XII

13K 2.1K 113
                                    

No he parado de conducir en un largo tiempo, ni siquiera sé a dónde me dirijo. El desvío a mi cuidad la pasé hace tanto que la carretera se empezó a hacer de dos carriles solamente. Ya no hay civilización y los árboles rodean todo.

Son los reyes de este lugar.

Hay relámpagos iluminando el cielo y la autopista; es de noche, pero aún no comienza a llover, y eso es bueno puesto que no estoy en peligro. Pero estoy segura que no tarda en precipitarse, los truenos cada vez son peores.

Luego de la sinceridad de la Señora Vanidad decidí retirarme de ahí. Walter no me siguió, y le agradezco mentalmente, no quería hacer drama y necesitaba estar sola en esta recaída mental; además necesito pensar sobre el plan.

Tengo que hacer que la madre de Walter obtenga a su nuera soñada. Y si Alison es esa, por más razón debo ayudar a que mi falso prometido y mi mejor amiga terminen juntos, pero... ¿cómo hago eso sin ser tan evidente? Mentir y disimular no es exactamente mi pasatiempo favorito.

Podría pedirle ayuda a mi padre con algunas cosas para ser aceptada por la señora Vanidad y quitarnos su mirada de encima para no andar con miedo con el plan, pero...

El sonido de una llamada entrante me hace salir de los pensamientos sin sentido que tienen que ver con mi padre.

«Como si él quisiera verme».

Contesto sin ver quién es, no tengo el manos libres, pero al estar solitaria la autopista me tomo la libertad de andar muy lento.

—¿Hola?

Un sorbido de nariz junto a un sollozo me contesta. Alejo el aparato del oído y leo el remitente: Casa mami.

Freno de golpe tratando de recomponer mis nervios. ¿Por qué me hablarían de la casa de mi madre, llorando? Solo espero que no sean malas noticias.

—¿Mamá?

—Chris, soy Laura —avisa. Ella es mi prima política, pues es hija de la esposa del tío Gil. Estudia diseño textil y sus calificaciones son las mejores de su clase; es dos años menor que yo, pero ella es como Alison en su adolescencia.

El problema es que Laura quiere hacer honor a la frase «el alumno vence al maestro» y, aunque jamás lo admitió, se metió entre la relación de Gemma —mi hermana mayor— y Mateo —su ahora ex novio—.

Sin embargo, Laura es familia, y para mí eso es sagrado. No puedo simplemente acusarla con el tío Gil de todo lo que ha hecho. Según Gemma, es porque jamás me ha hecho nada. Aunque es falso, recuerdo que cuando llegaban de visita, existían confrontaciones con mis padres por mentiras que ella creaba.

—¿Qué está pasando, Laura?

—La...—un sollozo— tía...—otro. La lluvia, como bien avisaban los truenos, se soltó, y no se podía divisar nada en la carretera—. La tía... Tania...

—Prima, no estoy entendiendo nada. Por favor tranquilízate. Inhala —Espero a que lo haga—, exhala. ¿Mejor?

No contesta, pero se escuchan más voces de fondo, logré reconocer la de Gemma. ¿Qué hace allí? ¿Estará Gustavo con ella? ¿Papá y Alex?

«¡Já! Como si eso fuera posible».

—Chris, soy yo. Necesitas venir, es mamá.

Y con esas simples palabras supe que mi día en vez de mejorar, empeoraba.

***

Llegar a Airillo fue un completo despapaye. La lluvia se convirtió en tempestad, eso y mis nervios no son buena combinación para conducir. La autopista antes de llegar aquí estaba atestada por la desdicha de una carambola. Eso aumentó aún más mis nervios.

¿Enamorados? Imposible (Les amoureux #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora