22 de junio 2024.Tal vez antes afirmé ser una persona madrugadora, pues no me molestaba despertarme temprano. Pero cuando alguien me despertaba... Bueno, ahí cambian las cosas.
Sé que los chicos de Rihil-4 cantan bien, que están para comérselos; sin embargo escucharlos a las ocho de la mañana de un sábado, a todo volumen, de la estancia de al lado, no es un buen inicio del día para mí.
Es la chica,
la de mis más oscuros sueños.
Hermosa y misteriosa,
como un amanecer.Cabello castaño,
sonrisa perfecta.
Enigmática, como pintura
hecha en moqueta.Bailamos a la luz nocturna
con la luna besando su piel
y el aire perfilando
la delicadeza de su dulzuraCreí que estaba perdido,
solo y devastado.
Librando las batallas de mi mente.Pero no, no, no.
Ella es la luz
en mi oscuridad.
Tan candente como una supernova en el universoElla es la chica, es la chica.
La de mis más oscuros sueños.
Hermosa y misteriosa,
Como un amanecer.No pensé que mi cuñada fuera una de sus fans. Y no tendría problema alguno en que lo fuera, si me dejara dormir el tiempo necesario.
Ayer, después de la comida, Helena intentó limar asperezas y se la pasó mostrándome los distintos salones para la fiesta. Emilia, más que emocionada con la boda, estaba encantada de escuchar a la señora Vanidad durante horas hasta que fue momento de cenar y marcharse a casa. Debo admitir que sin ella no habría soportado mantener las apariencias de entusiasmo.
—Ella es la chica, la que todos quieren, pero solo unos pocos pueden tener.
Hago una mueca y me cubro la cabeza con la almohada al escuchar a Verónica cantar desde la sala del departamento de su hermano.
Sigue entonando las siguientes dos canciones a todo pulmón, no lo hace nada mal, mi problema es la banda. Mi estómago gruñendo por comida es lo que me hace sacarme las cobijas de mala gana y voy al aseo antes de salir de la habitación.
Bostezo a medio camino a la cocina y le sonrío a mi cuñada cuando baila una de las primeras canciones de la banda frente a la barra. Ella viene corriendo hacia mí y me lleva a la sala, donde está la televisión encendida con un concierto reproduciéndose.
—Baila conmigo, Christina —pide, pero tan solo debo ver la cara de los integrantes para que mi estómago se revuelva y un dolor punzante en mi pecho crezca.
—Me sigue doliendo el golpe de la caída, y tengo hambre.
Me sentí un poco mal cuando un poco de su emoción se apagó, pero me giré hacia la barra y Petunia me sonrió, colocando un plato.
—¿Walter no desayuna? —le pregunté después de darle las gracias y saludarla. Me senté en un banco alto.
—Planeaba dormir un poco más, pero con mi hermana aquí eso será imposible. Buenos días. —Pasó de largo detrás de mí. Miré a Petunia y ella tomó una charola.
—Walter no come en la barra. Le gusta usar el comedor.
—Oh —murmuré, la observé alejarse y tomé mi plato para seguirla. Walter abrió el periódico que le pasó y empezó a ojearlo.
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¿Enamorados? Imposible (Les amoureux #1)
Teen Fiction¿Hay algo peor que un chico, el cual te consiguieron tus amigas casamenteras, te robe tu billetera y celular? Oh, claro que lo hay. Un ejemplo es el drama que se convirtió la vida de Christina al decirles a sus amigas que tenía novio (aunque este no...