Dormida

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Removí mi cuerpo entre la cama y bostezé.

Estiré mis manos aún adormilada.

-Auch!- oí. Volteé a un lado y ahí estaba Steve con su mano en un ojo.

Lo miré sorprendida.

-Ay, Steve- al parecer le había picado su ojo. -Lo siento, estás bien?- me acerqué a él. Empezó a reír.
-Esto es estar bien?
-Vas a sanar así que... Sí- le aventé una almohada con cariño.

-Hasta que te quedaste dormida- comentó divertido.
-Te dije que dormir conmigo no era nada agradable. Ves mi cara? No soy la típica chica que despierta y: Ay que hermosa me veo! Al contrario, que asco. Pero así...
-...Te amo- completó.

Lo miré.

Me acomodé colocando mis piernas en sus costados hasta quedar sentada en su abdomen.

-Puedo ver tu ojo?- pregunté y asintió.

Acerqué mi rostro al de él para inspeccionarlo.
-Lo traes algo irritado- reí -fue mi culpa, lo siento- después de revisarlo, así de cerca, uní mi frente a la de él sin dejar de mirarnos. Acaricié su rostro y peiné su rubio cabello. Él no ponía resistencia, solo se limitaba a observarme.

-Pateas mucho cuando duermes, sabes?
-Sí, lo sé. Conmigo nunca habrá noches agradables. Tú lo viste. Te golpeé el ojo... Verdad que no duermo como todas las chicas?

-No, de hecho duermes mejor que cualquier chica.
-Ah, sí?
-Sí.
Anoche, cuando al fin te quedaste dormida, me dispuse a contemplarte, de hecho quise besarte pero...
-Ronqué?- reí -Que vergüenza.
Rió. -El punto es...que no quería despertarte, porque... Hubo un momento en el que tu corazón y el mío se unían para sonar como uno solo en la habitación.

Acerqué mi rostro para besarlo. Sus palabras merecían un premio. Pero...

-Y tú cómo sabes que no duermo como las demás chicas?- me alejé de él y me levanté de la cama.

Me miró extrañado.

-Ah, no- dijo al fin -_______... Mal interpretas las cosas. A dónde vas?- preguntó al ver que me alejaba.
-Voy a mi cuarto a...hacer cosas de señoritas.
No es cierto, voy a ducharme.
-Por qué no lo haces aquí?- Fruncí el ceño. -Yo me voy a salir, claro- se puso nervioso. -Te traigo un vestido?
Reí. -No, mejor trae el desayuno. Tengo hambre.
-Lees la mente?
-No, solo le hago caso a mí panza- levanté mi blusa un poco para mostrarla. -Ella grita: Hambre!!! Y yo pido: Comida, por favor.
-Bueno- giró los ojos y caminó hasta mí. -Qué le apetece a tu pancita?- colocó una mano en ella y besó mis labios.

Con esta acción, varias imágenes tiernas y llenas de ilusión vinieron a mi mente.

-Traime lo que quieras, ok. Ella acepta lo que sea. Verdad?- fingí preguntarle a mi vientre. Steve se agachó y le depositó un beso.
-Ahora regreso con tu vestido. Lo dejaré sobre la cama, afuera nos vemos. No tardes-.
Asentí.

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Mientras me bañaba, las imágenes pasaban y cobraban vida en mi mente: Steve repitiendo la misma acción anterior pero con diferente intención.

Eran hermosas, nunca había idealizado tanto.

Cerré la regadera y salí.
Al hacerlo, una tos terrible se apoderó de mí. Llevé una mano a mi boca y cuando paré, sentí húmedo, caliente, viscoso...

Me separé un poco para verla.

"Qué diablos?"

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Holis!
Tenía que aparecerme solo para desearles un feliz inicio de clases 💖 a tod@s. Ahora sí se viene lo chido 😂😂. Las extraño, e intentaré responder sus comentarios 💖✨. No l@s olvido. Sí ocupan algo aquí estaré para ayudar (espero no llegar tarde) 😂😂😂. Suerte!!!!
Ahora sí, adiós 💖💖💖💖

Simplemente... No puedo (Steve Rogers Y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora