Capítulo 18: Martes

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Drake

Me despierto de golpe cuando algo pesado cae en mi estómago.

Una persona para ser exactos.

— ¡Ay! — chilla el afeminado de Wyatt levantándose de mi cuerpo arremolinado en una manta — ¿qué diablos haces aquí? — me dice con las manos en el pecho agitado.

Lo dije, afeminado.

— ¡Liv! — grita irritándome mucho — Liv, tu nov... jaja — se corta para reírse cuando me siento viendo mi cara.

— ¿Qué? — pregunto perdiendo mi paciencia y él muerde sus labios y niega con la cabeza para luego ir a la cocina.

Nenaza extraña.

Me levanto viendo la hora.

Son las 6:30am.

Tengo clases hasta las nueve así que estoy bien.

Entro a la cocina donde llega el olor a huevos revueltos y me encuentro a Loren sentada estudiando y a Olivia dándome la espalda removiendo el sartén.

Debo admitirlo, cuando le dijo a la chica asiática que era la mejor cocinera no estaba exagerando.

Se vuelve con un plato hasta el tope de huevo y jamón y sus ojos pasan a mi cara.

Se muerde el labio y traga un par de veces antes de dejar su mirada en el suelo.

La observo confundido cuando deja el plato junto a Loren y me hace una seña para que me siente. La castaña levanta la mirada del libro con una sonrisa que se congela cuando me ve.

Rápidamente vuelve su vista al libro.

— Come conejito, no puedes hacer un examen si te desmayas — le aconseja la pelirroja en un hilo de voz.

Hoy se despertaron más extraños o algo hice que no me di cuenta.

Comimos en silencio, lo cual es muy extraño en esta casa y luego tomé las llaves de mi auto.

— ¿No vas a bañarte? — pregunta Wyatt y yo sacudo mi cabeza en negativa.

— Voy directo a casa — me coloco la mochila bajo la atenta mirada de los tres y salgo de ahí.

.

Olivia

— Va a matarnos cuando se dé cuenta — dice la castaña riéndose.

— Pues gracia no le va a hacer — afirma Wyatt fregando los platos como la Made barata que es.

— Creí que se bañaría aquí — arrugo mi nariz sintiéndome culpable — al menos va directo a su casa — subo mis manos y las dejo caer sobre mi regazo — oh bueno... — me levanto del sofá y voy a alistarme para la universidad.

.

Estoy sentada en la cafetería comiendo una deliciosa lasaña de verduras cuando Jane llega y se sienta frente a mi.

— ¿Lo conseguiste? — pregunto como una niña en vísperas navideñas y ella sonríe maléfica sacando una bolsita con un polvo blanco — Dios santo, eres la mejor — tomo el paquetito guardándolo y ella hace cara de superioridad — ¿tu abuela no notará su ausencia? — rueda los ojos y niega con la cabeza.

— Aún no entiendo para qué lo quieres — su cara se llena de curiosidad y eso me hace reír.

— Wyatt — simple y explicativo, Jane entiende al instante y no me hace más preguntas. Se ríe pensando en lo que puede pasar con eso y yo la iba a acompañar hasta que cierto rubio se cruza en mi visión periférica.

¡A la mierda las etiquetas!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora