¿Hay algo peor que un chico, el cual te consiguieron tus amigas casamenteras, te robe tu billetera y celular?
Oh, claro que lo hay.
Un ejemplo es el drama que se convirtió la vida de Christina al decirles a sus amigas que tenía novio (aunque este no...
Me suelto de su agarre ya estando afuera, no protesta y lo sigo a un auto negro muy bonito. La brisa fresca golpea mi pobre piel descubierta y me adentro en el vehículo sin perder tiempo. Él se sube y arranca, pero no puedo dejar de mirarlo por su actitud anterior.
—¿Qué fue todo eso?
—La actuación de un novio celoso —Se encogió de hombros.
Si eso fue una actuación, este hombre está en la carrera equivocada al solo dirigir una empresa. No quise darle más vueltas al asunto, aún me duele la parte trasera de mi cabeza, pero la recargo en el asiento y cierro mis ojos. La fiesta, aunque era por el compromiso de una de mis mejores amigas, consumió mi energía por andar inventando cosas que no debo.
Qué noche tuve hoy. Y todavía no sé porqué me vine con Walter. Tal vez una pequeña parte de mí quería seguir hasta el final con esta farsa de noviazgo antes de ser nuevamente soltera y dejar en paz al ligue de mi mejor amiga.
—¿Te llevo a tu casa? —Asiento en completo silencio; ya estoy en el auto y no tengo muchas ganas de caminar. También tendré tiempo para pensar en cómo terminar esto sin decirle que sé de su romance con la reciente comprometida—. Christina —Lo miro y una sonrisa se extiende por el perfil de su rostro—. No tengo idea de dónde vives.
—Cierto.
Le indiqué el lugar y una vez fuera de la casa familiar, me digno a girarme y a agradecerle todo lo que hizo hoy. Que no es mucho, pero fingir ser mi novio —aunque haya tenido algo con Alison— no es nada fácil y no cualquier persona lo haría, pero, pensándolo, quizás fue su única manera de entrar sin levantar sospechas. de todas formas, debo agradecer que no me dejara hacer el ridículo y me siguiera el juego.
—Quería...
—Quería... —dijimos al mismo tiempo, reí y él se limitó a sonreír—. Habla primero.
Suspiro nuevamente y sostengo mi bolso para salir corriendo una vez agradecerle.
—Quería darte las gracias por salvarme allá, mis amigas son un poco... intensas cuando quieren, y juntarme con alguien ha sido su meta desde... —Lo pienso un segundo antes de continuar, rememorando—, desde que nos conocemos.
Con un último asentimiento y sonrisa, tomé la manija de la puerta para salir pitando de ahí, pero él me detiene con su mano sobre mi brazo.
—Yo quiero pedirte perdón —Lo miro frunciendo ambas cejas—. En la fiesta...
—Si es sobre lo de Vladimir, no tiene importancia; sobre lo otro...—me interrumpo sin saber cómo mencionarlo—, no es necesario explicar, lo deduje —Me encojo de hombros cuando sus ojos me miran sorprendidos.
—¿Estás bien con ello?
—Lo más seguro es que ya no las vea hasta el día de la boda; ya no es necesario continuar. Les diré que no congeniamos tan bien como creíamos.
»Fue agradable conocerte, Walter Reed.
Lo observo tragar saliva y sonríe de la misma forma en que lo conocí y cruzó por la puerta de mi amiga.
—Fue un placer, Christina Rodríguez.
***
10 de junio 2024.
Mi vida jamás fue muy divertida exceptuando los momentos de mi mala suerte, claro está. Se podría decir que siempre tuve que seguir un plan ya escrito, pero ahora que soy yo la que forja cada peldaño de mi vida, es algo aburrida. Más sin mis amigas en la ciudad.
Lo único divertido en mi trabajo es el colorido uniforme que nos obligan a usar. Yo soy una persona que se viste con muchos colores, pero las combinaciones que hicieron son dañinas para los ojos cuando les da la luz directamente. Aunque admito que me encanta ver a Iván con su camisa amarilla, pues es pegada a su torso y sus músculos se marcan sobre ella.
—Límpiate la baba que te delatas —dice Roxane, nuestra compañera de trabajo y una gran amiga para mí, golpeando mi cadera con la suya, haciéndome perder un poco el equilibrio. La miró mal.
—No estoy babeando—reclamo. Ella se gira llevándose un banana split para una pareja. Pasé mi mano por las comisuras de mi boca para estar segura de mi afirmación.
Comprobado: No babeé.
—Está tranquilo el día.
Me erguí en mi lugar, colocando un mechón de mi castaño cabello —suelto de mi coleta— detrás de mi oreja. Lo miro y lucho para no poner cara de idiota. Pero él está de perfil, observando las mesas desoladas de la tienda, a excepción de las dos parejas que hay; yo solo veo la hermosa sonrisa de mi compañero de trabajo.
Y, por unos segundos, mi cerebro me traiciona y, en vez de unos bonitos ojos mieles, aparecen unos verdes brillantes en su rostro. Agito mi cabeza para sacarme su imagen.
—Mucho.
—¿Qué tal tus vacaciones? ¿Saliste el fin de semana?
Ahora sí me mira; intento centrarme en el presente y le sonrío.
—Fui a mi pueblo natal junto a unas amigas.
—¿Algo interesante?
Suspiro y recargo mi codo en el mesón para después colocar mi barbilla en la palma de la mano
—No mucho. Ali, mi amiga, se casa. Ella y las demás trataban de emparejarme con alguien en un bar y terminé diciendo que el amorío de una noche de mi mejor amiga era mi novio sin siquiera conocerlo —digo de corrido, pero al darme cuenta de ello, abro de sobremanera mis ojos y mi boca.
No puedo creer que le dije al chico que me atrae que estoy tan desesperada que mentí sobre tener un novio.
—No es que ande por la vida inventando novios o subiendo fotos a mis redes sociales con actores. —Cierro mis ojos. ¿Cómo detengo el vómito verbal?—. Tampoco digo que me la paso contratando a personas para ser mis novios, es solo que la última vez que mis amigas me emparejaron con alguien, me terminó asaltando. Algo no tan lindo para una primera cita, déjame te digo.
—Un segundo... —Gracias a Loki que me detuvo—, ¿le quitaste el novio a tu amiga?
¿¡Qué!?
Oh, Santo niño Jesús bailando cumbia.
Eso es mucho peor de lo que pensé que sonaba.
—¿Qué? ¡No! Ella se va a casar.
—¿¡Le quitaste a su prometido!?
—¡No! Le quité a la persona con quien engañó a su prometido.
Cubro mi boca, llevando mis manos con demasiada fuerza, provocando un fuerte dolor en mis dientes por el golpe.
Pero, ¡¿qué es lo que estoy diciendo?!
¿En serio le dije a Iván —el primer chico que me atrae después de mucho tiempo— que le quité el ligue de una noche a mi amiga? Y lo peor, ¿que esa amiga engañó a su prometido?
Si en realidad existes, ¿podría ser parte de esa mitad de los seres vivos en desaparecer? Por favor, Thanos, no es mucho pedir.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.