— Lander irá a radiología, Jenkins a neurología, Chase a consultas — nos desplazamos con rapidez por el edificio sin preguntar. El doctor Harris podría ser uno de los más temibles aquí y ninguno quería ser el primero en recibir uno de sus famosos impulsos de ira controlada.
Demonios, me perdí, ni siquiera quería ir a consultas.
Esto es mi karma por bajar del auto sin darle una respuesta.
Detengo a una enfermera un segundo y le pregunto la dirección pero la muy desgraciada me da apenas unas señas sin dejar de ver un expediente y se va.
— Parece que no te manejas bien por aquí — a mi derecha un chico con bata de hospital y un gorrito que oculta su falta de cabello me alcanza — ¿nueva por el área? — me sonríe de la manera más tierna que existe y yo se la devuelvo por inercia.
— Practicante, de hecho — sigue mi paso con cierta dificultad así que desacelero para no dejarlo atrás.
— Entiendo, uno de ustedes vino a mi habitación ayer y me dejó esto tratando de colocarme una intravenosa — me muestra su brazo amoratado en los intentos fallidos del idiota que no encontró su vena.
— Dime que lo reportaste — digo dejando de caminar para tomar su brazo con cuidado y examinarlo — que bestialidad — rechino los dientes.
— Nah — se encoge de hombros — no es para tanto cuando estás acostumbrado a esto — sonríe soltándose de mi agarre — no es el primer tonto que me deja como alfiletero — se ríe como si no fuera nada mientras a mi me salta un ojo de pura cólera — como sea, soy Alexis — se presenta acomodando su gorro.
— Chase, bueno... me llamo Olivia pero todos me llaman... como les da la gana — me encojo de hombros haciéndolo reír de nuevo — Liv, Chase... Raggedy — arrugo la nariz un poco — mi segundo nombre es Alexa — señalo el parecido a su nombre y él sonríe mostrándome esos lindos hoyuelos.
— Alexa entonces — lleva sus manos a su espalda sin dejar de mirarme — ahora dime a donde puedo llevarte — pide como todo un caballero.
.
Había pasado casi toda la tarde atendiendo raspones, resfriados, uñas encarnadas y uno que otro dolor de estómago. Nada que se considere una emergencia medica real pero lo suficiente como para cansarme a muerte.
Termino de vestirme para salir del hospital pero un par de caras familiares se asoman en la esquina del pasillo.
— ¡Chase! — arrugo el ceño viéndolos esperarme con sonrisas cansadas mientras hablan entre ellos.
Par de idiotas.
Cuando estoy lo suficientemente cerca de ellos le propino un golpe a cada uno en la frente.
— ¿Cuál de los dos fue el imbécil que agujereó el brazo de Alexis con una aguja de intravenosa? — ambos me miran asustados y se señalan mutuamente.
— No fue ninguno — me volteo para ver a mi niñera con su uniforme lleno de sangre un poco seca — no están en la única universidad que envía estudiantes, Liv — se encoge de hombros — pero tampoco te diré quien fue, porque eres peligrosa — me sonríe sin ganas y me da una palmadita en el brazo — vayan a casa, descansen, hoy fue un día pesado — se despide y se aleja cuando una camilla entra a toda velocidad directo para quirófano.
Me moría de ganas por ser yo la que corriera tras esa caravana de médicos lista para salvar una vida.
— ¿Alguien quiere una cerveza? — Lander intercala la mirada entre Jenkins y mi persona.

ESTÁS LEYENDO
¡A la mierda las etiquetas!
RomanceOlivia Chase es una chica alocada y divertida, muy distraída en cuestiones sociales, pero una genio en la universidad. Drake Lewis es apartado, poco amigable, serio y de rasgos duros. Pero por alguna razón, cuando un profesor los une para que ella l...