Simplemente... No puedo (Steve Rogers Y Tú)

Dónde?

-P-p... Perdón?- hablé con temor.

Se me había ido de control la maldita sensación.

Tomó mi cintura y me atrajo a él con lentitud.

-De verdad no sé a qué se está refiriendo- interpuse entre nosotros mis manos tratando de alejarlo.

-No puede ser posible que tan pequeños empiezen... Lamentablemente, te tocó a tí, princesa- sentí la punta de algo filoso en mi abdomen. Tragué saliva y acercó sus labios a mi oído -Sé que eres de los vengadores y viniste como distracción. Vendrás conmigo, sino quieres terminar aquí. Entiendes que lo que me refiero.

Asentí como pude.

Deslizó sus labios hasta mí cuello y comenzó a besarlo.

Quise gritar, llorar.

Sentí mis piernas temblar. No quería morir aún. Era lo único que me impedía patear y golpear al sujeto.

"Dónde carajos estaba Natasha?"

Sus escurridizas manos tocaron áreas de mi cuerpo.

Fue ahí, cuando algo en mí reaccionó y acerté una patada en los bajos del tipo.

Se quejó.

Me llevó con trabajo hasta la pared y colocó el cuchillo en mi cuello.

-Te creés lista, imbécil? Estás sola, no te das cuenta?!- gritó con prepotencia.

Jadeé asustada.

Un tricolor escudo hizo que este cayera al suelo inconsciente:

-No está sola- dijo el capitán tomando de vuelta lo que le pertenecía.

Al verlo en el piso, solté una patada con mucha rabia y lágrimas en los ojos. Después otra, otra. Y otra más.

Steve se acercó y  me tomó de la cintura con una mano para detenerme. Así lo hice y me recargué en su pecho para llorar. Me cubrió con su brazo.

Natasha llegó después de un tiempo y juntos sacamos el cuerpo con discreción del lugar.

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(...)

-Qué fue lo que salió mal?- cuestionó Clint.
-No lo sé- respondió Romanoff con naturalidad.

De verdad, ella me odiaba.

-Dónde estabas Natasha?- pregunté limpiando mis lágrimas.

-Por qué no dices que fue lo que pasó y dejas de hacerte la interesante?- dió como respuesta la pelirroja.

-Natasha, por favor- intervino Steve -No está del todo bien.

Tensó la mandíbula. Ladeó la cabeza:

-Y los entrenamientos? Ella pudo defenderse sola.

-Todos llegamos a tener ese miedo en algún momento. Además, tú eras la encargada de cuidarla- mencionó Banner molesto.

Natasha lo miró sorprendida e indignada.

Regresó a la seriedad.

-Será mejor que ni hables. Tú, solo atendías heridos porque no querías intervenir en peleas.

-Pero, a ninguno descuidó y lo hizo más que bien- defendió Stark.

-Por qué no llegaste?- volví a preguntar entre tristeza y enojo.

-Lo siento. Temo que me distraje.

-Por qué mientes?- noté como ella bajaba la mirada.

Se puso de pie y agregó.

-De nada sirvió entrenarte. Eres la peor alumna que he tenido. Eso nos deja a todos más que claro, que no estás lista para esto- intentó retirarse pero Steve la detuvo:

-Natasha, es una niña por Dios!
-Eso debió haberle puesto a hacer el Capitán, entonces. Cosas de niña.

-A ver, ya!- pidió Clint con enfado -Esto no es la gran ciencia. No es algo que no se pueda arreglar con una terapia psicológica.

-Y supongo tú eres el psicólogo, no?- respondió Steve con sarcasmo.

-Yo podría darle un té para que se relaje- propuso Banner y al instante se paró.

Tomó mi mano con delicadeza y me puse de pie.

-Los acompaño? Te ayudo?- se ofreció la pelirroja.
-Ya la ayudaste demasiado, no crees?-  Banner le dió la espalda.