Capítulo 7: Megan y Joshua

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¿Les ha pasado que se les mete una canción en la cabeza y pasan todo el día cantándola?

Bueno, cuando entré al auto de Drake puse la radio, luego él la quito y la volví a poner, luego la volvió a quitar; y así por un rato hasta que gané. Y ahí estaba cantando de lo más felíz con Dua Lipa.

Pero por más canciones que pasaron después no pude sacarme de la cabeza sus nuevas reglas.

Estoy comenzando a despreciarla.

Ahora estoy caminando por los pasillos del enorme lugar echando una que otra cosa al carrito que empuja un Drake gruñón mientras tarareo la canción.

— Talkin' in my sleep at night, Makin' myself crazy — canturreo lanzando una lata de maíz dentro del carrito.

— Llevas como quince minutos cantando el mismo pedazo — reclama el morocho cansado.

Para ser sincera no me la sé toda.

Le hago mala cara pese a que tiene razón y sigo caminando.

— ¡Mierda! — susurra y se pega a uno de los estantes tan rápido que no me da tiempo de quitarme y el carrito me estampa a su lado.

— Ay — me quejo con mi cara aplastada en una caja de cereal.

¿Es el flufy fruits del conejito?

— No, no, no — mi vista se vuelve hacia la del moreno, está ceñido viendo algo a mi derecha por lo que hago el esfuerzo para voltearme, pero no veo nada raro.

— Creí que yo era la loca — le digo rotando a como puedo echando mi torso hacia atrás — por cierto, me debes unas piernas nuevas — sus ojos se clavan en los míos confundido hasta que nota que me aprisiona con el carrito.

¿Por qué no pudo ser con su lindo cuerpo como en las novelas cachondas?

— Lo siento — mueve el transporte de comida a un lado y ya puedo moverme.

Gracias Jesús, me sentía como elasticgirl cuando la prensan con ese montón de puertas.

— ¿Qué te tiene tan asustado, Drake? — pregunto acomodando mi cabello rebelde de mierda.

— Cállate — tapa mi boca con su manota y yo junto mis cejas desconcertada.

— ¿Drake? — una tímida voz se escucha a su espalda y puedo ver como cierra los ojos maldiciendo.

— Hola — se vuelve y queda de frente a una linda pelinegra de ojos verdes.

— Dios mío — la sonrisa de la chica se ensancha y casi puedo ver los corazoncitos saliendo de su cabeza — estamos en el mismo lugar — dice poniendo un mechón de su lacio cabello tras su oreja — es una grata sorpresa — muerde un poco su labio como si estuviera nerviosa.

Si me preguntas, no se ve nada sorprendida. De hecho, parece felicitarse en su mente por esto.

La cara del moreno, en cambio, es de querer salir corriendo.

— ¿Dónde estás viviendo? — pregunta directamente con un tono más serio sin perder su lado "tierno".

Entonces lo comprendo.

¡33 12 EN PROGRESO!

Objetivo: posible acosadora pasiva/agresiva.

Y si, adoro Disney ¿ok?

Bueno Chase, manos a la obra.

— ¿Vas a presentarme? — pregunto con una sonrisa suave llamando la atención de los dos — ¿cariño? — tomo la mano del morocho y él me mira descolocado.

¡A la mierda las etiquetas!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora