el juego.

Los verdes ojos de Loki chocaron contra los míos.

Él lo sabía. Sabía que no era real. Que estábamos divirtiéndonos para deshacernos de su presencia.

Sin embargo, Steve no conocía de quién se trataba verdaderamente.

Carraspeé sujetando la mano de Steve.