LVI

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17 de julio 2024.


Walter.


De nuevo parezco un león enjaulado, esperando por su llegada. El sol ha salido y no he tenido noticias de ella. Lo único que hice en toda la bendita noche fue preocupar a sus familiares. Los llamé, con la esperanza de que estuviera con alguno, pero no. Nadie sabe nada sobre su paradero.

Y me siento culpable. Malditamente culpable.

No estaba pensando en mis palabras cuando las dije. Me molesté al no ver ni una sola pizca de molestia al descubrir que iría con Alison. Cosa que es más idiota aun, pues ese era el plan y era obvio que Christina no se encelaría ni se molestaría.

Soy un idiota en su máximo esplendor.

Después de que se fue, corrí escaleras abajo, no iba a dejar que se fuera así cómo estaba, pero no la alcancé. Los de recepción me dijeron que pidió un auto, para ella sola, y lo manejó, con su histeria y en la oscuridad de la noche.

Suelto un bufido y me decido por tomar aire al balcón. Ya estaba amaneciendo, la luna le daba paso al sol matutino. Recuerdo sus palabras de anoche y, ¡demonios!, ella es por completo mi luna.

Cerca de la una de la madrugada, mi celular comenzó a vibrar. Me ilusioné, pensando que era ella, pero vi el suyo en la mesa de noche de su lado así que esa idea se descartó tan pronto apareció.

Era Alison quien llamaba

No una, ni dos, ¡sino cinco malditas e insistentes veces! Y no conforme con ello, envió varios mensajes. No quería contestarle, no obstante, lo hice diciéndole que no iba a ir, que pasara buena noche.

Tenía que hacerlo ya que cada que me llegaba un mensaje suyo o una llamada, esperaba que fuera un número desconocido, y a través de la línea escucharía la voz de Christina, pero no llamó.

No estaba seguro de cuánto tiempo había transcurrido desde que salí al balcón, pero decidí entrar y ordenar algo para desayunar cuando las personas comenzaron a hacer ruido y el sol se elevó más por el cielo; seguía sin tener muchas ganas de salir y enfrentar a mi familia, más las preguntas por la ausencia de Christina.

Llamé y ordené algo rápido. Tengo que salir a buscarla, aunque deba recorrer toda la condenada ciudad para encontrarla.

¿Y si algo le pasó? Solo se fue con su pijama y una bata del hotel, ¡ni siquiera tomó la llave de la habitación o dinero! ¿Por qué tuve que complicarme tanto la vida con ella?

Pude haberle dicho la verdad a Alison desde el inicio; como se está comportando, no creo que Jorge en su vida haya puesto trabas en nuestra relación. Estoy seguro que en ese momento lo habría dejado por mí. Lo demuestra ahora, estando tan cerca de su boda, que quiere algo más conmigo.

¿Realmente quiero a alguien así a mi lado en una relación... como mi esposa?

Está engañando a su prometido, ¿quien me puede asegurar que no hará lo mismo conmigo?

Me dejo caer en la cama, viendo el techo blanco y las aspas del ventilador girando.

¿Quiero eso en mi vida? ¿Quiero a Alison teniendo una —aunque sea mínima— oportunidad con Christina, una chica que me ha abierto su alma, que me ha enseñado lo que realmente es querer a alguien, hasta perder la razón al ya no tenerlo conmigo? ¿Realmente...

¿Enamorados? Imposible (Les amoureux #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora